Lección 2: Para el 14 de abril de 2012
CADA MIEMBRO, UN MINISTRO
Sábado 7 de abril
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Efesios 4:12; 2 Corintios 5:15-20; Juan 4:35-41; 1 Tesalonicenses 1:5-8; Hechos 14:27.
PARA MEMORIZAR:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).
PENSAMIENTO CLAVE: A menudo la evangelización y la testificación son consideradas como la obra exclusiva del pastor; esta actitud está equivocada.
PEDRO DIJO QUE EL PUEBLO DE DIOS es elegido para ser un “real sacerdocio”. Como los sacerdotes tenían un ministerio, si somos “sacerdotes”, entonces también tenemos un ministerio. Pero, debemos entender que lo primero y principal es que Dios nos llama a tener una relación con él mismo y, como resultado de esta relación, nos vemos impulsados a compartir con otros las grandes cosas que Dios ha hecho y hace por nosotros. Esto está en el centro del testimonio personal.
Por lo tanto, cada uno de nosotros tiene un ministerio personal que realizar: proclamar las alabanzas de aquel que nos “llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Esta semana, exploraremos el concepto del “ministerio de cada miembro” y veremos cómo cada experiencia individual contribuye al ministerio del cuerpo de la iglesia. Cada uno tiene un papel que desempeñar en la obra de evangelizar y de alcanzar a otros.
Lección 2//Domingo 8 de abril
EL MINISTERIO DE CADA MIEMBRO
Algunos cristianos se lamentan de que no tienen suficiente talento para hacer algo importante para Dios. Aunque el diablo quisiera que pensemos eso, la Biblia nos dice que todos los cristianos tienen un ministerio otorgado por Dios. Necesitamos saber cuál es, y entonces decidir que, por la gracia de Dios, lo usaremos para su gloria.
Examina Efesios 4:12 y 2 Corintios 5:15 al 20. ¿Qué enseñan estos pasajes acerca del ministerio de cada creyente?
Pablo dice que los santos han de ser equipados para un ministerio. Todo el que ha sido reconciliado con Dios por el sacrificio de Jesús recibe el ministerio de la reconciliación y es un embajador de Cristo. Un embajador representa personalmente a un soberano o jefe de Estado. Este concepto enfatiza la relación personal entre Cristo y todos los que han sido reconciliados, mientras llevan el mensaje de su amor y su gracia al mundo.
Hay mucha confusión acerca de la palabra ministerio. Hoy se ve al ministerio como algo que hace el pastor; después de todo, él está “en el ministerio”. Aunque algunos que se ocupan del ministerio pastoral tienen ciertas áreas especiales de trabajo, la Escritura es firme en el sentido de que parte de la obra del pastor es equipar a los miembros para un ministerio personal.
El Nuevo Testamento da evidencias de que los primeros creyentes compren-dieron el concepto del ministerio de cada miembro. Dondequiera que iban, y en cualquier circunstancia, ellos predicaban al Señor Jesús (ver Hechos 8:1-4).
Hay otra forma en la que Jesús muestra que todos tenemos un ministerio especial que realizar. Él afirmó que no vino para ser servido sino para servir (ver Mateo 20:28; Lucas 22:27) y que sus seguidores también deben ser siervos (ver Mateo 23:11; 20:26, 27). Si eso no es verdadero ministerio, entonces, ¿qué es? Jesús no nos ordena sencillamente ser siervos, sino también nos conduce a comprender que un ministerio servidor es el resultado de nuestra conexión con él. Estos versículos afirman que estar en Cristo es continuar su ministerio.
¿Cuán dispuesto estás a servir a otros? ¿Es tu inclinación natural o tratas de obtener algo de otros en vez de dar? ¿Cómo puedes adquirir esta actitud de servicio?
Lección 2 // Lunes 9 de abril
LA NECESIDAD DE OBREROS
A veces cosechamos donde otros trabajaron el suelo, sembraron la semilla y regaron el plantío. Aunque puede haber alguna ocasión en la que una persona cava, siembra, riega y cosecha en un campo, esta no es la regla. En el mundo apresurado de hoy, la gente entra y sale de nuestra esfera de influencia, y debemos estar listos para edificar sobre la obra evangelizadora que otros comenzaron.
Lee Juan 4:35 al 41. Aunque a menudo nos entusiasmamos en la etapa de cosecha del crecimiento cristiano de una persona, ¿qué nos dicen estos versículos acerca de alegrarnos con otros que han contribuido a lo largo del proceso?
Al hablar de cosechar, generalmente nos referimos a cierta época del año cuando los sembrados están listos para ser segados. Los cultivos agrícolas tienen una época específica para la siega. En el ámbito espiritual, sin embargo, no hay momentos específicos para cosechar. Jesús recalcó esto en Juan 4:35. En términos agrícolas, es posible que falten cuatro meses para la cosecha; pero, con respecto a los que están listos para aceptar a Jesús, alguna parte del campo está siempre madura para la siega.
Junto al pozo de Jacob, Jesús sembró la semilla del evangelio en el corazón de la mujer samaritana. Ella la sembró entre la población de Sicar, y los samaritanos caminaron hacia Jesús por los campos que no estaban maduros para la siega del grano. Como sucedió con los discípulos, el Señor nos anima a cosechar parte del campo del mundo que continuamente está madurando para la siega.
Considera 2 Pedro 3:9. ¿Por qué Dios está ansioso por hallar obreros que cosechen?
Por el amor y la compasión de Dios por la humanidad, él desea que vayan obreros a la cosecha (ver Mateo 9:36-38). Al considerar el campo mundial de hoy, la cosecha todavía parece grande; y los obreros, pocos. Jesús les dijo a los discípulos que oraran para que se enviaran obreros a la mies. Como discípulos modernos, al orar por obreros, el Espíritu Santo abrirá el camino para que nosotros hagamos la obra que él nos llamó a hacer.
Piensa en los días pasados. ¿Cuántas oportunidades tuviste de testificar de tu fe, de plantar algunas semillas que un día producirán una cosecha? ¿Cuántas de esas ocasiones aprovechaste y cuántas dejaste pasar de largo?
Lección 2 //Martes 10 de abril
INDIVIDUALES PERO JUNTOS
La iglesia no es un grupo de personas separadas que asisten al mismo lugar una vez por semana. Según la Biblia, la iglesia consiste en personas que están estrechamente ligadas como lo están las partes de un cuerpo. Pero es posible que las personas se reúnan sin ser parte de un cuerpo. Esto puede ser cierto, pero debemos concentrarnos en la necesidad de estar unidos en las áreas de la evangelización y de la testificación.
Lee Efesios 4:16. ¿Cuán efectivo sería un cuerpo si perdiera las articulaciones del codo, de la muñeca o de las rodillas? Y ¿qué dice Pablo de la iglesia como un cuerpo de creyentes, que recibió una misión?
Pablo dice que una iglesia crece cuando todos los miembros hacen su parte. ¿Qué indica esto acerca de las iglesias que no crecen? La primera reacción sería echarles la culpa a quienes creemos que no hacen su parte. Eso puede ser cierto, pero piensa: ¿cuán a menudo las iglesias privan a sus miembros de la oportunidad de contribuir al cuerpo? Si los líderes no comprenden el ministerio de todos los creyentes, no se esforzarán por hacerlos participar en la iglesia y en sus ministerios.
Lee 1 Tesalonicenses 1:5 al 8. ¿Qué hizo la iglesia de Tesalónica con el evangelio que había recibido de Pablo?
La iglesia de Tesalónica recibió el evangelio y lo compartió, y es un ejemplo. Dios todavía quiere que su iglesia actúe así.
Se reciben muchas bendiciones cuando cada feligrés actúa en una acción evangelizadora planificada. Dos áreas son importantes: el incentivo y la responsabilidad; y, al trabajar en equipo, debemos considerar estas áreas con seriedad. La falta de incentivo ha sido la muerte de muchos ministerios laicos valiosos. Las personas pueden poseer talentos y dones especiales, y deben trabajar hacia metas comunes, con estrategias corporativas. Del mismo modo, la dinámica del grupo estimula la responsabilidad de repasar y evaluar lo hecho, y no juzgar a otros.
¿Cómo podrías trabajar mejor con los miembros de la iglesia para alcanzar a otros? ¿Por qué es tan fácil volverse complaciente y somnoliento?
Lección 2 // Miércoles 11 de abril
TRABAJAR JUNTOS, CON DIOS
Ayer notamos la importancia de trabajar juntos en la evangelización. Debemos comprender que trabajamos juntos para alcanzar un objetivo divino. Por lo tanto, cuando una iglesia considera planes de testificación y evangelización, los miembros deben sentir que están trabajando juntos y con Dios, quien motiva, da poder y provee el crecimiento.
Lee Hechos 2:47 y 1 Corintios 3:5 al 9. ¿Cuál es el resultado de la in- fluencia de Dios en la iglesia al compartir el evangelio?
Lee 2 Pedro 3:9 y Tito 2:11. ¿Qué motiva y da poder a los creyentes para trabajar juntos con Dios?
Las Escrituras abundan en evidencias del amor de Dios por los seres humanos. Por eso, no sorprende que Dios haya tomado la iniciativa en la salvación de la humanidad. En verdad, la cruz provee todas las pruebas que necesitemos con respecto a cuánto nos ama Dios y desea que estemos en su Reino eterno. De hecho, el Señor nos ha bendecido por medio de su gracia maravillosa, como se revela por medio de la cruz, y esto crea en nosotros el deseo de compartir lo que hemos recibido gratuitamente (ver Mat. 10:8).
Aunque a veces los discípulos trataron de trabajar solos (ver Mat. 17:14-21), mayormente trabajaron juntos lo humano y lo divino.
Jesús llamó a los primeros discípulos y les prometió hacerlos pescadores de hombres; y, por medio del ministerio de ellos, muchos otros llegaron a ser creyentes. Sin embargo, había otro aspecto divino que necesitarían después de que Jesús regresara al cielo. Ese era el Espíritu Santo, que daría poder a la iglesia primitiva en su misión de testificación y de evangelización.
Quienes hoy participan en la evangelización también son colaboradores de Dios para la salvación de otros. Debemos orar para que el Espíritu Santo nos enseñe a presentar el amor de Dios de una manera que alcance los corazones de aquellos que necesitan un Salvador. Necesitamos percibir que no podemos hacer nada sin el Señor, y que solo por una actitud de fe, humildad y disposición a morir al yo y a servir a otros podemos ser testigos más efectivos.
Lección 2 //Jueves 12 de abril
INFORMAR A LA IGLESIA
Ya notamos algunos aspectos importantes de la obra de un creyente para Dios. Ahora tocaremos el tema de los “informes” (veremos esto con más detalles en la lección 12). Informar a la iglesia sobre las actividades de testificación y de evangelización produce un clima de ánimo y bendición. Los que informan pueden recibir el estímulo de la feligresía, y esta es bendecida al ver lo que Dios está logrando por medio de su pueblo.
Lee Hechos 14:27 y 15:4. ¿Por qué crees que se trajeron informes a la iglesia?
El contexto de estos versículos revela que los informes fueron llevados a la iglesia después de un tiempo prolongado de evangelización transcultural. Estas sesiones de informes muestran el interés de la iglesia en la difusión del evangelio y el apoyo que le daban. El libro de los Hechos es un informe de las actividades misioneras de la iglesia primitiva, y está lleno de lecciones para la iglesia actual. Una es la importancia de informar; ¿qué sería Hechos si se eliminaran los informes de las actividades evangelizadoras?
Lee Marcos 6:30. ¿Por qué crees que los discípulos dieron a Jesús informes de lo que habían hecho?
Aunque hay testificación personal y evangelización que suceden espontáneamente, también es cierto que la iglesia debe tener un enfoque planificado e intencional. Trabajar dentro de la estrategia o de los planes generales de la iglesia ayuda a mantener el foco y la progresión lógica de las actividades, y provee oportunidades para informar y evaluar. Informar no es solo enumerar las cosas que hicimos. Por medio de los informes, la iglesia y los que testifican pueden ser colaboradores con el Señor. Algunas personas vacilan en entregar informes porque se cuestionan si eso no es una forma de jactarse por los logros humanos; pero, por medio de in-formes fieles, Dios es glorificado y su iglesia se fortalece en la fe. Los primeros cristianos glorificaron a Dios cuando oían los informes misioneros de Pablo (ver Hechos 21:19, 20).
Si tuvieras que informar a la iglesia de tus esfuerzos evangelizadores más recientes, ¿qué dirías? ¿Qué dice esto acerca de ti mismo y de lo que tal vez necesitarías cambiar?
Lección 2 // Viernes 13 de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Elegir un ministerio en el que participar. La semana pasada fuiste estimulado a considerar todas las áreas de testificación y de evangelización de la vida de la iglesia en las que te gustaría involucrarte o en las que participarías si te lo pidieran. El desafío de esta semana es elegir una actividad evangelizadora e involucrarte en ella. Las siguientes son áreas clave para concentrarte en esta tarea. 1. Repasa la lista de actividades evangelizadoras en las que podrías tal vez involucrarte. Acorta tu lista a dos o tres áreas de ministerio, considerando en cuáles sientes que tus talentos servirán y en cuáles sientes que Dios te está llamando. 2. Reduce aún más tu lista, considerando cuánto tiempo podrás dedicar regularmente cada semana a cada ministerio. También considera que te comprometes a un ministerio que continuará doce meses, de modo que puedas avanzar por las etapas de planificación, puesta en práctica y evaluación. 3. Elige un ministerio, e informa a tu pastor y al director de Ministerio Personal acerca de tus deseos de participar en tu área preferida. Solicita una reunión con ellos para compartir tus ideas y tus sueños. Pregunta cuáles son los planes que ellos tienen para la evangelización en la iglesia y decide cómo puedes involucrarte en ellos o dónde tu ministerio preferido puede complementar los planes que la iglesia ya tiene. 4. Humildemente pide a tu pastor y al director de Ministerio Personal que compartan lo que ellos piensan acerca de cuán apropiado eres para el ministerio que elegiste. Ellos querrán que tengas éxito en el área de testificación y evangelización que hayas elegido; por lo tanto, el consejo de ellos será muy valioso.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo se relaciona la siguiente cita con la verdad bíblica del sacerdocio de todos los creyentes? ¿De qué modo apoya la necesidad de que cada miembro trabaje junto con los demás? “La obra de Dios en esta Tierra no podrá nunca terminarse antes de que los hombres y las mujeres abarcados por el total de miembros de nuestra iglesia se unan a la obra, y aúnen sus esfuerzos con los de los pastores y los dirigentes de las iglesias” (Obreros evangélicos, p. 365).
2. Como clase, analicen qué estrategias podría usar tu iglesia para ayudar a cada uno de los feligreses a comprender que son importantes para la testificación y la evangelización. ¿Cómo pueden trabajar mejor hacia la máxima participación de los miembros?
Autor: Joe A. Webb es pastor de las iglesias de Nambour y de Yandina, en la Asociación del Sur de Queensland, Australia.
Compilador: Delfino J.