Lección 10: Para el 9 de junio de 2012
UNA RESPUESTA DE AMOR
Sábado 2 de junio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Juan 4:18, 19; Romanos 3:19, 20; Juan 15:13; Romanos 5:6-8; Juan 6:28, 29.
PARA MEMORIZAR: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
PENSAMIENTO CLAVE: Debemos ganar almas para Cristo; la pregunta es: ¿Qué nos motiva a hacer precisamente eso?
AUNQUE A MENUDO SE CONSIDERA que nuestro texto para memorizar se refiere a los Diez Mandamientos, también hay otros mandamientos, entre los cuales está: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19). Nuestra motivación para testificar y evangelizar debería ser la gracia de Dios hacia nosotros, y no un sentimiento de culpa, de obligación, o de deuda. No necesitamos ser psicólogos de la conducta para saber que mucho de lo que hacemos es una respuesta a algo. Esto también será cierto de nuestra participación en la testificación y la evangelización. Podemos descubrir nuestra motivación preguntándonos por qué hacemos lo que hacemos. ¿Por qué participamos en la testificación y la evangelización? O, ¿por qué no lo hacemos? Analizaremos la motivación correcta para involucrarnos en la obra del Señor, y también los peligros de trabajar con motivaciones equivocadas, tales como la obligación, la culpa o la vergüenza. Veremos por qué la evangelización y la testificación deberían ser nuestra respuesta de amor al don de la salvación que Dios nos ha dado.
Lección 10//Domingo 3 de junio
MOTIVADOS POR EL AMOR
¿Te has preguntado por qué parece difícil motivar a la gente para compromisos de largo plazo en los proyectos de la iglesia? Tal vez la respuesta se encuentre al pensar en algunas situaciones en las que son evidentes una muy alta motivación y compromiso. ¿Qué motiva a un padre a donar uno de sus riñones para salvar la vida de su hijo? ¿Por qué algunas madres y padres gastan una pequeña fortuna para proveer una buena educación a sus hijos? ¿Se hacen estas cosas porque los padres se sentirían culpables si no lo hicieran? ¿Piensan ellos que deben a sus hijos estas cosas? Por supuesto que no. Los padres tienen un sentido de responsabilidad por el bienestar de sus niños, pero el amor es la mayor fuerza motivadora. Lo hacen por causa del amor. No podemos repetirlo demasiado: hacemos cosas para Dios porque lo amamos, y porque sabemos que él nos ama.
Lee 1 Juan 4:18 y 19. ¿Qué significan estos textos? Escribe su significado en tus propias palabras.
Nuestro amor a Dios debe estar basado en su amor por nosotros. Dios existió antes que nosotros y nos amó en forma suprema. El amor solamente puede ser el resultado y la respuesta al amor. Obedecer la gran comisión evangélica por otra razón que el amor es totalmente inútil. Por eso, la preparación espiritual es vital en la testificación y la evangelización. Si conocemos a Dios, lo amaremos y desearemos salvar almas. No siempre amamos a personas que no conocemos. Por eso es vital que, para obedecer a Dios por amor, lo conozcamos personalmente.
¿Qué revelan los siguientes versículos acerca del amor de Dios, y de obedecerlo y trabajar para él? Josué 22:5; Lucas 7:41-43; Juan 14:23; 2 Corintios 5:12-18.
El amor y la obediencia son inseparables mientras sigan ese orden. El verdadero amor a Dios resultará en obediencia a su voluntad, pero la obediencia no siempre conducirá a amarlo (aunque puede ocurrir). Si queremos que la gente trabaje para Jesús, debe haber una conexión amante con él.
¿Cuánto de tu amor a Dios motiva lo que haces? ¿Qué dice tu respuesta acerca de tu relación con él y qué necesita cambiar?
Lección 10 // Lunes 4 de junio
NO POR CULPA
Por siglos se ha usado la culpa para motivar a la gente a la acción. Los líderes de evangelismo nos recuerdan que Dios nos dio responsabilidades, y que debemos usar los talentos y los dones que nos dio, y que Dios y la iglesia dependen de nosotros. Dios ha hecho tanto para salvarnos... ¿cómo podemos mantenernos inactivos en la evangelización? Estos intentos de llamarnos a la acción con la mejor intención apelan a nuestro sentido de culpa y de deuda hacia Dios. La motivación siempre parece contraproducente cuando quitamos el énfasis de lo que Dios ha hecho y lo ponemos sobre lo que tenemos que hacer.
Lee Romanos 3:19 y 20. ¿Qué quiso decir Pablo cuando declaró que todo el mundo es culpable ante Dios?
Pablo dice que todos están bajo el juicio de Dios, es decir, son responsables ante él. Afirmó, en el versículo 10, que “no hay justo, ni aun uno”; y en el versículo 19 confirma que “todo el mundo” es culpable ante Dios. La función de la Ley ha sido comparada con un espejo que revela nuestra condición pecadora, pero que no provee el jabón y el agua limpiadores. Al mirar la ley de Dios, vemos nuestra pecaminosidad, y eso nos impulsa a ir al Salvador para recibir su perdón y limpieza gratuitos. Después de que vamos a Cristo, ya no estamos más motivados por la culpa, porque esta ha sido lavada por la justicia de Jesús y en él somos perfectos. Somos pecadores, pero hemos sido perdonados, nuestra culpa ha sido expiada. Y, basados en la salvación que es nuestra por medio de Cristo, estamos motivados para testificar a otros de lo que Cristo ha hecho por nosotros.
Lee Santiago 2:10. ¿Cuál es el punto principal aquí? ¿Cómo explicarías esto a un creyente nuevo?
Una ofensa en un punto nos hace culpables de toda la Ley; esto subraya cuán inútil es intentar ganar el favor de Dios por guardar la Ley. El quebrantar la Ley, aun en un grado muy pequeño, revela el deseo de hacer nuestra propia voluntad en vez de la de Dios.
Reconoce tus errores, entrégalos a Jesús, reclama su justicia, su perdón, su gracia; pero no te equivoques, eres indigno, más de lo que te imaginas. Si no, la salvación ofrecida no sería por gracia, sino una deuda que Dios tiene contigo (ver Romanos 4:1-4). ¿Crees que Dios te debe algo?
Lección 10 //Martes 5 de junio
MOTIVADOS A SERVIR
¿Qué pensarías de alguien que constantemente y en voz muy alta declara que está motivado pero no intenta nada? ¿O de alguien que pretende estar dedicado pero nunca revela a qué se ha dedicado? Ya vimos que el amor es un motivador muy poderoso; pero solamente declarar nuestro amor, o aun el amor a Dios, no significa nada si no actuamos sobre la base de ese amor. Es decir, esperamos que el amor se revele por medio de acciones. Por eso, “amor” es una palabra activa.
Lee Juan 15:13 y Romanos 5:6 al 8. ¿Qué se revela aquí del amor de Jesús como lo manifestaron sus acciones? ¿Cómo hemos de tomar estos principios y manifestarlos en nuestras vidas?
¡Qué Salvador maravilloso es el que deliberadamente y voluntariamente dio su vida por su grande amor por nosotros! Este es el ejemplo máximo de cómo una persona que ama es impulsada a actuar en favor de sus amados. ¿Qué pasaría si Jesús dijera que nos ama pero se hubiera quedado en el cielo, y si hubiera declarado su amor pero no nos hubiese hecho ninguna promesa o provisiones para nosotros?
Lee Juan 14:21. ¿Qué nos enseña este versículo acerca del amor en acción, tanto de Jesús como de nosotros?
No estamos hablando solo del amor aquí, sino de una relación amorosa. En cualquier relación amorosa, la motivación es agradar al objeto de nuestro amor. El acto salvador decisivo de Jesús fue motivado solamente por su amor a una raza que había roto su conexión con Dios. Cualquier cosa que hagamos para Dios que no provenga de un motivo similar sugiere que no entendemos lo que es una relación de amor con Dios. Él no quiere que testifiquemos o evangelicemos porque se lo debemos. Él desea que nuestra conexión con él nos impulse a hacer cosas que le agradan y que lo amemos tanto que alcancemos a la gente que él ama.
¿Cómo podemos estar seguros de que hacemos cosas para Dios con la motivación correcta? ¿Podemos ser una bendición para otros aun si estamos mal motivados en nuestras acciones? Si es así, ¿cómo es posible? Las acciones buenas por razones equivocadas ¿son buenas de todas maneras? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.
Lección 10 // Miércoles 6 de junio
LA TRAMPA DEL LEGALISMO
Se ha dicho: “No hay almuerzos gratis”; la idea es que si recibes algo gratis, realmente no es gratis, porque de algún modo, en algún momento, tendrás que pagarlo. La teoría de que nunca nada es realmente gratis se ha infiltrado entre los cristianos hasta el punto de que muchos tratan de ser merecedores de la salvación que Dios da, por medio de la obediencia a su voluntad. El legalismo, en el vocabulario cristiano, describe la actitud de aquellos que creen que su obediencia a Dios de algún modo los justificará. Por supuesto, aunque la gracia de Dios no niega la expectativa de obediencia, la salvación está basada solo en esta gracia y no en nada que podamos hacer.
¿Qué revelan los siguientes textos acerca de la mala comprensión de la salvación, tan generalizada en la mente de muchos? ¿De qué modo nosotros podemos caer en la misma clase de pensamiento? ¿Por qué es tan fácil caer en eso?
Romanos 10:1-4
Romanos 11:5, 6
Gálatas 2:16
Una religión legalista hace que la persona se enfoque en la realización personal (y a menudo los logros de otros) en vez de centrarse en la comisión evangélica. Las actitudes legalistas pueden conducir al orgullo de quienes son tan ciegos que se consideran suficientemente santos como para ser salvados. O, igual de malas son las actitudes legalistas que pueden conducir al desánimo y la desesperación de aquellos que se dan cuenta de cuán lejos están de la norma divina. De cualquiera de las dos maneras, es una trampa que necesita ser evitada, especialmente en nuestra iglesia, donde la obediencia a la Ley es central en nuestra comprensión de lo que trata el evangelio.
Lee Juan 6:28 y 29. ¿Cómo revela Jesús aquí la verdad de la salvación por la fe? Sin embargo, ¿qué significa creer en “el que él ha enviado”? ¿Cómo debería manifestarse esa creencia en nuestra vida? ¿Cómo la manifiestas, especial-mente cuando nadie te está mirando?
Lección 10// Jueves 7 de junio
LIBRES PARA SER ESCLAVOS
Una vez fuimos esclavos del pecado, pero por Cristo hemos sido libertados (Romanos 6:6; Gálatas 5:1; 1 Tesalonicenses 1:10) y adoptados (Romanos 8:15), y hemos nacidos de nuevo (1 Pedro 1:23). El obrero efectivo le entrega a Dios el pasado, y acepta su poder para el presente y el futuro. Es decir, los libertados por Cristo se vuelven sus esclavos. Esto puede parecer extraño: que la liberación conduzca a la esclavitud, pero es tan cierta como el dicho: “Para estar espiritualmente llenos debemos vaciarnos continuamente”. Lee Filipenses 1:1; Santiago 1:1; y 2 Pedro 1:1. ¿Qué quieren decir Pablo, Timoteo, Santiago y Pedro cuando se presentan como siervos de Dios? ¿Cómo comprendemos estas ideas acerca de nosotros?
Los siervos, o esclavos, eran propiedad del amo, y obligados a trabajar bajo sus órdenes. En el sentido cristiano, trabajar para el Maestro es una elección voluntaria. Dios nos ama mucho y no fuerza nuestra voluntad. Al usar esas palabras, Pablo, Timoteo, Santiago y Pedro indicaban su completa identificación con Cristo y su causa. Estaban afirmando su servicio sin reservas a él como su Señor. Estaban renunciando a su importancia, para que otros enfocaran solo a Jesús. En esta esclavitud, hay seguidores consagrados, leales y devotos que sirven con abnegación. Lee Juan 8:34 al 36. ¿Qué se enseña aquí acerca de la esclavitud del pecado y el camino a la libertad?
Los oyentes de Jesús sabían que los esclavos no tenían seguridad. Podían venderlos según el capricho del amo, mientras que el hijo del amo siempre estaba seguro en su casa. Aquí Jesús usa la esclavitud para impartir una verdad espiritual. Si el Hijo de Dios te hace espiritualmente libre de la esclavitud al pecado, estarás realmente libre. Pocos esclavos liberados volvían a la esclavitud, pero, espiritualmente, esto es lo que sucede cuando somos liberados de la esclavitud del pecado y llegamos a ser esclavos de Cristo (Romanos 6:17, 18). Si somos libres de concentrarnos en nosotros, somos libres para considerar a otros y cómo podemos beneficiarlos. Aquí está la clave de una vida de servicio.
Lección 10 // Viernes 8 de junio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Mantenerse en el camino.
Así como cualquier buen vehículo a motor, en última instancia, se romperá como resultado de la falta de mantenimiento regular, muchos ministerios buenos y valiosos de la iglesia han caído junto al camino por causa de una falta de intencional mantenimiento regular. Para mantener tu ministerio saludable y en el camino, considera la siguiente lista de temas de mantenimiento:
1. Mantén tu conexión personal. Recuérdate a menudo que estás en un ministerio en sociedad con el Señor.
2. Mantén tu visión personal. ¿Todavía sientes la importancia de tu ministerio? ¿Están tus metas tan claras y fuertes como eran cuando te involucraste en este ministerio?
3. Mantén tu comunicación. Informar regularmente es importante para un apoyo continuo. La gente está ocupada y necesita que se le recuerde cómo está marchando este ministerio, y también cómo pueden participar.
4. Mantén tu entusiasmo. Es un dicho verdadero que “Nada genera tanto entusiasmo como el entusiasmo”. Muestra tu entusiasmo continuado acerca de tu ministerio, y otros también se entusiasmarán.
5. Mantén tu foco. No te desvíes con otros deberes o programas que te impidan dedicar el tiempo y la energía que tu ministerio actual necesita para sobrevivir y crecer.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. En la clase, repasen las respuestas a la pregunta final de la sección del martes.
2. ¿Qué vislumbres proporcionan la siguiente cita sobre la relación entre el amor a Dios y el servicio a él? “El cristiano que está despierto es el que trabaja, el que procura celosamente hacer todo lo posible para que el evangelio progrese. A medida que crece su amor por el Redentor, crece también su amor por el prójimo” (Los hechos de los apóstoles, p. 215).
3. “Los que nunca han experimentado el tierno y persuasivo amor de Cristo no pueden guiar a otros a la Fuente de la vida. Su amor en el corazón es un poder constrictivo, que induce a los hombres a revelarlo en la conversación, por medio de un espíritu tierno y compasivo, y en la elevación de las vidas de los que se asocian con él. Los obreros cristianos que tienen éxito en sus esfuerzos deben conocer su amor. Su idoneidad como obreros se mide en el cielo por su capacidad para amar como Cristo amó y para trabajar como él trabajó” (Los hechos de los apóstoles, pp. 454, 455). En la clase, compartan sus propias experiencias personales del amor de Dios y cómo han llegado a conocerlo por sí mismos.
Compilador: Delfino J.