Lección 11: Misión en tierras paganas: Daniel y sus amigos
Para el 13 de septiembre de 2008
http://docs.google.com/Doc?id=dkc3vcv_56gv5nx6hf
http://groups.google.com.mx/group/fino2008escuelasabatica/files
Lee: Daniel 1-3, 6.
Descubre: ¿Qué lecciones puedes aprender de Daniel y sus amigos? ¿Por qué es importante desarrollar una fe firme y vigorosa? ¿De qué manera puedes animar a la juventud, a los creyentes nuevos y a los que hace tiempo están “en el camino”, para que desarrollen buenos hábitos de fe? ¿Cómo podemos reconocer, en nuestro servicio, oportunidades de ayudar a otros a estar listos para sus desafíos? ¿Nos estamos preparando a nosotros, a nuestros hijos y a los demás creyentes para cualquier desafío que pueda estar delante de nosotros? ¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestra fe, y la de otros, y estar listos para vivir lo que creemos?
Memoriza y considera: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse” (Dan. 1:8).
Pensamiento clave: Los informes acerca de Daniel y sus compañeros en Babilonia nos ofrecen vislumbres de la fidelidad y la misión que siguen siendo relevantes aun después de dos mil seiscientos años.
PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
· Saber qué es lo que cambió a Daniel de un prisionero de guerra desconocido a primer ministro de la nación conquistadora.
· Sentir la motivación de seguir el ejemplo de Daniel.
· Hacer un plan, en tus circunstancias, que sea similar a lo que hizo Daniel.
“Entre los hijos de Israel que fueron llevados a Babilonia al principio de los setenta años de cautiverio, se contaban patriotas cristianos, hombres que eran tan fieles a los buenos principios como el acero, que no serían corrompidos por el egoísmo, sino que honrarían a Dios aun cuando lo perdiesen todo. En la tierra de su cautiverio, estos hombres habrían de ejecutar el propósito de Dios dando a las naciones paganas las bendiciones provenientes del conocimiento de Jehová. Habían de ser sus representantes. No debían en caso alguno transigir con los idólatras, sino considerar como alto honor la fe que sostenían y el nombre de adoradores del Dios viviente. Y así lo hicieron. Honraron a Dios en la prosperidad y en la adversidad; y Dios los honró a ellos…Entre los que mantenían su fidelidad a Dios, se contaban Daniel y sus tres compañeros, ilustres ejemplos de lo que pueden llegar a ser los hombres que se unen con el Dios de sabiduría y poder. Desde la comparativa sencillez de su hogar judío, estos jóvenes del linaje real fueron llevados a la más magnífica de las ciudades, y a la corte del mayor monarca del mundo” (PR 352).
I. DANIEL Y SUS AMIGOS
1. ¿Quién era Daniel? ¿Qué se sabe de sus amigos?
Daniel era de familia real (Dan. 1:3) y, por tanto, de la tribu de Judá. Obviamente era joven cuando fue llevado cautivo, por cuanto su servicio en el extranjero, primero por un tiempo en la corte de Babilonia, y más tarde, brevemente, bajo el Imperio Persa, abarcó un período de por lo menos 67 años (Dan. 1:1-4, 7, 21; 10:1; 12:13).
· Daniel era un joven príncipe promisorio y capaz (Dan. 1:3, 4), fue seleccionado, junto con otros, para un curso de 3 años destinado a prepararlo para servir en la corte (Dan. 1:5, 19).
· El currículo incluía, entre otras cosas, "las letras y la lengua de los caldeos (el arameo) (Dan. 1: 4).
· Los estudiantes que tomaron el curso eran considerados miembros de la corte y gozaban de ciertos privilegios especiales (Dan. 1:5).
· Aparentemente, desde el principio la bondadosa personalidad y la integridad del carácter de Daniel le conquistaron el favor de los oficiales de la corte a cuyo cargo estaba (Dan. 1:8, 9). Estas cualidades pronto le dieron la oportunidad de demostrar las ventajas de una dieta saludable (Dan. 1: 8-16).
· Al fin del curso (3 años, cómputo inclusivo), Daniel y sus 3 compañeros se graduaron con los más altos honores (Dan. 1:17-20). De ese modo, aun antes de entrar al servicio de la corte Daniel había conquistado el respeto y la confianza del rey y de sus cortesanos, al haber dado evidencia de su personalidad simpática, de su físico saludable y de su intelecto superior, en adición a su talento natural y a su integridad de carácter.
Muy poco después surgió una situación que, en la providencia de Dios, inició para Daniel una carrera como ministro y consejero del rey (Dan. 2). Nabucodonosor tuvo un sueño de una gran imagen que, por su clímax espectacular, produjo una impresión profunda en el interés de un monarca idólatra. Cuando despertó, descubrió que el contenido del sueño se había borrado de su mente. Llamó a sus sabios para que se lo recordaran, quienes admitieron que sólo "los dioses" podían responder al pedido del rey (Dan. 2: 10, 11). En este escenario Daniel demostró su relación con el Dios del cielo, no sólo al revelar el sueño sino también al interpretarlo, con lo que se ganó la confianza de Nabucodonosor como representante del Dios verdadero (Dan. 2:46-49). Después de transcurrido un tiempo no indicado, Nabucodonosor erigió una magnífica estatua de oro y exigió que todos sus oficiales se inclinaran ante ella (Dan.3). Esta imagen probablemente debía representar un imperio que nunca terminaría, como un desafío a la predicción del sueño de Dan. 2, que señalaba que Babilonia sería sucedido por otro poder mundial (Dan. 2:38, 39). Por alguna razón, parece que Daniel no fue convocado en esa ocasión. Quizá Nabucodonosor, conociendo la firmeza de su ministro y teniéndolo en alta estima por su valor y servicios al reino, para no exponerlo a una negativa segura, lo envió previamente en alguna misión a una tierra lejana para que no pudiera estar presente en la adoración de la imagen, y así salvarlo de la muerte; o estaría enfermo. Luego de transcurrir otro período no indicado, quizás hacia el fin del reinado de Nabucodonosor, el rey nuevamente olvidó al Dios del cielo (Dan. 4:4, 30). El Señor le dio un sueño que presagiaba su humillación (Dan. 4:5-18), y una vez más Daniel demostró que era el único capaz de interpretarlo (Dan. 4:19-27). Pasada la humillante experiencia predicha por el sueño (Dan. 4:28-34), Nabucodonosor reconoció públicamente la grandeza de Dios, manifestó sumisión a Dios y dio a entender su disposición a cooperar con el plan divino para su reinado (Dan. 4:1-3, 34-37). Pero los sucesores en el trono, que sabían muy bien todo eso, rehusaron seguir al rey en su sumisión a la voluntad de Dios (Dan. 5:22), y realmente lo desafiaron (Dan. 5: 2-4, 23). Esta resistencia persistente y obstinada a cumplir el plan divino produjo la caída del reino en breve plazo, pocos años antes de la terminación de los 70 años de cautiverio (Jer. 25:12; 29:10; Dan. 9:1, 2). El nombramiento posterior de Daniel como alto funcionario del Imperio Persa le dio la oportunidad de testificar de su fe ante los dirigentes de la nación que estaba destinada por Dios para cumplir el predicho retorno de los judíos a su tierra y para ayudarles a establecerse otra vez en ella. Su liberación del foso de los leones exaltó el reconocimiento de Daniel como embajador de la corte del cielo (Dan. 6:22 28), y sin duda abrió el camino para llamar la atención de Ciro a las profecías concernientes a él y de su papel en la restauración de Jerusalén (lsa. 44:24-45:13).
En por lo menos 4 ocasiones Daniel recibió revelaciones divinas:
1. En la visión de Dan. 7, a comienzos del reinado de Belsasar.
2. En la visión del Dan. 8, unos 2 años más tarde.
3. En la comunicación Dan. 9, después de la conquista de Babilonia por los persas.
4. En la visión de Dan. 10 y la larga explicación que la siguió, registrada en Dan. 11 y 12, en el tercer año del nuevo imperio. Daniel vivió hasta por lo menos el tercer año de Ciro, y en ese tiempo debió haber tenido casi 90 años de edad. (4CBA, p. 890).
2. ¿Por qué Daniel y sus compañeros se encontraban en tierras paganas? ¿De qué manera testificaron? (Isaías 56:1 al
· Daniel presenta una breve información acerca de la razón por la cual él se hallaba al servicio del rey de Babilonia (Dan.1). Después de haber sido llevados a Babilonia en el primer cautiverio en el año 605 a. C., durante la primera campaña del rey Nabucodonosor contra Siria, Daniel y otros príncipes de sangre real fueron escogidos para ser preparados para el servicio gubernamental.
· Los primeros 19 años de la estada de Daniel en Babilonia fueron los últimos años de la existencia del reino de Judá, aunque estaba subyugado por Babilonia. La inútil política antibabilónica de los últimos reyes de Judá atrajo catástrofe tras catástrofe sobre la nación judía.
· El rey Joacim, durante cuyo reinado Daniel había sido llevado cautivo, permaneció leal a Babilonia durante algunos años. Sin embargo, más adelante cedió a la política del partido proegipcio de Judá, y se rebeló. Como resultado, el país sufrió invasiones militares; sus ciudadanos perdieron la libertad y fueron llevados al cautiverio, y el rey perdió la vida. Joaquín, su hijo y sucesor, después de un breve reinado de sólo tres meses, vio volver a los ejércitos babilonios para castigar la deslealtad de los judíos. El, junto con miles de los principales ciudadanos de Judá, fue llevado cautivo en el año 597 a. C. Su sucesor, Sedequías, evidentemente trató de permanecer leal a Babilonia. Sin embargo, debido a su debilidad y vacilación no pudo resistir durante mucho tiempo las propuestas de Egipto y los sentimientos antibabilónicos de sus principales consejeros. Como resultado de esto, Nabucodonosor cansado ya de las repetidas revueltas de Palestina, decidió acabar con el reino de Judá. Durante dos años y medio los ejércitos de Babilonia asolaron la tierra de Judá, tomaron y destruyeron las ciudades, incluso Jerusalén con su templo y sus palacios, y llevaron cautivos a la mayoría de los habitantes de Judá en el año 586 a. C.
Daniel estuvo en Babilonia durante esos días agitados. Sin duda vio los ejércitos babilonios que se ponían en marcha para llevar a cabo sus campañas contra Judea y fue testigo de su regreso victorioso y de la llegada de los cautivos judíos. Entre los cautivos estuvo el joven rey Joaquín con su familia (2 Rey. 24: 10-16), y más tarde el rey Sedequías, a quien habían sacado los ojos (2 Rey. 25: 7). Durante esos años Daniel debe haber estado enterado de la agitación política que había entre los judíos deportados, la que hizo que el rey mandara quemar vivos a algunos de los principales instigadores. Fue esta agitación la que impulsó a Jeremías a enviar una carta a sus compatriotas exiliados en la que los instaba a llevar una vida sosegada y tranquila en Babilonia (Jer. 29).
Durante esos años Daniel y sus tres amigos cumplieron lealmente y sin alardes sus deberes como funcionarios del rey y súbditos del reino. Después de su esmerada instrucción, llegaron a ser miembros de un grupo selecto llamado los sabios, los que servían al rey como consejeros. Fue entonces cuando Daniel tuvo excepcional oportunidad de explicar a Nabucodonosor el sueño de los imperios futuros (Dan. 2). Como resultado Daniel fue nombrado para un cargo sumamente importante, que al parecer retuvo durante muchos años. Ese cargo le dio la oportunidad de hacer que el rey conociera el poder del Dios del cielo y de la tierra, a quien servían Daniel y sus amigos.
II. LAS PRIMERAS PRUEBAS
· ¿Por qué era aceptable que los cuatro jóvenes hebreos tomaran nombres paganos, pero no era aceptable para ellos comer la comida pagana?
· ¿Cómo trazamos la línea, en nuestras propias vidas, entre lo que son problemas meramente culturales y lo que son problemas morales y religiosos?
1. ¿Cuáles fueron las primeras pruebas que enfrentaron Daniel y sus amigos?
“Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días” (Dan. 1: 5 al 14)
· Los nombres de Daniel y sus compañeros fueron cambiados por otros que conmemoraban divinidades caldeas. Los padres hebreos solían dar a sus hijos nombres que tenían gran significado. Con frecuencia expresaban en ellos los rasgos de carácter que deseaban ver desarrollarse en sus hijos. El príncipe encargado de los jóvenes cautivos "puso a Daniel, Beltsasar; y a Ananías, Sadrach; y a Misael, Mesach; y a Azarías, Abed-nego."
· El rey no obligó a los jóvenes hebreos a que renunciasen a su fe para hacerse idólatras, sino que esperaba obtener esto gradualmente. Dándoles nombres que expresaban sentimientos de idolatría, poniéndolos en trato íntimo con costumbres idólatras y bajo la influencia de ritos seductores del culto pagano, esperaba inducirlos a renunciar a la religión de su nación, y a participar en el culto babilónico.
· En el mismo comienzo de su carrera, su carácter fue probado de una manera decisiva. Se había provisto que comiesen del alimento y bebiesen del vino que provenían de la mesa real. Con esto el rey pensaba manifestarles su favor y la solicitud que sentía por su bienestar. Pero como una porción de estas cosas se ofrecía a los ídolos, el alimento proveniente de la mesa del rey estaba consagrado a la idolatría, y compartirlo sería considerado como tributo de homenaje a los dioses de Babilonia. La lealtad a Jehová prohibía a Daniel y a sus compañeros que rindiesen tal homenaje. Aun el hacer como que comieran del alimento o bebieran del vino habría sido negar su fe. Obrar así habría sido colocarse de parte del paganismo y deshonrar los principios de la ley de Dios (PR 353).
¿Diez días de prueba? Este parece ser un período demasiado corto para que se notara un cambio apreciable de apariencia y vigor físico. Sin embargo, gracias a sus hábitos de estricta temperancia, Daniel y sus compañeros ya disfrutaban de organismos sanos (PR 353), que respondieron a los beneficios de un régimen apropiado. Sin duda, su restablecimiento de los rigores de la larga marcha desde Judea fue más marcado que el de otros cautivos que no cultivaban hábitos de sobriedad.
En el caso de Daniel y de sus tres compañeros, el poder divino se unió con el esfuerzo humano y el resultado fue verdaderamente notable (PP 215). La bendición de Dios acompañó la noble resolución de los jóvenes de no contaminarse con los manjares del rey. Sabían que la complacencia en alimentos y bebidas estimulantes no les permitiría alcanzar el mejor desarrollo físico y mental. Melsar estaba seguro de que "un régimen abstemio haría que estos jóvenes tuvieran una apariencia demacrada y enfermiza... en tanto que la lujosa comida proveniente de la mesa del rey los haría rubicundos y hermosos, y les impartiría una actividad física superior" (CRA 35), y se sorprendió al ver que los resultados eran completamente opuestos a su suposición.
· Dios honró a esos jóvenes debido a su invariable propósito de hacer lo recto.
· La aprobación de Dios les era de más valor que el favor del más poderoso potentado de la tierra, aun de más valor que la vida misma (CRA 35).
· Esta firme resolución no había nacido bajo la presión de las circunstancias inmediatas.
· Desde la niñez estos jóvenes habían sido educados en estrictos hábitos de temperancia. Conocían en cuanto a los efectos degenerativos de un régimen alimentarlo intoxicante, y hacía mucho que habían determinado no debilitar sus facultades mentales y físicas por la complacencia del apetito. El fin del período de prueba los encontró con mejor apariencia, actividad física y vigor mental.
2. ¿Qué clase de excusas podrían haber usado para justificar el comer la comida del Rey?
“Daniel lo hubiese deseado, podría haber hallado en las circunstancias que le rodeaban una excusa plausible por apartarse de hábitos estrictamente temperantes. Podría haber argüido que, en vista de que dependía del favor del rey y estaba sometido a su poder, no le quedaba otro remedio que comer de la comida del rey y beber de su vino; porque si seguía la enseñanza divina no podía menos que ofender al rey y probablemente perdería su puesto y la vida, mientras que si despreciaba el mandamiento del Señor, conservaría el favor del rey y se aseguraría ventajas intelectuales y perspectivas halagüeñas en este mundo” (PR354).
Pero Daniel no vaciló. Apreciaba más la aprobación de Dios que el favor del mayor potentado de la tierra, aun más que la vida misma. Resolvió permanecer firme en su integridad, cualesquiera fuesen los resultados. "Propuso en su corazón de no contaminarse en la ración de la comida del rey, ni en el vino de su beber." Esta resolución fue apoyada por sus tres compañeros.
Daniel no rechazó las viandas del rey para aparecer como raro. Muchos podrían razonar que en tales circunstancias había una excusa plausible para apartarse del estricto apego a los principios y que en consecuencia Daniel era de mente estrecha, fanático y demasiado puntilloso. Daniel procuraba vivir en paz con todos y cooperar al máximo con sus superiores, mientras tal cooperación no le exigiera sacrificar sus principios. Estaba dispuesto a sacrificar honores mundanos, riqueza y posición, sí, aun la vida misma en todo donde entrase en juego la lealtad a Jehová.
3. ¿Por qué razones permanecieron fieles? ¿Qué principios fundamentales practican desde sus hogares?
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Det. 6:5-9).
La palabra hebrea traducida "amar" es un término general que también sugiere las ideas de "deseo", "afecto", "inclinación", como también la más íntima unión de dos almas. La relación del creyente con Dios se basa en el amor (1 Juan 4: 19), y el amor es el principio fundamental de su ley (Mar. 12: 29, 30). El amar perfectamente es obedecer de todo corazón (Juan 14: 15; 15: 10).
· El cristianismo exige todo lo que el hombre es y tiene: su mente, sus afectos y su capacidad de acción (1 Tes. 5: 23). La palabra que aquí se traduce "corazón" se refiere en general a los motivos, los afectos, los sentimientos, los deseos y la voluntad. Es la fuente de acción y el centro del pensamiento y de los sentimientos (Exo. 31: 6; 36: 2; 2 Crón. 9: 23; Ecl. 2: 23). La palabra traducida "alma" indica el principio animador del hombre, o la vida, pero también incluye los apetitos y los deseos del cuerpo (Núm. 21: 5). En Prov. 23: 2, se traduce "apetito" y en Ecl. 6: 7, "deseo".
· La palabra traducida "fuerzas" proviene de un verbo que significa "aumentar". El sustantivo, como aquí, significa "abundancia", y puede referirse a lo que un hombre pueda acumular durante esta vida.
· Las “repetirás”, en la traducción significa: "afilar", "aguzar" (Deut. 32: 41; Sal. 64: 3; 140: 3; Isa. 5: 28). Aquí se pide pues una repetición clara e incisiva. Los padres tienen la pesada responsabilidad de instruir día tras día a sus hijos, en asuntos del deber y del destino.
· Las siguientes palabras aunque no son sinónimas, pero tienen la intención de centrar nuestra vida en los principios eternos de Dios, dice el registro bíblico: las “atarás”, las “enseñaras”, las “escribirás”, “guardarlos”, "ponerlos por obra", "las harás conocer a tus hijos".
Las “atarás”, literalmente años más tarde los judíos, tomaron estas palabras en un sentido literal, y usaban filacterias en la cabeza y debajo del brazo izquierdo (Exo. 13: 9). Las “escribirás”, en sus puertas aun en algunos países orientales se acostumbra hoy día inscribir palabras de bendición y promesa por encima de las entradas de las casas. Los musulmanes y los hindúes hacen esto, como también los chinos, sobre todo en ocasión del año nuevo.
Es necesario ejercer constante vigilancia a fin de que la vida espiritual siempre pueda estar a tono con la voluntad revelada de Dios. "Guardarlos" es brindarles el asentimiento de la mente y del corazón, con la intención de regir la vida por esos mandamientos; "ponerlos por obra" es llevar a cabo la intención de la voluntad. El hombre debe proponerse hacer lo recto antes de poder hacer lo recto. Estas dos exhortaciones se repiten vez tras vez (Det.. 7: 12; 16: 12; 23: 23; 24: 8; 26: 16; 28: 13). Dios aprecia y valora altamente la ejecución práctica de su voluntad.
· Los padres de Daniel y sus compañeros les habían inculcado hábitos de estricta templanza. Se les había enseñado que Dios los tendría por responsables de sus facultades, y que no debían atrofiarlas ni debilitarlas. Esta educación fue para Daniel y sus compañeros un medio de preservación entre las influencias desmoralizadoras de la corte babilónica. Intensas eran las tentaciones que los rodeaban en aquella corte corrompida y lujuriosa, pero no se contaminaron. Ningún poder ni influencia podía apartarlos de los principios que habían aprendido temprano en la vida por un estudio de la palabra y de las obras de Dios (PR 354).
· La instrucción babilónica que Daniel y sus tres amigos recibieron fue también para ellos una prueba de fe. La sabiduría de los caldeos estaba unida a la idolatría y prácticas paganas, y mezclaba brujería con ciencia y sabiduría con superstición. Los estudiantes hebreos se mantuvieron alejados de estas cosas.
· No se nos dice cómo evitaron los conflictos, pero a pesar de las influencias corruptoras se mantuvieron fieles a la fe de sus padres, como podemos claramente apreciar por pruebas posteriores de su lealtad. Los cuatro jóvenes aprendieron la pericia y las ciencias de los caldeos sin adoptar los elementos paganos mezclados en ellas.
Entre las razones por las cuales estos hebreos preservaron su fe sin tacha pueden notarse las siguientes:
· Su firme resolución de permanecer fieles a Dios. Tenían más que un deseo o una esperanza de ser buenos. Tenían la voluntad de hacer lo recto y apartarse del mal. La victoria es posible sólo por el correcto ejercicio de la voluntad (CC 47).
· Su dependencia del poder de Dios. Aunque valoraban las aptitudes humanas y reconocían la necesidad del esfuerzo humano, sabían que estas cosas por sí mismas no les garantizarían el éxito. Reconocían que además de esto debe haber una humilde dependencia y completa confianza en el poder de Dios (CRA 182).
· Se negaron a dañar su naturaleza espiritual y moral mediante la complacencia del apetito. Se daban cuenta de que el dejar de lado los principios una sola vez habría debilitado su sentido del bien y del mal, lo que a su vez probablemente los habría llevado a otros malos actos y finalmente a la apostasía completa (CRA 183).
· Su consecuente vida de oración. Daniel y sus jóvenes compañeros se daban cuenta de que la oración era una necesidad, en especial por la atmósfera de mal que continuamente los rodeaba.
III. TESTIFICANDO EN BABILONIA
a) El sueño de Nabucodonosor (Dan. 2)
1. ¿De qué modo los sabios estaban tratando de engañar al Rey?
En su perplejidad, Nabucodonosor congregó a sus sabios, "magos, astrólogos, y encantadores," y solicitó su ayuda. Dijo: "He soñado un sueño, y mi espíritu se ha perturbado por saber el sueño." Y habiendo declarado su preocupación, les pidió que le revelasen lo que habría de aliviarla.
A esto los sabios respondieron: "Rey, para siempre vive: di el sueño a tus siervos, y mostraremos la declaración."
2. ¿Cómo se aseguró el Rey que sus trampas no les sirvieran?
Desconforme con esta respuesta evasiva, y sospechando que, a pesar de sus aseveraciones jactanciosas de poder revelar los secretos de los hombres, no parecían dispuestos a ayudarle, el rey ordenó a sus sabios, con promesas de riquezas y honores por un lado y amenazas de muerte por el otro, que le diesen no sólo la interpretación del sueño, sino el sueño mismo. Dijo: "El negocio se me fue: si no me mostráis el sueño y su declaración, seréis hechos cuartos, y vuestras casas serán puestas por muladares. Y si mostrareis el sueño y su declaración, recibiréis de mí dones y mercedes y grande honra."
Aun así los sabios contestaron: "Diga el rey el sueño a sus siervos, y mostraremos su declaración." Airado ahora por la perfidia aparente de aquellos en quienes había confiado, Nabucodonosor declaró: "Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones porque veis que el negocio se me ha ido. Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia será de vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que se muda el tiempo: por tanto, decidme el sueño, para que yo entienda que me podéis mostrar su declaración." (PR362)
3. ¿Qué palabras de los sabios revelaron la imposibilidad de lo que el Rey les pedía? ¿Por qué esas palabras más tarde ayudaron a dar testimonio del poder de Dios?
Amedrentados por las consecuencias de su fracaso, los magos procuraron demostrar al rey que su petición no era razonable y que la prueba exigida superaba a cualquiera que se hubiese requerido de hombre alguno. Dijeron: "No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el negocio del rey: demás de esto, ningún rey, príncipe, ni señor, preguntó cosa semejante a ningún mago, ni astrólogo, ni Caldeo. Finalmente, el negocio que el rey demanda, es singular, ni hay quien lo pueda declarar delante del rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne."
4. ¿Cuál es la esencia de la oración? ¿Qué esperanza y ánimo puedes obtener de ella para ti mismo, cualquiera que sea la situación que afrontas? (Dan. 2:20-23).
El primer acto de Daniel fue agradecer a Dios la revelación que le había dado. Exclamó: "Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo: porque suya es la sabiduría y la fortaleza: y él es el que muda los tiempos y las oportunidades: quita reyes, y pone reyes: da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos: él revela lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él. A ti, oh Dios de mis padres, confieso y te alabo, que me diste sabiduría y fortaleza, y ahora me enseñaste lo que te pedimos; pues nos has enseñado el negocio del rey"(Dan. 2:20-23)
b) Testimonio de los tres jóvenes: en el horno de fuego (Dan. 3:16-18)
Y ahora, olvidándose de su propia grandeza y dignidad, Nabucodonosor descendió de su trono, y yendo a la boca del horno clamó: "Sadrach, Mesach, y Abed-nego, siervos del alto Dios, salid y venid". Entonces Sadrach, Mesach y Abed-nego salieron delante de la vasta muchedumbre, y se los vio ilesos. La presencia de su Salvador los había guardado de todo daño, y sólo se habían quemado sus ligaduras. "Y juntáronse los grandes, los gobernadores, los capitanes, y los del consejo del rey, para mirar estos varones, como el fuego no se enseñoreó de sus cuerpos, ni cabello de sus cabezas fue quemado, ni sus ropas se mudaron, ni olor de fuego había pasado por ellos."
Olvidada quedó la gran imagen de oro, levantada con tanta pompa. En la presencia del Dios viviente, los hombres temieron y temblaron. El rey humillado se vio obligado a reconocer: "Bendito el Dios de ellos, de Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que envió su ángel, y libró sus siervos que esperaron en él, y el mandamiento del rey mudaron, y entregaron sus cuerpos antes que sirviesen ni adorasen otro dios que su Dios" (PR375)
c) Un Rey pagano da testimonio del Dios de Daniel: Daniel en el foso de los leones (Dan. 6)
Cuando Darío el Medo subió al trono antes ocupado por los gobernantes babilónicos, procedió inmediatamente a reorganizar el gobierno. Decidió "constituir sobre el reino ciento veinte gobernadores,…y sobre ellos tres presidentes, de los cuales Daniel era el uno, a quienes estos gobernadores diesen cuenta, porque el rey no recibiese daño. Pero el mismo Daniel era superior a estos gobernadores y presidentes, porque había en él más abundancia de espíritu: y el rey pensaba de ponerlo sobre todo el reino".
Los honores otorgados a Daniel despertaron los celos de los principales del reino, y buscaron ocasión de quejarse contra él; pero no pudieron hallar motivo para ello, "porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue en él hallado." La conducta intachable de Daniel excitó aún más los celos de sus enemigos. Se vieron obligados a reconocer: "No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en la ley de su Dios."
Por lo tanto, los presidentes y príncipes, consultándose, idearon un plan por el cual esperaban lograr la destrucción del profeta. Resolvieron pedir al rey que firmase un decreto que ellos iban a preparar, en el cual se prohibiría a cualquier persona del reino que por treinta días pidiese algo a Dios o a los hombres, excepto al rey Darío. La violación de este decreto se castigaría arrojando al culpable en el foso de los leones.
Por consiguiente, los príncipes prepararon un decreto tal, y lo presentaron a Darío para que lo firmara. Apelando a su vanidad, le convencieron de que el cumplimiento de este 397 edicto acrecentaría grandemente su honor y autoridad. Como no conocía el propósito sutil de los príncipes, el rey no discernió la animosidad que había en el decreto, y cediendo a sus adulaciones, lo firmó.
Durante todo un día los príncipes vigilaron a Daniel. Tres veces le vieron ir a su cámara, y tres veces oyeron su voz elevarse en ferviente intercesión para con Dios. A la mañana siguiente, presentaron su queja al rey. Daniel, su estadista más honrado y fiel, había desafiado el decreto real. Recordaron al rey: "¿No has confirmado edicto que cualquiera que pidiere a cualquier dios u hombre en el espacio de treinta días, excepto a ti, oh rey, fuese echado en el foso de los leones?"
"Verdad es contestó el rey, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no se abroga."
Triunfantemente informaron entonces a Darío acerca de la conducta de su consejero de más confianza. Clamaron: "Daniel que es de los hijos de la cautividad de los Judíos, no ha hecho cuenta de ti, oh rey, ni del edicto que confirmaste; antes tres veces al día hace su petición."
Al oír estas palabras, el monarca vio en seguida la trampa que habían tendido para su siervo fiel. Vió que no era el celo por la gloria ni el honor del rey, sino los celos contra Daniel, lo que había motivado aquella propuesta de promulgar un decreto real. "Pesóle en gran manera," por la parte que había tenido en este mal proceder, y "hasta puestas del sol trabajó para librarle." Anticipándose a este esfuerzo de parte del rey los príncipes le dijeron: "Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia, que ningún decreto u ordenanza que el rey confirmare pueda mudarse." Aunque promulgado con precipitación, el decreto era inalterable y debía cumplirse.
"Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y echáronle en el foso de los leones. Y hablando el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre." Se puso una piedra a la entrada del foso, y el rey mismo la selló "con su 399 anillo, y con el anillo de sus príncipes, porque el acuerdo acerca de Daniel no se mudase. Fuése luego el rey a su palacio, y acostóse ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño."
5. ¿Qué clase de testimonio dio Darío acerca del Dios de Daniel? ¿Cuán exacto es este testimonio? ¿Qué muestra esto acerca de lo que Dios puede revelar a los paganos acerca de su poder y su sabiduría sin la Palabra escrita? (Dan. 6:25-28).
Temprano por la mañana siguiente, el rey Darío se dirigió apresuradamente al foso, "llamó a voces a Daniel con voz triste: y…dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones?"
La voz del profeta contestó: "Oh rey, para siempre vive. El Dios mío envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen mal: porque delante de él se halló en mí justicia: y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho lo que no debiese.
"Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso: y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque creyó en su Dios.
"Y mandándolo el rey fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones, ellos, sus hijos, y sus mujeres; y aun no habían llegado al suelo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos, y quebrantaron todos sus huesos."
Nuevamente, un gobernante pagano hizo una proclamación para exaltar al Dios de Daniel como el Dios verdadero. "El rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones, y lenguas, que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada: De parte mía es puesta ordenanza, que en todo el señorío de mi reino todos teman y tiemblen de la presencia del Dios de Daniel: porque él es el Dios viviente y permanente por todos los siglos, y su reino tal que no será deshecho, y su señorío hasta el fin. Que salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; el cual libró a Daniel del poder de los leones."(Dan. 6:25-27)
IV. PADRES E HIJOS DE HOY
1. ¿Cuán consistente eres tú en tus devociones personales? ¿Cómo pueden ellas ayudar a fortalecer tu fe y hacerte un mejor testigo?
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov. 22:6).
Literalmente, este texto significa "según la boca de su camino"; es decir, "según su camino".
· Muchos padres han pensado que este versículo les permite obligar al niño a seguir la profesión o el oficio que ellos han escogido para él, proceder que ha traído tristezas y chascos, porque el niño, una vez que ha crecido, muchas veces escoge un camino totalmente distinto.
· Sería mejor entender que este versículo aconseja a los padres que estudien la manera en que su hijo puede ser de mayor utilidad para sí mismo y para otros, lo cual le proporcionará mayor felicidad.
· Las facultades de cada persona determinan el lugar específico que ha de ocupar en la vida (Ed 259, 260).
· A cada persona Dios le ha designado un lugar en su gran plan (PR 393) y la ha dotado con las facultades necesarias para ocupar ese lugar especial. Por lo tanto, la elección de la ocupación de la vida debe estar en armonía con las inclinaciones naturales.
· Los esfuerzos de los padres y del hijo debieran concentrarse en descubrir la clase de trabajo para la cual éste está capacitado. La inspiración afirma que este versículo manda que los padres dirijan, eduquen y ayuden en el desarrollo del hijo, pero que para hacer esto, ellos mismos "deben comprender el 'camino' por el cual debe andar el niño" (CM 104).
“La obra de los padres precede a la del maestro. Tienen una escuela en el hogar: el primer grado. Si tratan de aprender cuidadosamente cuál es su deber y de cumplirlo con oración, prepararán a sus hijos para entrar en el segundo grado, para recibir instrucciones del maestro. El hogar puede ser una escuela donde el carácter de los niños se modele a la semejanza de un palacio. Jesús recibió su educación en el hogar. Su madre fue su primer maestro humano. De los labios de ella, y de los escritos de los profetas, aprendió las cosas del cielo. Vivió en un hogar de aldeanos y con fidelidad y buen ánimo llevó su parte de las cargas de la casa. El que había sido el comandante del cielo, consintió en ser un siervo voluntario, un hijo amante y obediente. Aprendió un oficio, y con sus propias manos trabajó en la carpintería con José” (Conducción del niño, p. 20).
2. ¿Desde que edad comienza la educación de los hijos?
La palabra "educación" significa más que un curso de estudios. La educación comienza cuando el niño está en los brazos de su madre. Mientras la madre moldea y forma el carácter de sus hijos, los está educando. Los padres envían a sus hijos a la escuela y cuando han hecho esto, piensan que ya los han educado. Pero la educación es una cuestión más amplia de lo que muchos comprenden: abarca todo el proceso mediante el cual el niño es instruido desde el nacimiento a la segunda infancia, de la segunda infancia a la juventud, y de la juventud a la adultez. Tan pronto como un niño es capaz de formar una idea, debería comenzar su educación. La obra de educación y formación debería comenzar en la primera infancia del niño, porque entonces la mente es más impresionable, y las lecciones impartidas se recuerdan mejor. Los niños deberían ser educados en la escuela del hogar desde la cuna hasta la madurez. Y, como en el caso de cualquier escuela bien llevada, los maestros mismos obtienen importante conocimiento; especialmente la madre, que es la maestra principal en el hogar, debería allí aprender las lecciones más valiosas para su vida. Los padres tienen el deber de pronunciar las palabras debidas…Día a día deberían aprender en la escuela de Cristo lecciones de Aquel que los ama. Luego la historia del amor eterno de Dios será repetida a los tiernos niños en la escuela del hogar. (Conducción del niño, p. 26)
3. ¿Cuál es el papel de los padres en los hogares?
Muchos padres cristianos fracasan en la tarea de mandar a sus hijos después de ellos, y luego se admiran de que sus hijos sean perversos, desobedientes, desagradecidos e impíos. Tales padres están bajo el reproche de Dios. Han descuidado el deber de criar a sus hijos en la disciplina y la amonestación del Señor. Han fallado en enseñarles la primera lección del cristianismo: "El temor de Dios es el principio de la sabiduría". Dice el sabio: "la necedad está ligada en el corazón del muchacho". El amor a la necedad, el deseo de hacer el mal, el odio por las cosas sagradas, son algunas de las dificultades que los padres deben enfrentar en el campo misionero del hogar… Si los padres o los hijos reciben alguna vez la bienvenida en las mansiones celestiales, será porque en este mundo han aprendido a obedecer los mandamientos de Dios (Conducción del niño, p. 79).
4. ¿En dónde radica el verdadero éxito?
En cualquier ramo de trabajo, el verdadero éxito no es resultado de la casualidad ni del destino. Es el desarrollo de las providencias de Dios, la recompensa de la fe y de la discreción, de la virtud y de la perseverancia. Las bellas cualidades mentales y un tono moral elevado no son resultado de la casualidad. Dios da las oportunidades; el éxito depende del uso que se haga de ellas.
REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA
Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): ¿De qué manera enfrentas las pruebas? ¿Qué tipos de pruebas has pasado? ¿Cómo has testificado aun en medio de las pruebas? ¿Qué preceptos de Dios son más difíciles de obedecer en el mundo actual? ¿Hemos cumplido con el cometido de ser Agentes de Esperanza? ¿Nuestras capacidades y talentos los hemos dedicado para el servicio de Dios?
Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Así como Dios llamó a Daniel para que testificase por él en Babilonia, nos llama hoy a nosotros para que seamos sus testigos en el mundo. Tanto en los asuntos menores como en los mayores de la vida, desea que revelemos a los hombres los principios de su reino.
· Muchos están aguardando que se les dé algo grande que hacer mientras desperdician diariamente las oportunidades que tienen de ser fieles a Dios.
· Diariamente dejan de cumplir con todo el corazón los deberes pequeños de la vida.
· Mientras aguardan alguna obra grande en la cual podrían ejercer los importantes talentos que creen tener, y así satisfacer sus anhelos ambiciosos, van transcurriendo los días.
· En la vida del verdadero cristiano, no hay cosas que no sean esenciales; a la vista del Omnipotente todo deber es importante.
· El Señor mide con exactitud toda posibilidad de servir.
· Las capacidades que no se usan se tienen en cuenta tanto como las que se usan. Seremos juzgados por lo que debiéramos haber hecho y no hicimos porque no usamos nuestras facultades para glorificar a Dios” (PR 358).
Resumen: Daniel y sus jóvenes amigos, frente a desafíos enormes, permanecieron fieles a los principios y a su Dios. Lo mismo debería ser cierto para nosotros hoy.
Ore conmigo, por favor…"Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti." (Isa. 43: 2.)… Feliz sábado
Elaboró: Delfino Jarquín, Si usted gusta ver los demás comentarios haga clic en:
http://groups.google.com.mx/group/fino2008escuelasabatica/files
http://www.pmministries.com/CEES/2008/ES3/Index.html
http://www.vivafeliz.es.tl
http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com; http://www.adventistas.com.mx, temas de interés y enlaces inmediatos.
Bibliografía: Krause Gary, Agentes de esperanza: Los grandes misioneros de Dios, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Julio-Septiembre de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Julio-Septiembre de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Los Hechos de los apóstoles, Servicio Cristiano eficaz__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo IV, V, VI &,VII- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007_A. Agboka Christelle, Brown Nathan, Bosire Jared, et al, Agentes de esperanza: Los grandes misioneros de Dios, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, El universitario, Julio-Septiembre de 2008.
Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com; delfinosabbathschoolcomment@gmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.