Capitulo 12
La carta de Juan a la Señora
elegida
2 Juan 1-13
El posmodernismo es una filosofía de vida que han aceptado muchas personas. Para seguir los axiomas del posmodernismo, uno tiene que aceptar el pluralismo y el relativismo y renunciara cualquier noción de verdad absoluta. El pluralismo postula que todas las opiniones son iguales y que todas las religiones conducen a dios. Quienquiera o cualquiera sea. De acuerdo con el relativismo no hay verdad absoluta. Nada es certero. Nadie puede pretender haber encontrado la verdad. Algunos han llegado a la conclusión de que la verdad inmutable y los significados doctrinales eternos son invenciones humanas que contradicen la realidad.
Debe admitirse que la razón humana es falible y que al reunir las diversas enseñanzas de las Escrituras en un todo coherente se produce un cuadro preliminar, ya que como humanos tenemos sólo un cuadro parcial de la realidad. Sin embargo, este hecho no es para negar que haya una verdad absoluta, que se puedan hacer afirmaciones definidas de creencias, y que el cuadro parcial de Dios y de su plan de salvación que tenemos sea verdadero. Mientras el pensamiento teológico debe estar marcado por la humildad, no debería negar que haya verdad y que exista el error y que las enseñanzas bíblicas correctas pueden distinguirse de las herejías. Esta fue, obviamente, la posición que tomó Juan en su segunda carta. En esa carta, "verdad" es un término importante.
La segunda carta de Juan se parece a 1 Juan en muchos sentidos. Sin embargo, en contraste con la primera carta, la segunda es claramente en forma de carta con una introducción formal y una conclusión. El cuerpo principal de la carta contiene alabanza, una exhortación al amor y a caminar de acuerdo con los mandamientos, y una sección que trata con los anticristos. Segunda Juan no vuelve repetidamente a los mismos temas en la forma circular que hay en 1 Juan; más bien, es directa. Al final de 2 Juan, el anciano expresa su deseo de ver a su audiencia pronto y tener un encuentro directo con sus feligreses. Aquí hay un bosquejo de 2 Juan:
Introducción - (1-3)
Mensaje - (4-11)
Alabanza por la fidelidad - (4)
Exhortación a seguir en amor - (5, 6)
Advertencia contra los falsos maestros - (7-11)
Conclusión - (12, 13)
I. Andar en la verdad (2 Juan 1-4)
1. La Señora elegida
En 2 Juan, el apóstol se dirige a una señora y a sus hijos. El término usado para "señora" no se refiere sencillamente a una mujer en general; es la forma femenina de la palabra señor. Esta palabra aparece otra vez en el versículo 5. Al fin del mismo de la Epístola oímos acerca de los hijos de su hermana. Los intérpretes han entendido que la señor elegida en el versículo 1 es: 1) una mujer: una persona no identificada; una señor llamada Electa; María, la madre de Jesús; o Marta, que en arameo significa señora; o 2) es una iglesia.
Si uno acepta la primera opción, uno debe entender que la señora, sus hijos, y su hermana son personas literales. En el segundo caso, la "señora" representa una iglesia y sus miembros. Johnson expresa la opinión de muchos estudiantes de la Biblia: "La señora elegida y sus hijos es la forma en que el autor se refiere a una iglesia y a sus miembros". Y aun una lectura superficial de 2 Juan parece apoyar esta idea, sugiriendo que la carta fue dirigida a un grupo de creyentes. Obviamente, estos creyentes son cristianos maduros y no hijos literales. Primera Pedro 5:13 contiene una afirmación similar a 2 Juan 1, y también se refiere aparentemente a una iglesia local. Además, en otros lugares en el Nuevo Testamento la iglesia es presentada como una mujer (p. ej.; Efe. 5:22-32; Apoc. 12:1-6). Marshall piensa que el término puede referirse a la iglesia como la "esposa del Señor" (Apoc. 19:7; 21:9).
2. Amor y verdad
Segunda Juan usa importantes palabras clave. Al principio, emplea los términos "verdad" y "amor". Más tarde "verdad" es remplazada por el término "mandamiento". En los versículos 8 y 10, "doctrina" llega a ser importante.
Verdad y amor se combinan en los versículos 1 y 3, e indirectamente en el versículo 4 porque el mandamiento mencionado en este último versículo puede referirse a la fe en Jesucristo y el amor de los unos a los otros (cf. 1 Juan 3:23). En el versículo 5 el mandamiento se explica como amor mutuo. "Pero aún el amor cristiano puede ser falsificado por personas que presentan la apariencia sin la realidad. Así que el anciano añade que él ama 'en verdad'" (vers. 1). El amor puede ser interpretado de una manera puramente emocional y aún en una forma sensual y superficial. El amor cristiano es verdadero amor: amor expresado en el contexto de la verdad. El énfasis sobre el amor y la verdad indica que las iglesias de Juan están afrontando una crisis que tiene que ver con el amor y especialmente, la verdad.
En el versículo 2, la verdad parece ser personificada. La verdad permanece en nosotros y estará con nosotros para siempre. La verdad nos recuerda a Jesús, quien es la verdad (Juan 14:6), y al Espíritu Santo. Mientras el Espíritu Santo está con los creyentes para siempre (Juan 14:16), así la verdad está con ellos para siempre (2 Juan 2). Ambos, la verdad y el amor en última instancia señalan a Dios y van juntos. Forman el tema principal de 2 Juan. Necesitamos la verdad de modo que podamos discernir los engaños y sus resultados (vers. 7 y , y permanecer en la doctrina de Cristo (vers. 9 y 10).
2 Juan 3 es una promesa o afirmación más bien que un mero deseo. Gracia, misericordia y paz vienen tanto de Dios el Padre como de Jesús. El Padre y el Hijo están lado a lado. Esta afirmación prepara el camino para otra afirmación vinculando aquellas dos Personas de la Deidad (vers. 9) y para el análisis del problema con los anticristos (vers. 7), quienes obviamente negaban la divinidad de Jesús y la verdadera humanidad de Cristo. La verdad es que Jesucristo es el Hijo de Dios. Los creyentes andan en la verdad (vers. 4).
Stott declara: "Nuestro amor a otros no debe socavar nuestra lealtad a la verdad. Por otro lado, nunca debemos defender la verdad con un espíritu áspero o amargo. [...] Así la comunión cristiana debería estar marcada igualmente por el amor y la verdad, y hemos de evitar el extremismo que sigue uno a expensas del otro. Nuestro amor se vuelve blando si no es fortalecido por la verdad, y nuestra verdad se pone dura si no es ablandada por el amor".
II. Andar de acuerdo con los mandamientos (2 Juan 4-6)
Es animador para los feligreses escuchar que su líder espiritual se regocija grandemente de que ellos "anden en la verdad" (vers. 4) Los motiva a seguir su vida cristiana "conforme al mandamiento que" recibieron del Padre. Pero aunque en el versículo 4 Juan expresa su alegría de que "algunos de tus hijos [están] andando en la verdad" con esto admite que algunos de ellos no lo están. O ya se ha producido un cisma, o está por ocurrir.
Después de regocijarse (vers. 4) viene un pedido que también es una exhortación (vers. 5, 6), la primera de tres. Juan habla otra vez acerca de un mandamiento (vers. 5), específicamente, de que hemos de amarnos unos a otros. Witherington sugiere: "Como consecuencia del cisma, la audiencia debe mantener el vínculo del amor con el autor y con la iglesia".
En el versículo 6, Juan muestra que el amor significa guardar los mandamientos de Dios. No es meramente lo que sentimos. El amor es lo que hacemos, cómo actuamos y nos relacionamos con los otros.
Mientras en el versículo 4 Juan hablaba acerca de "andar en la verdad", en el versículo 6 habla acerca de andar "según sus mandamientos" (plural) y "andar en amor". En nuestras versiones castellanas, los traductores identificaron el mandamiento como "el amor", el amor mutuo (vers. 5).
Andar en la verdad
Versículo 4
Andar según sus mandamientos
Versículo 6a
Andar en amor (el mandamiento)
Versículo 6b
¿Qué significa esto?
1. Los cristianos andan en la verdad; es decir, viven la verdadera vida comprometida con Dios y su verdad como se reveló en Jesucristo.
2. Andan en amor, guardando el mandamiento de amarse unos a otros.
3. El amor los motiva a andar en todos los mandamientos de Dios. "'El mandamiento' es que debemos amarnos unos a otros, mientras 'los mandamientos' son los requerimientos detallas que desarrollan la estructura de este mandamiento central".
La verdad, el amor y la obediencia a los mandamientos pueden haber sido "productos muy escasos en algunas secciones de la comunidad de Juan" y debían "llegar a ser prioridad máximas". Stott señala que "la libertad cristiana no es inconsistente con la ley, como tampoco lo es el amor. Es cierto, los cristianos no están 'bajo la ley' en que nuestra salvación no depende de la obediencia a la ley. No obstante, esto no nos libera de la obligación de guardar la ley. [...] La libertad con la cual Cristo nos libertó no es libertad para quebrantar la ley, sino libertad para guardarla".
III. Ir más allá de la doctrina de Cristo (2 Juan 7-9)
Los versículos 7 al 9 nos llevan a los "engañadores" con su falsa comprensión de Jesús. La situación parece ser la misma que la que ya encontramos en 1 Juan. Las ideas de los engañadores acerca de Jesús difieren radicalmente de la doctrina de los apóstoles, y estos separatistas propagan sus posiciones. La situación ha llegado a ser tan mala que muchas personas dejaron la iglesia y llegaron a ser engañadores ellas mismas.
En el versículo 7, los falsos maestros están caracterizados 1) como muchos; 2) como engañadores; 3) como los que no confiesan la plena humanidad de Jesucristo; 4) como los que abandonaron la iglesia; y 5) como anticristo. Aunque el comienzo del versículo 7 los engañadores aparecen en plural, al final del mismo versículo se usa el singular y se añade el término "anticristo". Obviamente, los engañadores prefiguran al futuro anticristo. Johnson ve en el término "anticristo" una referencia "a una figura del tiempo del fin, un personaje apocalíptico, como 'el hombre de pecado' de Pablo. [...] El Anciano ve en estos falsos maestros los precursores del fin del tiempo". Witherington escribe: "Parece suficientemente claro que se hace una distinción entre la figura del anticristo final, que lleva las cosas a un clímax, y figuras de anticristo preliminares. [...] Nuestro autor ni mezcla ni confunde los anticristos (plural) con el anticristo (singular), [...] pero ve que los primeros presagian al último, quien todavía está por venir".
Mientras 1 Juan 4:2 nota que "Jesucristo ha venido en carne" (la cursiva fue añadida), 2 Juan 7 destaca que "Jesucristo está viniendo en carne" (la cursiva fue añadida), empleando un tiempo presente (que no aparece como tal en la traducción de RVR 60). La venida de Jesús puede difícilmente referirse a su segunda venida. Claramente trata con su encarnación "en la carne". No obstante, esta encarnación no ocurre otra vez en ningún momento de la historia. Más bien, ocurrió una vez y sus resultados permanecen. Jesucristo ha llegado a ser carne y sigue siendo carne (tiempo presente continuo). Palabras similares se usan en Juan 6:14 y 11:27. El mensaje de Juan es que la encarnación de Jesucristo tiene efectos duraderos. Akin habla acerca de "la realidad de la encarnación y la humanidad de Jesús es continua. Para Juan, "era axiomático que había habido una verdadera encarnación, que la Palabra había llegado a ser carne y permaneció siendo carne". Stott concuerda: "Las dos naturalezas, la humanidad y la Deidad, estuvieron unidas ya en su nacimiento, para nunca ser separadas. La combinación de los tiempos perfecto y presente (en 1 Juan 4:2 y aquí) enfatizan esta unión permanente de las naturalezas en una persona".
El versículo 8 contiene la segunda exhortación. Los feligreses tienen que estar alerta en forma constante para evitar ser afectados por los engañadores, y perder así su "galardón completo". Algunos manuscritos griegos dicen: "Velad para que no perdáis aquellos por lo que vosotros trabajasteis" en lugar de "por lo que nosotros hemos trabajado". La versión RVR 60 y RBR 95 usan "vosotros"; otras versiones prefieren "nosotros".
La opinión de los expositores está también dividida acerca de lo que significa perder el galardón completo. Algunos sugieren que no tiene nada que ver con "ganar o perder su salvación", sino más bien "su recompensa por un servicio fiel". Sin embargo, esta interpretación parece estar basada en la idea de que los verdaderos creyentes no pueden apostatar. Los eruditos del Nuevo Testamento que no aceptan esta idea hablan acerca de la pérdida potencial de la salvación de la persona, y conectan la recompensa con la vida eterna como se encuentra en 1 Juan 5:11, 12. La advertencia incluye una afirmación indirecta: Si tú no sigues a los herejes, puedes estar seguro de la recompensa que es un don gratuito de Dios.
De acuerdo con el versículo 9 los separatistas se han "extraviado", se han ido muy lejos. "Pueden pensar de sí mismos como 'progresivos', 'modernos', o filosófica y teológicamente 'al día'. Pero para el Anciano, han abandonado el auténtico cristianismo y ya no tienen Dios". Esto es cierto para todos los que se apartaron de la comprensión bíblica de Jesucristo. Stott dice: "¡Han avanzado tanto que ya han dejado a Dios detrás de ellos!" Pero Juan no está opuesto a una mejor comprensión de la verdad bíblica. Se opone a aquellas ideas que no tienen lugar para Jesucristo o mal interpretan la persona y la obra del Hijo de Dios. Tales ideas son apostasía, no progreso.
"La doctrina", mencionada dos veces en el versículo 9, puede designar la instrucción dada por un maestro o el contenido de lo que se ha enseñado, sea ortodoxo o herético. En nuestro pasaje, lo que se desafía es la enseñanza de los apóstoles acerca de Jesús. Los que aceptan la enseñanza bíblica y fielmente permanecen en ella "tienen" al Padre y al Hijo. El rechazo de esta enseñanza conduce a una pérdida de la relación con el Padre. No es extraño que Juan esté convencido de que la doctrina es importante. Nos advierte acerca de vigilar y no ir más allá de lo que Jesús y los apóstoles enseñaron. Si los creyentes prestan atención a su advertencia, experimentarán el cumplimiento de la promesa al final del versículo 8: tendrán tanto al Padre como al Hijo.
IV. ¿Rehusar la hospitalidad? (2 Juan 10, 11)
La Biblia asigna gran valor a la hospitalidad, y desafía a los cristianos a ser hospitalarios (Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9). Jesús se mezcló con los recolectores de impuestos, los fariseos y otros que no siempre tenían una teología o un estilo de vida correcto. ¿De qué modo este llamado se adecua a lo que Juan está diciendo en 2 Juan 10 y 11?
Aunque la hospitalidad es una virtud cristiana, tiene limitaciones. Si la hospitalidad conduce directa o indirectamente a apoyar falsas doctrinas, debería ser abandonada. En el primer siglo d. C., los maestros estaban viajando, predicando en diversos lugares, y alojándose con los miembros de la iglesia, quienes les daban alimentos y alojamiento. Si estos maestros estaban propagando falsas doctrinas, la hospitalidad provista sería entendida como que apoyaba su mensaje. Los feligreses que vacilaban entre la enseñanza apostólica y las ideas nuevas pero falsas, -a menudo de naturaleza pregnóstica o gnóstica más tarde- quedarían sorprendidos o harían decisiones equivocadas si veían a un miembro prominente de la iglesia, o a un líder, permitiendo que el engañador se alojase con él.
La Didajé, un escrito de los primero tiempos del cristianismo, también trata con el problema de los falsos maestros que se disfrazaban como misioneros itinerantes, y señala cómo relacionarse con ellos. "Ahora, deberían dar la bienvenida a todo aquel que llega a ustedes y les enseña todo lo que hemos estado diciendo. Pero si el maestro demuestra ser un renegado y al enseñar contradice todo esto, no le presten atención. [...] Den la bienvenida a todo apóstol cuando llegue, como si fuera el Señor. Pero él no debe quedar más de un día. En caso de necesidad, sin embargo, también el día siguiente. Si se queda tres días, es un falso profeta. [...] Si pide dinero, es un falso profeta".
La última frase del versículo 10, repetida al comienzo del versículo 11, trata con la reacción de los feligreses al falso maestro.
Algunas versiones traducen la frase griega "no darle un saludo" (DHH, BJ), mientras otras usan "no le deis la bienvenida," (RVR 60 y 95, NVI). Aunque "saludar" es una traducción correcta, el problema no es decir hola a estas personas. "Significaba una bienvenida, involucrando una muestra de aceptación, amor y receptividad. De hecho, se podría decir que saludar a alguien como hermano o hermana trasmitía la impresión de que la persona era una cristiana regular". Johnson añade: "Todo aquel que le da la bienvenida [...] incluye cooperación y ayuda en la misión de aquellos que dividen la comunidad". Akin sugiere que la frase actúa como una despedida y "significa algo como 'Dios lo bendiga' o 'que le vaya bien'. Es una expresión de afirmación y apoyo. Juan dice que no debe darse ánimo de ningún modo. Mostrar hospitalidad o acuerdo verbal sería participar en su obra malvada".
Juan no está proponiendo que los creyentes odien o no se preocupen por los que sostienen ideas erróneas o que eviten cualquier contacto con personas que piensan en forma diferente. Está diciendo que los cristianos deben saber del hecho de que su conducta podría ser comprendida como una aprobación de las ideas opuestas a la verdad. Si ese es el caso, deben ser muy cuidadosos.
Se ha sugerido que en los versículos 10 y 11, Juan no está tan preocupado con la conducta de un creyente individual sino con la de la iglesia entera y que la casa mencionada en el versículo 10 no es una casa privada sino el lugar donde se reúne la iglesia para adorar. La iglesia no debe animar a un maestro que predica herejías. Esto puede ser correcto, pero no nos libera de nuestra propia responsabilidad individual.
Hoy, muchos han perdido el sentido de cuán problemáticas pueden ser las herejías y han llegado a ser bastantes tolerantes, si no indiferentes, a la verdad bíblica. Consideran que es como juzgar o ser arrogantes aun decir que existe tal cosa como herejías. El peligro es que la tolerancia llegue a ser compromiso, y el compromiso, herejía. Ninguna iglesia es inmune a tal desarrollo. Juan nos recuerda que hay una diferencia básica entre la verdad y el error, que lo que creemos es importante, y que nuestras creencias afectan nuestra relación con Dios.
V. La comunicación mutua (2 Juan 12, 13)
Los versículos 12 y 13 forma la conclusión de la carta. La señora elegida (vers. 1) tiene una hermana elegida (vers. 13). Se repite el concepto de gozo que se encuentra en el versículo 4. El autor quiere que sus congregaciones experimenten un gozo completo. La conclusión de 2 Juan nos permite ver el interés personal de Juan en sus lectores y su deseo de encontrarse con ellos personalmente. Aunque una presentación oral de un mensaje tiene ventajas, también hay ventajas en los mensajes escritos: tales como una cuidadosa elaboración del texto, la conservación de la comunicación, compartirla con otros, y una respuesta rápida. No obstante, Juan esperaba ver a los creyentes cara a cara.
Juan quería comunicarse con sus feligreses abiertamente, reafirmarlos y advertirles. Una comunicación abierta y llena de tacto normalmente es mejor que suponer que los problemas desaparecerán por sí mismos. es mejor resolver un problema que no tocarlo siquiera, y es mejor animarse mutuamente que nunca decir una palabra de afirmación.
El mensaje que Juan comunica es bastante fuerte. En cuanto a los anticristos, Juan no deja lugar para las negociaciones o las componendas. Nos recuerda la actitud de Pablo cuando escribió la carta a los Gálatas (Gál. 1:6-9). Juan quiere proteger a las iglesias y a los miembros de las iglesias.
Conclusión
La segunda carta de Juan describe cómo el apóstol se preocupa e interesa por su iglesia y anhela que todos los miembros sean fuertes en su fe. Él anima, exhorta, y amonesta a los miembros de iglesia, enfatizando la verdad y el amor. Nuestra vida como cristianos debe exhibir las características de andar en la verdad, andar en amor, y andar en los mandamientos de Dios. Entonces, en lugar de ser engañados, seremos capaces de ayudar a otros.
"El apóstol enseña que mientras deberíamos mostrar cortesía cristiana, estamos autorizados a llamar al pecado y a los pecadores por sus nombres correctos, que eso es consistente con la verdadera caridad. Mientras hemos de amar las almas por las cuales Cristo murió, y trabajar por su salvación, no deberíamos hacer compromisos con el pecado. No hemos de unirnos a los rebeldes, y llamar a esto caridad. Dios requiere que su pueblo en esta época del mundo esté firme, como lo hizo Juan en su tiempo, invariablemente por lo correcto, en oposición a los errores que destruyen el alma".
Fuente:
http://www.escuelasabatica.cl/2009/tri3/lecc12/leccion.htm