Lección 6: Para el 12 de mayo de 2012
EVANGELIZACIÓN Y
TESTIFICACIÓN PERSONALES
Sábado 5 de mayo
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hechos 4:13, 14; Juan 1:37-50; Salmo 139; 1 Pedro 3:1-15; Juan 4:37, 38.
PARA MEMORIZAR: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí” (Isaías 43:10).
PENSAMIENTO CLAVE: Los que tienen el gozo de la certeza de la salvación querrán conducir a otros a experimentar lo mismo.
AUNQUE MUCHAS PERSONAS oirán las buenas nuevas de Jesús por las actividades de testificación y evangelización de la iglesia, en un sentido especial la influencia de la persona individual contribuye al éxito del programa general de la iglesia. En las últimas décadas, las encuestas han mostrado que los amigos, los parientes, los vecinos o los conocidos (todos bajo el poder del Espíritu Santo) fueron aquellos que con más facilidad aceptaron a Cristo. La investigación ha mostrado que hasta el 83% de los miembros nuevos encuestados afirmaron que la influencia de sus amigos miembros de la iglesia, parientes o conocidos fue importante. De los que asistieron a alguna forma de reuniones de evangelismo público antes de unirse a la iglesia, el 64% lo hizo por invitación de alguien perteneciente a su red social cercana. Esta semana repasaremos algunos ejemplos bíblicos de trabajo en redes, y consideraremos nuestra conexión con Jesús y nuestra influencia personal sobre los que están cerca de nosotros.
Lección 6 //Domingo 6 de mayo
MI DIOS Y YO
Nuestra relación personal con Jesús tendrá influencia directa sobre nuestro éxito en testificar de él. Es muy fácil aprender algunas fórmulas de testificación y evangelización, y luego avanzar en nuestra propia supuesta sabiduría y fortaleza. Aunque Dios puede bendecir nuestros esfuerzos, debemos recordar siempre que la obra es de Dios, y que la realizamos mediante su poder. ¿Queremos meramente impartir conocimiento (aunque sea conocimiento importante) o queremos estimular una relación espiritual vital? Y ¿cómo podemos transmitir a otros lo que no tenemos en nosotros mismos?
Por supuesto, siempre hay ejemplos de personas –por débiles que sean en la fe o aunque estén al borde de la apostasía– que son usadas por Dios para conducir a otros a Jesús. En una ciudad grande, hace muchos años, una señorita, habiéndose unido a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, trabajaba incansablemente para alcanzar a su hermano. Después de años, su hermano se bautizó. Un mes más tarde, la hermana abandonó la fe y, hasta ahora, no ha regresado. Aunque casos como este suceden, el hecho es que cuanto más sólida sea nuestra propia conexión con Jesús tanto más poderosa será nuestra testificación.
Lee Hechos 4:13 y 14. ¿Qué revelan estos versículos acerca de la relación que Pedro y Juan tenían con Jesús, y qué les permitió lograr esta conexión? Piensa en lo que significa cuando dice que “les reconocían que habían estado con Jesús”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cómo debería ser una persona que “ha estado con Jesús”?
La lección en la Palabra de Dios es bien clara. Al pensar acerca de nuestros campos misioneros personales, al evaluar la maduración del grano y la urgente necesidad de obreros, necesitamos permitir que Dios nos atraiga a una estrecha y poderosa relación con él; una relación que nos dará el poder que de otro modo nunca tendríamos.
¿Cómo es tu relación personal con el Señor? ¿Tu presencia –cómo hablas, cómo actúas, cómo tratas a la gente– acerca de tu relación con Dios? Sé realmente tan honesto contigo mismo como puedas.
Lección 6 // Lunes 7 de mayo
MI CAMPO MISIONERO PERSONAL
Cuando Jesús miró a las multitudes, tuvo compasión (ver Mateo 9:36). A veces podemos pensar que Jesús sencillamente vio la multitud; pero, en realidad, vio a cada individuo que constituía esa multitud. Del mismo modo, debemos percibir a cada persona individual en las multitudes que encontramos a cada paso y entre las que vivimos. Nuestra iglesia puede percibir a los individuos en la multitud solo si, como miembros de la iglesia, atendemos a quienes están en nuestra esfera de influencia sobre una base individual. Aquellos con quienes actuamos personalmente en diversos niveles de intimidad son nuestro campo misionero personal. Desde nuestras relaciones familiares más estrechas podemos avanzar hacia afuera, a otros, amigos y conocidos. Ocasionalmente, otros entran y salen de nuestra esfera de influencia y, por un tiempo corto, llegan a ser parte de nuestro campo misionero personal. Lee Juan 1:37 al 42. ¿Por qué crees que Andrés le habló a su hermano de haber encontrado al Mesías antes que a cualquier otra persona?
Andrés había sido discípulo de Juan el Bautista; como el ministerio de Juan era preparar el camino para Jesús, es comprensible que algunos discípulos pasaran a seguir a Jesús. La conversación de Andrés con Jesús lo entusiasmó tanto que de inmediato fue a buscar a la persona más próxima a él, el hermano con quien había pasado muchas largas noches pescando en Galilea.
Lee Juan 1:43 al 50. Considera lo que sucede aquí. ¿Qué relaciones interpersonales se revelan? ¿De qué maneras respondió Felipe al escepticismo de Natanael? ¿Qué lecciones nos proporciona esta historia que nos ayudan a comprender cómo actúa la testificación personal?
El movimiento de seguir a Jesús parece que ganó impulso mediante las redes sociales en las áreas de Capernaum y Betsaida. Nota que Felipe no discute cuando Natanael expresa dudas de que el Mesías vendría de una aldea rural pequeña e insignificante. Sencillamente, le hace una invitación: “Ven y ve”.
¿A quiénes en tu vecindario cercano podrías testificar mejor? ¿Cuánto sacrificio propio requerirá de tu parte el testificar mejor a ellos?
Lección 6 //Martes 8 de mayo
MI POTENCIAL PERSONAL
Cuando los dirigentes de Ministerios Personal piden voluntarios para participar en la testificación y la evangelización, a menudo pensamos que muchas personas están más preparadas que nosotros mismos. Otros parecen más con- fiados y capaces. Sin embargo, la Biblia nos revela que Dios no está necesaria-mente buscando a los que están más calificados sino a los que están dispuestos a ser usados, cualesquiera que sean sus dones y talentos. Un buen ejemplo de esto es cuando Dios llamó a Moisés a liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Moisés veía muchas razones por las que otros esta-rían más calificados para hacer lo que Dios le proponía (ver Éxodo 3:11; 4:10). En su mente, Moisés creía tener buenas razones para no hacer lo que Dios le pedía. En respuesta a un llamado a la acción evangelizadora, muchos creyentes actuales repiten como un eco las preocupaciones de Moisés: “¿Quién soy yo para que me consideren para esta tarea?” “¿Qué pasará si me hacen preguntas difíciles?” “No soy un buen orador”. Podemos sonreír, porque Moisés pensaba que Dios necesitaba reconsiderar su estrategia de reclutamiento de personal, pero Dios conocía el potencial de Moisés; y, a pesar de sus temores y preocupaciones personales, era la persona correcta para esa tarea especial. El llamamiento de Moisés para guiar al pueblo de Dios nos convence de que Dios nos conoce infinitamente mejor que nosotros mismos. Dios no se con-centra en las actuaciones pasadas sino en nuestro potencial personal. Cada creyente tiene un potencial enorme para contribuir a la obra de Dios. Por otro lado, debemos cuidarnos de no correr con excesiva confianza delante de Dios. Aunque es cierto que deberíamos a menudo escudriñar nuestros corazones para evaluar dónde estamos espiritualmente, también necesitamos comprender que el corazón humano puede no ser objetivo en una autoevaluación. Por lo tanto, es bueno pedir a Dios que nos examine y nos muestre nuestra verdadera condición, porque nuestra condición afecta nuestro potencial.
Lee el Salmo 139. ¿Por qué pidió David a Dios que escudriñara su corazón? ¿Qué lecciones hay para nosotros aquí, no solo para testificar sino también para nuestro caminar con Dios en general? ¿Qué podemos obtener de este Salmo para nosotros ahora mismo? ¿Qué consuelo, esperanza y estímulo hay para ti? Al mismo tiempo, ¿qué te sugiere acerca de los cambios que necesitas hacer en tu diario vivir?
Lección 6 // Miércoles 9 de mayo
EL TESTIMONIO DE UNA VIDA RECTA
¿Es cierto que las acciones hablan más alto que las palabras? Sí, es así. Por ello, se puede dar un mensaje por medio de acciones sin palabras, y también puede darse un mensaje por medio de palabras sin acciones. Un mensaje que incorpora tanto las acciones como las palabras que están de acuerdo entre sí es muy poderoso. Profesar amar a Dios y luego actuar como si no lo hicieras es hipocresía, y un testimonio que se da cuando la profesión y la acción no están en armonía es aún peor.
La consistencia habla en voz alta. Aunque tus conocidos puedan parecer no estar escuchando lo que dices, ellos te observan para ver si está en armonía con lo que vives.
Lee 1 Pedro 3:1 al 15. ¿Qué se nos enseña aquí acerca del poder de una vida cristiana y de su potencial para ganar a los incrédulos para Cristo? ¿Qué mensaje nos da especialmente el versículo 15 en el contexto de nuestro testimonio personal? Ver también Mateo 5:16.
Podemos imaginar la lucha que podría surgir cuando una mujer pagana acepta a Jesús mientras que su esposo sigue en el paganismo. Su carga por la salvación de él la llevaría a presentar argumentos y regaños, porque ella considera que él es parte de su campo misionero personal. Por otro lado, como sugiere Pedro, ella podría ser fiel a su Dios, y esperar y orar para que su vida piadosa gane a su esposo no creyente para el Maestro. Es decir, ella puede permitir que su vida diaria sea un testimonio constante y poderoso.
Dejar que brille nuestra luz incorpora posibilidades de influir sobre los perdidos. Los que nos rodean deben no solo oír nuestras palabras sino también ver nuestras buenas obras, porque así verán el poder de Dios actuando en nosotros, y el Espíritu los desafiará a reconocer la bendición de la presencia de Dios en las vidas humanas. La gente debe convencerse de que el cristianismo no es solo un título, sino una relación que da poder y que gozamos. Usar ejemplos es un medio poderoso de enseñanza, y los cristianos son ejemplos, sea intencional o involuntariamente. Testificamos más por lo que hacemos y por lo que somos que por lo que decimos o profesamos creer. Si este es un pensamiento inquietante, así debería ser.
Lección 6 //Jueves 10 de mayo
MI CONTRIBUCIÓN AL CONJUNTO
Hemos considerado nuestro campo misionero personal, y nuestro potencial de testificación y evangelización. Es importante notar que, aunque la iglesia es un conjunto de miembros, el esfuerzo de cada uno contribuye a la misión de la iglesia. ¿Qué tácticas tiene tu iglesia para conducir personas a Jesús? Puedes invitar a personas de tu campo misionero a asistir a los actos y los programas de la iglesia. ¿Ven los líderes de la acción misionera de tu iglesia qué estás haciendo en tu campo misionero personal? Ellos pueden apoyarte con oraciones y recursos específicos.
Lee Juan 4:37 y 38. ¿Qué estímulo podemos obtener de las palabras de Jesús: “Uno es el que siembra, y otro es el que siega”? ¿Cómo has visto que esta verdad se cumple en tu propia experiencia?
Es probable que Jesús se esté refiriendo a la semilla del evangelio que sembraron él mismo, Juan el Bautista y la mujer samaritana. Los discípulos estaban cosechando lo que otros habían sembrado, y el tiempo había llegado en que los sembradores y los segadores se alegrarían juntos. Cuando Jesús dijo: “Uno es el que siembra, y otro es el que siega”, no estaba diciendo que como personas individuales somos o sembradores o segadores. Aunque es posible que nuestra iglesia haya puesto más énfasis en los sega-dores, si no hubiera sembradores los segadores esperarían en vano la cosecha. A todos se nos llama a sembrar y segar, y en cualquier iglesia habrá muchas combinaciones de siembra y de cosecha. Puede ser que tu siembra en tu campo misionero sea cosechada durante una cosecha de toda la iglesia, o puede ser que la semilla que otros sembraron sea cosechada cuando la gente entra en tu campo misionero personal. Al ver cómo cada persona contribuye al conjunto (ver 1 Corintios 12:12-27), el proceso agrícola nos recuerda que antes de sembrar la semilla alguien tiene que haber preparado el terreno y arado el suelo. La siembra y la cosecha son partes de un proceso que sigue después de que una persona se ha unido al cuerpo. La cosecha no debe quedar en los campos, sino ser recogida en el granero.
¿Cómo puedes participar más en el proceso de siembra y de cosecha en tu iglesia? ¿De qué maneras has descubierto que trabajando por la salvación de otros tu propia fe es fortalecida?
Lección 6 // Viernes 11 de mayo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: La preparación para un ministerio personal. Aunque no negaremos la importancia del conocimiento bíblico y de los procedimientos ya probados de testificación y evangelización, debemos ser cuidadosos de no descuidar un énfasis en la preparación espiritual personal. El ingrediente esencial en el crecimiento espiritual personal es, por supuesto, el Espíritu Santo y, para experimentar el poder del Espíritu Santo en la evangelización debemos darle acceso a nuestras vidas. Cuando los cristianos comienzan a servir a Dios, llegan a percibir más sus necesidades espirituales personales. Cuando solicitan y reciben una mayor presencia del Espíritu Santo en sus corazones, reciben poder para un ministerio continuado. La clave es una entrega diaria de nuestra voluntad a Dios, una disposición diaria morir al yo, un mantener diariamente la gracia de Cristo ante nosotros, un recuerdo diario de lo que Cristo nos ha dado y de lo que pide de nosotros como respuesta a esa dádiva.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Con respecto a ganar almas, Elena de White escribió esta afirmación desafiante: “Vuestro éxito no dependerá tanto de vuestro saber y talento como de vuestra capacidad para conquistar corazones” (Obreros evangélicos, p. 201). ¿Qué punto importante está presentando ella aquí? Después de todo, ¿cuán a menudo vemos a personas que se alejan a pesar de evidencias poderosas y convincentes de nuestro mensaje? Muy a menudo, la doctrina misma –no importa cuán bíblica, lógica, elevadora y razonable sea– no impactará a una persona con un corazón cerrado. ¿Cómo, entonces, alcanzaremos ese corazón? En este contexto, ¿cuánto más importante es que vivamos lo que profesamos en vez de solo profesarlo?
2. Reflexiona sobre la siguiente afirmación mientras consideras las formas en que puedes compartir tu experiencia personal con otros: “Los últimos rayos de luz misericordiosa, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y su carácter, han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos” (Palabras de vida del gran Maestro, p. 347). La pregunta es: ¿Cómo podemos “manifestar su gloria” en la vida diaria y de manera práctica? ¿Cuán a menudo, en el día de ayer, has manifestado la gloria de Dios en tu vida? ¿Qué clase de testimonio de tu fe revela tu estilo de vida? ¿Cómo puede tu iglesia local, en conjunto, “manifestar su gloria”?
Compilador: Delfino J.