Capítulo 5
Renunciar a la mundanalidad 1 Juan 2:12-17
Ted Peters, en su librito sobre el debate acerca de las células madre, escribe: "Algunos que defienden la tecnociencia están, por decirlo así, tratando de transformar la naturaleza humana en algo más allá de la naturaleza. [...] Stanley Shostak, por ejemplo, le daría pesadillas a un neo naturalista. Alegaría que 'debería darse una elevada prioridad a la manipulación de los genes, llenando el potencial de la biotecnología de crear una humanidad más sana y más feliz'. Shostak va más allá de la felicidad como la conocemos, y no se detendrá ante nada para lograr que la gente sea inmortal por medio de la terapia de genes regenerativos".
En 1 Juan 2:17 al 17, Juan sigue analizando la implicación de lo que significa andar en la luz. Había mostrado que tener comunión con Dios conduce a una actitud correcta hacia el pecado y la obediencia a los mandamientos de Dios. Ahora enfatiza nuestros privilegios (1 Juan 2:12-14) antes de advertirnos contra la mundanalidad (1 Juan 2:15, 16). En Juan, la teología y la ética van juntas, como lo hacen las enseñanzas bíblicas y el estilo de vida cristiano. El pasaje termina con una afirmación con respecto a la naturaleza transitoria del mundo (1 Juan 2:17). "Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre".
Esta afirmación choca de frente con el sueño de Shostak de la inmortalidad humana y plantea muchas preguntas. La más importante sería: Si la inmortalidad humana llegara a ser posible mediante la investigación científica, ¿sería deseable que nuestras vidas se prolongaran eternamente mientras vivimos bajo la maldición del pecado. Y en este mundo actual con toda la violencia, los crímenes, la avaricia, la corrupción, los abusos, las guerras, los desastres naturales, etc.?
Juan nos recuerda que este mundo pasará pero que una maravillosa vida eterna espera a los que pertenecen a Dios.
I: La condición espiritual de los creyentes - Parte 1 (1 Juan 2:12-14).
Primera Juan 2:12 al 14 trata con la nueva condición de los creyentes, claramente distinta de la de los adversarios. Estos tres versículos consisten de dos grupos de tres afirmaciones -cada una dirigida a los hijitos, los padres y los jóvenes- que son mayormente paralelas.
- A. Os escribo a vosotros, hijitos (teknía), porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
- B. Os escribo a vosotros, padres,porque conocéis al que es desde el principio.
- C. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.
- A'. Os escribo a vosotros, hijitos (paidía), porque habéis conocido al Padre.
- B'. Os he escrito a vosotros, padres,
- C'. Os he escrito a vosotros, jóvenes,porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
Desafortunadamente, en algunas traducciones, hay un poco de confusión en los versículos 13 y 14. Los Nuevos Testamentos en griego corrientes tratan el primer grupo de afirmaciones en los versículos 12 y 13, y el último grupo de tres afirmaciones en el versículo 14. Sin embargo, algunas versiones en castellano (como la RVR 60 y 95, la NVI) añaden la primera afirmaciones del versículo 14 al versículo 13. Por otro lado, otras versiones (BJ, DHH) siguen la división de versículos del Nuevo Testamento griego.
Ambos grupos se dirigen a su audiencia en el mismo orden, o sea, hijitos, padres, jóvenes. Uno se pregunta por qué la repetición de las mismas ideas en ambos pasajes, y la variación del verbo "escribir". Esta repetición es un diseño retórico que subraya la importancia del tema y añade a la vitalidad del pasaje. Establece el fundamento para los versículos siguientes: "Sólo aquellos cuyos pecados han sido perdonados, que conocen a Jesús y al Padre, que han vencido al maligno, que son fuertes y tienen la palabra morando en ellos, son capaces de rehusar el amor del mundo". Sherman y Tuggy añaden: "Por medio de un enfático recordativo de quiénes son ellos y lo que Dios hizo por ellos, él les provee la base de confianza para exhortarlos a vivir en la victoria ya ganada".
Es lo más natural comprender que los hijitos aquí son los mismos que aparecen en todos los demás lugares de 1 Juan: los hijitos representan a los feligreses en general. Los padres podrían ser los de más tiempo en la fe y más maduros, mientras que los jóvenes pueden referirse a los que son más jóvenes en la fe. Brown observa que "con frecuencia en el Nuevo Testamento griego un sustantivo masculino plural cubre sujetos de ambos géneros". Por lo tanto, los padres incluirían a todos los miembros de la iglesia mayores y los jóvenes a los miembros más jóvenes de la iglesia, varones y mujeres. Así, su edad real puede haber sido menos importante que el tiempo en que habían sido seguidores de Jesús.
II. La condición espiritual de los creyentes - Parte 2 (1 Juan 2:12-14)
En los versículos 12 al 14, Juan enfatiza tres cosas importantes relaciones con la condición de los creyentes: 1) sus pecados han sido perdonados; 2) conocen a Jesús y al Padre; y 3) han permanecido victoriosos.
1. Sus pecados han sido perdonados
Juan quiere que sus oyentes tengan certeza. Refiriéndose al análisis sobre le pecado en 1 Juan 1:5 a 2:2, él dice que ser cristiano significa tener los pecados perdonados.
Los falsos maestros pueden haber negado la existencia de pecados en sus vidas y han vivido en pecado. Los cristianos genuinos no niegan su pecaminosidad pero han aceptado la salvación por medio de Jesucristo y, por lo tanto, viven con la seguridad de que sus pecados han sido perdonados. El tiempo perfecto "han sido perdonados" señala un acto en el pasado que tiene un efecto continuado hasta el presente. Todos los pecados del pasado han sido perdonados. Los pecados presentes necesitan ser confesados y serán perdonados también (1 Juan 1:9.
"Sin embargo, el perdón es otorgado por causa de la persona y la obra de Cristo en favor del creyente, no por causa de que la confesión sea una llave mágica que obligue a Dios a abrir el tesoro del perdón. La confesión puede considerarse como un medio necesario para recibir el perdón, pero no crea la capacidad y disposición divinas de perdonar".
2. Conocen a Jesús y al Padre
Mientras los falsos maestros pretenden conocer a Dios y a Jesús Y sin embargo tienen una falsa comprensión de la divinidad y la humanidad del Mesías, los cristianos genuinos "conocen al que es desde el principio". "Conocen al Padre". La frase "desde el principio" nos recuerda 1 Juan 1:1 y, por tanto, a Jesucristo. Estos cristianos conocen tanto al Padre como al Hijo.
Como se consideró previamente, conocer a Dios tiene aspectos intelectuales, un lado moral, y un componente espiritual. Es relacional. J. I. Packer ha señalado aspectos importantes del conocimiento de Dios. "Si pregunta cómo se puede conocer a Dios, podemos de inmediato producir la fórmula correcta de que vamos a conocer a Dios por medio de Jesucristo el Señor, en virtud de la cruz y la mediación, sobre la base de su palabra y su promesa, por el poder del Espíritu Santo, vía una experiencia personal de fe. No obstante la hermosura, la bondad, y la libertad del espíritu que son las marcas de aquellos que han conocido a Dios son raras entre nosotros. [...] Un poco del conocimiento de Dios vale más que un gran conocimiento acerca de él".
Packer señala qué es lo que demuestra que la gente conoce a Dios: tienen gran energía por Dios, grandes pensamientos de Dios, gran osadía para Dios, y gran contentamiento en Dios. Continúa: "¿Para qué fuimos hechos? Para conocer a Dios. ¿Qué meta deberíamos fijarnos en la vida? Conocer a Dios. ¿Qué es la 'vida eterna' que Jesús da? El conocimiento de Dios. [....] ¿Qué es lo mejor en la vida, lo que trae más gozo, alegría y contentamiento que cualquier otra cosa? El conocimiento de Dios. [...] ¿Cuál es la situación en que Dios ve a los hombres, que le da mayor placer? El conocimiento de sí mismo. [...] Una vez que percibes que la principal tarea para la que estás aquí es conocer a Dios, la mayor parte de los problemas de la vida caen en su lugar por sí mismos".
3. Han permanecido victoriosos
De las veintiocho veces en que aparece "vencer" o "conquistar" en el Nuevo Testamento, veinticuatro se encuentran en los escritos de Juan. Los cristianos han vencido y vencerán todo lo que sea malo, incluyendo las falsas doctrinas, por medio de la fe en Cristo (1 Juan 5:5). La victoria será, en última instancia, lograda cuando Jesús venga otra vez.
Cuando los jóvenes son mencionados por segunda vez, la frase "habéis vencido al maligno" se repite, pero la afirmación se expande indicando que son espiritualmente fuertes y capaces de resistir la tentación por cuanto la Palabra de Dios es la fuente de su fortaleza. La "palabra de Dios" se refiere al mensaje divino revelado en Cristo. Akin sugiere "que Juan se refiere al Antiguo Testamento y al registro de la vida de Jesús en su Evangelio". Y añade: "La fuente de fortaleza del creyente no ha cambiado. El creyente todavía puede vencer... al maligno por medio de la fe en Jesucristo, y un estudio cuidadoso de la Palabra de Dios y el permanecer en ella".
Así el cristianismo tiene que ver con el perdón de los pecados, el conocer a la Deidad, y la victoria consecuente. El perdón de los pecados y el conocimiento de Dios son características del nuevo pacto (Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:8-12).
III. Renunciar a cualquier amor al mundo (1 Juan 2:15).
Por cuanto los creyentes creen en Dios y su Palabra vive en ellos, están listos para el desafío lanzado en los versículos 15 al 17 de no amar al mundo. En los versículos 15 al 17, el sustantivo más recuente es "mundo" (kósmos), que aparece seis veces. En el Nuevo Testamento, el término kósmos designa el universo, la Tierra, la humanidad, la esfera de la existencia, el camino de vida de oposición a Dios, y aún el adorno (1 Pedro 3:3). Sin embargo, no todos estos matices de significado están presenten en 1 Juan. El mundo necesita salvación, y Jesús vino al mundo para ser su Salvador (1 Juan 1:2; 4:14). No obstante, el mundo es hostil a Dios y a su pueblo (1 Juan 3:13). El mundo se encuentra en poder del maligno (1 Juan 5:19). Los falsos profetas, los anticristos, y los engañadores están en el mundo (1 Juan 4:1, 3; 2 Juan 7). Aunque no es malo poseer bienes mundanos, estos bienes deberían ser compartidos con los necesitados (1 Juan 3:17). Finalmente, el mundo necesita ser vencido (1 Juan 5:4, 5). En las epístolas de Juan el término "mundo" es predominantemente un término negativo, porque el mundo está en un estado de rebelión contra Dios.
Smalley proporciona un bosquejo útil de los versículos 15 al 17.
Versículo 15
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El amor del mundo
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El amor del Padre
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Versículo 16
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Provienen del mundo
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Provienen del Padre
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Versículo 17
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El mundo pasa
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El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre
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En 1 Juan 2:8 al 10 se ordena al amor. Los cristianos deben amar a sus hermanos y hermanas. En 1 Juan 2:15 se prohíbe el amor: los cristianos no deben amar al mundo. Surge una clase de tensión cuando los cristianos son llamados a no amar al mundo. Surge una clase de tensión cuando los cristianos son llamados a no amar al mundo, mientras Dios mismo amó al mundo (Juan 3:16). Santiago está de acuerdo con 1 Juan 2:15: "Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios" (Santiago 4:4). Esta tensión se debe a la diferencia de matiz de significado del término "mundo" en ambos contextos. En 1 Juan 2:15 el término no significa "el universo creado, ni la raza humana como tal. [...] sino la vida de la sociedad humana como está organizada bajo el poder del mal".
La razón dada en 1 Juan 2:15 para no amar al mundo es que Dios y el mundo hostil están opuestos entre sí. Juan no dice que debemos odiar o evitar a los seres humanos o despreciar al planeta y tratar de abandonar el mundo. Pero él nos advierte que cualquier cosa que acariciemos que esté en conflicto con Dios nos impide conocer el amor del Padre.
¿Qué es el "amor del Padre"? La frase puede comprenderse como el amor que pertenece a Dios o como nuestro amor a Dios. Puede my bien ser que Juan tenía ambas cosas en su muerte. "El amor auténtico a Dios y la 'mundanalidad' no pueden coexistir en la misma persona al mismo tiempo. Por esta fuerte antítesis el Anciano desafía a sus lectores a la pureza de la vida".
IV. Problemas con el mundo (1 Juan 2:16)
Mientras el versículo 15 es bastante amplio, advirtiéndonos en contra de amar al mundo, el versículo 16 ofrece algunos detalles. Juan menciona tres cosas: 1) los deseos de la carne, 2) los deseos de los ojos, y 3) la vanagloria de la vida.
El término traducido deseos también puede significar "anhelo, pasión o codicia". En el Nuevo Testamento a menudo se usa en forma negativa: el deseo de cosas (Marcos 4:19), los deseos de Satanás (Juan 8:44), y la codicia (Romanos 7:7). En Romanos 1:24, Pablo menciona los deseos de los gentiles, que incluyen la idolatría, la homosexualidad, la avaricia, la envidia, el asesinato, las luchas y el engaño.
Los deseos también pueden ser positivos. Jesús deseó comer la Pascua con sus discípulos (Lucas 22:15). Pablo deseo ver a los creyentes de Tesalónica (1 Tesalonicenses 2:17) y más tarde estar con el Señor (Filipenses 1:23). En las Escrituras, los deseos negativos son llamados "malos deseos" (Colosenses 3:5), "codicias necias y dañosas" (1 Timoteo 6:9), e "impiedad y a los deseos mundanos" (Tito 2:12). Por supuesto, lo que Juan estaba pensando eran los malos deseos o ansias.
Dodd sugiere que aquí se critican tres cosas: la sensualidad, el materialismo y la glorificación propia. La primera tentación tiene que ver con los "deseos de la carne".
1. Los deseos de la carne
"Carne" puede referirse a los seres humanos de una manera neutral (Lucas 3:6). Jesús llegó a ser carne (Juan 1:14). La carne también puede ser la naturaleza física de los humanos (Mato 26:41), y puede señalar las normas humanas (Juan 8:15), a los descendientes terrenales y la esfera humana de la existencia (Romanos 1:3), y finalmente, la naturaleza humana pecaminosa (Romanos 7:25; 8:13). Es en este último sentido que se usa en 1 Juan 2:16.
¿Qué son entonces, "los deseos de la carne"? El deseo de la carne incluye los deseos sexuales pecaminosos, pero la frase no se limita a la sexualidad pecaminosa. describe un enfoque centrado en sí mismo a la vida: "los pensamientos, las decisiones, y las actividades diarias de la vida están dominadas por las ansias de la carne propia". Marshall incluye el comer y el beber entre los deseos carnales y habla a cerca de "la naturaleza entera del hombre pecador que está abarcada en esta frase".
2. Los deseos de los ojos
Mientras "los deseos de la carne" pueden apuntar a problemas que surgen de la naturaleza humana, "los deseos de los ojos" pueden apuntar a influencias externas, "deseos que surgen por las cosas que se pueden ver: objetos físicos, miembros del sexo opuesto, imágenes pornográficas. [...] Se visualizan aquí los estímulos visuales en general". Pero Smalley iría más allá al afirmar que la vista puede ser tanto física como intelectual, diciendo que una persona ciega también puede ser afectada por los deseos de los ojos. Por sí mismos, los ojos son neutrales, aun inocentes, pero pueden llegar a ser los medios por los cuales los malos deseos -tales como miradas lujuriosas e inmorales (Génesis 39:7; Mateo 5:28), la codicia y la avaricia (Josué 7:21), el orgullo y la arrogancia (Isaías 5:15)- llegan a estar encarnados en nosotros.
3. La vanagloria de la vida
"La vanagloria de la vida" es el tercer problema mencionado en 1 Juan 2:16, donde el término "vida" se refiere a las posesiones materiales, "los bienes de este mundo". Este también puede ser el significado aquí. La gente se enorgullece por lo que tienen y lo que hacen. Proclamamos a nuestros alrededor nuestros logros y los de nuestros hijos, olvidando que todo lo que tenemos y somos es de Dios. Nos promovemos y dejamos que la gente sepa quiénes somos y lo que poseemos. Nos gusta que se nos mencionen los títulos eclesiásticos, académicos y profesionales. La humildad es una virtud muy escasa hoy.
No sólo los que aman al mundo se vanaglorian de sus posesiones materiales, hasta explotan a otros. "Lo opuesto a Dios es la avaricia y la explotación, conductas que destruyen la sociedad".
4. No son del Padre
La última parte de 1 Juan 2:16 señala que el mundo hostil con sus malos deseos es diametralmente opuesto a Dios. Los dos son incompatibles. "El orgullo, el prestigio, el poder, y la posición no valen de nada en el reino de Dios. El sistema de valores de este mundo se pone patas arriba cuando Dios realiza la evaluación".
V. La naturaleza temporaria del mundo (1 Juan 2:17)
En el versículo 16 el apóstol presentó la primera razón por la que no debemos amar al mundo: el amor al mundo y el amor al Padre son incompatibles. En el versículo 17, Juan añade una segunda razón: No tiene sentido amar al mundo porque el mundo no es permanente sino temporal. Es mejor y más sabio elegir lo que perdura.
No obstante, el mundo es atrayente. Aunque sabemos que es transitorio, que somos mortales y que no podemos llevar nada con nosotros cuando morimos, el mundo todavía tiene una atracción mágica. Por lo tanto, Pablo se une a Juan al decir: "Buscad las cosas de arriba" (Colosenses 3:1-4), y "No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero, las que no se ven son eternas" (2 Corintios 4:18).
En 1 Juan 2:8 el apóstol ya había afirmado que las tinieblas van pasando. Ahora usa el mismo verbo y dice que el mundo pasa. Ya ha llegado una nueva era con la encarnación de Jesús, la luz. Las cosas de este mundo están pasando. Aunque para Juan la salvación es tanto presente como futura, él es muy claro acerca del hecho de que habrá un fin del mundo creado. La historia humana no es cíclica, sino avanza de la creación a la re-creación.
Si es cierto que el mundo va pasando, ¿cómo podemos sobrevivir? Juan responde. al hacer la voluntad de Dios. Aunque una teología correcta es importante, y Juan trata de refutar a los falsos maestros con su comprensión torcida de Jesús y el pecado, también es importante vivir una vida de obediencia. Nuestra teología debe ser vivida.
No lleguemos a estar tan cómodos aquí que olvidemos nuestra meta eterna, y no comprometamos nuestro amor a Dios por una atracción de cosas y actitudes hostiles a Dios. Culpepper resume 1 Juan 2:12 a l7 afirmando: "La victoria está asegurada, se requiere la resistencia".
Conclusión
Andar en luz significa apartarse del pecado y ser obediente. Andar en la luz también significa percibir los maravillosos privilegios que tenemos como cristianos y por lo tanto deberíamos evitar toda mundanalidad. En lugar de amar al mundo, amamos a Dios, recordando que este mundo va pasando.
En un artículo de la Adventist Review [Revista Adventista, en inglés], titulado "En comisión temporaria", Dick Rentfro captó lo que Juan comparte con nosotros en su primera carta: "Yo no puedo dar el lujo de ser hipnotizado por todo lo que veo en los medios o la cultura: El deseo de tener la casa más grande, o el automóvil más veloz, mientras los hombres, las mujeres y los niños están muriendo de hambre en el mundo. Deberíamos recordar que estamos aquí solo en comisión temporaria, somos peregrinos en un país extranjero. [...] El ideal de Dios para nosotros no es el éxito material. A los ojos de Dios, los mayores héroes y heroínas de la fe no son que los que tienen las cuentas bancarias más abultadas o los que tienen poder político. Más bien son los que sirven fielmente.