Lección 1 Para el 2 de octubre de 2010
Relatos e historia
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 39:6-12; Josué 3:9-17; 1 Samuel 24:1-6; 1 Reyes 12:1-16; Job 1:1-12.
Génesis 39:6-12
6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,
11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.
12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
Josué 3:9-17
9 Y Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.
10 Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo.
11 He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán.
12 Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu.
13 Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
14 Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto,
15 cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega),
16 las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó.
17 Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.
1 Samuel 24:1-6
1 Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi.
2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.
3 Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.
4 Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciera. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.
5 Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.
6 Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.
1 Reyes 12:1-16
1 ROBOAM fue a Siquem, porque todo Israel había venido a Siquem para hacerle rey.
2 Y aconteció que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, que aún estaba en Egipto, adonde había huido de delante del rey Salomón, y habitaba en Egipto,
3 enviaron a llamarle. Vino, pues, Jeroboam, y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam, diciendo:
4 Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora disminuye tú algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos.
5 Y él les dijo: Idos, y de aquí a tres días volved a mí. Y el pueblo se fue.
6 Entonces el rey Roboam pidió consejo de los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo. ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?
7 Y ellos le hablaron diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieras, y respondiéndoles buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre.
8 Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él.
9 Y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: Disminuye algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?
10 Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.
11 Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, según el rey lo había mandado, diciendo: Volved a mí al tercer día.
13 Y el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los ancianos le habían dado;
14 y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
15 Y no oyó el rey al pueblo; porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat.
16 Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas.
Job 1:1-12.
1HUBO en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.
3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.
4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.
5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.
7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.
8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?
10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
PARA MEMORIZAR: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16, 17).
AUNQUE ALGUNAS PERSONAS no se interesan por la historia, a muchas les gustan los buenos relatos. Cada pueblo tiene narraciones que explican sus orígenes, valores, relaciones y cultura. Estas historias, repetidas, son buenos instrumentos de enseñanza.
En la Edad Moderna, el arte de contar historias fue despreciado: la gente buscaba explicaciones científicas sobre la vida, pero estas no pudieron responder las preguntas más importantes de la humanidad. Hoy, una generación nueva, la “posmoderna”, ha redescubierto el poder de los relatos.
La Biblia es muy contemporánea, pues está llena de relatos. No son leyendas, ni “fábulas artificiosas” (2 Ped. 1:16), sino narraciones históricas y personales que revelan la verdad divina y la relación de Dios con el hombre: describen a personas reales, con problemas, y cómo Dios les ofreció respuestas.
Cada relato se desarrolla en su ambiente específico. Exploraremos diferentes ambientes y sus contextos históricos, para comprender mejor los personajes que estudiaremos durante el trimestre.
PERSONAS Y ARGUMENTOS
Un argumento es una sucesión de eventos que llevan a un desenlace. Cada uno nació, vive, y un día morirá. Estos son los parámetros del argumento de la vida. Entre los dos extremos, la vida está formada por argumentos menores, desencadenados por conflictos o tensiones. Buscar un argumento es tratar de conectar todas las partes del relato para ver el cuadro completo. En el libro de Job, por ejemplo, hay dos argumentos.
Identifica los dos argumentos en el relato de Job. Ver Job 1:1 al 12.
Job 1:1-12.
1HUBO en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.
3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.
4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.
5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.
7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.
8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?
10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
La historia de Job tiene un argumento de dos dimensiones, pues en la Biblia no hay argumentos de una sola dimensión: Dios siempre está activo en la historia y en las vidas humanas, aun cuando actúa detrás de escena. En los dos primeros capítulos de Job, podemos imaginar un cambio de canal, como en un televisor, al pasar del argumento terrenal al argumento celestial. Los relatos, sin embargo, son más que argumentos. Las personas crean su historia.
Describe a la profetisa Hulda, como aparece en 2 Reyes 22:14.
2 Reyes 22:14
14 Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Achor, Safán y Asaías, a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella.
Los personajes están muy vinculados con el argumento de la historia. Conocemos al personaje a través la información dada por el narrador, que a su vez puede ser uno de los personajes. Tomemos a Hulda como ejemplo: ¿Es ella el personaje principal en la historia? No. Este relato cuenta el descubrimiento del libro de la ley cuando Josías era rey. Hulda ¿tenía hijos? ¿Qué edad tenía? No sabemos las respuestas. Las narraciones bíblicas son muy concisas y, a menudo, abreviadas. Por eso, necesitamos prestar atención a cada información que se nos da. Hulda era una profetisa confiable de Dios. Tenemos datos de la familia del esposo, pues las mujeres, en los tiempos del Antiguo Testamento, eran identificadas por las familias de sus esposos. También se da su dirección. Como hoy, los documentos oficiales requieren un nombre y una dirección para demostrar que una persona es quien pretende ser.
¿Cuál es el argumento de tu vida? ¿Qué clase de personaje eres tú? si tu historia fuera escrita como en las narraciones bíblicas, ¿qué diría o qué debería decir?
¿DÓNDE Y CÓMO?
La ambientación transmite la realidad de la historia, y crea cierta atmósfera y estado de ánimo. Por ejemplo, ¿por qué, en Rut 4:1 y 2, Booz ubica su caso legal en la puerta y no en su casa o en la casa del alcalde de la ciudad de Belén? Obviamente, la puerta –que era el lugar más público en los tiempos antiguos– añade a la historia un elemento legal importante. El ambiente también puede darnos una idea acerca del tiempo en el que se desarrolla la narración. Si un relato se ubica dentro de un automóvil o en una terminal aérea, sabemos, sin pensar mucho, que la historia no proviene del tiempo de David o de Martín Lutero.
Compara la ambientación o el marco de las siguientes dos historias: 1 Samuel 24:1-6; Génesis 39:6-12. ¿De qué modo estos dos ambientes contribuyen al argumento de las historias?
1 Samuel 24:1-6
1 Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi.
2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.
3 Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.
4 Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciera. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.
5 Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.
6 Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.
Génesis 39:6-12
6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,
11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.
12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
El marco nos ayuda a comprender mejor la acción que transcurre en el relato. David y sus hombres están solos con Saúl, que está desprotegido y muy vulnerable. El ambiente destaca el carácter superlativo de David. Él no aprovecha esta oportunidad para deshacerse de Saúl antes de que este consiga matar a David, un hecho que revela el respeto de David por el líder ungido por Dios.
El ambiente de la historia de José presenta una oportunidad. José es atractivo y está en una posición de poder. La esposa de su amo está apasionada por él, y ellos están solos en la casa. José, como David, muestra su carácter puro al resistir esta tentación.
Pero, el ambiente no es el único elemento importante de una historia; también lo es el punto de vista del narrador. Vemos que la historia se desarrolla a través de los ojos del narrador, quien nos da información importante, pero a veces retiene ciertos datos que para nosotros serían relevantes; esto es típico de las historias seculares. Aunque en los registros bíblicos hay diversos puntos de vista, asumimos que son inspirados por el Espíritu Santo y que, por lo tanto, la verdad revelada es la verdad de Dios.
Piensa en David y José en esos ambientes específicos. Cuán fácilmente podrían haber racionalizado para actuar de un modo diferente. El que no lo hayan hecho dice mucho acerca de sus caracteres. ¿Cuán a menudo racionalizas tus acciones equivocadas?
DE LA VICTORIA A LA” EDAD OSCURA”
Veremos algunos períodos de Israel que son el telón de fondo de los personajes que estudiaremos. Comencemos con la entrada de Israel en la Tierra Prometida. Después de la asombrosa actuación divina en el Éxodo y de la peregrinación por el desierto, Israel llegó otra vez a las fronteras de Canaán. Bajo su nuevo líder, Josué, cruzarían el Jordán en seco (Jos. 3:16, 17), algo similar al anterior cruce del Mar Rojo (Éxo. 14).
Lee Josué 3:9 al 17. ¿Cuál era el propósito de este milagro?
Josué 3:9-17
9 Y Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.
10 Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo.
11 He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán.
12 Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu.
13 Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
14 Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto,
15 cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega),
16 las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó.
17 Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.
Israel no tomó Canaán por sus propias fuerzas o por el genio militar de Josué. Logró la victoria solamente por el poder de Dios. Cuando Israel obedecía, Dios le daba la victoria; pero cuando dependía de sus fuerzas, caía inevitablemente. Después de la muerte de Josué, algunos sectores de la Tierra Prometida seguían dominados por los cananeos (Juec. 1:27, 28). La fe de los israelitas pareció disminuir cuando su visión se debilitó. En vez de poseer toda la Tierra Prometida, estaban más preocupados por su propio sustento, y perdieron la visión y el ideal que Dios tenía para ellos como pueblo. Muchos eruditos llaman la “edad oscura” a los siglos siguientes de la vida de Israel.
Lee Jueces 17:6. ¿Qué clase de clima moral revela este pasaje?
Jueces 17:6
6 En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.
Cuando perdemos la visión global de lo que Dios quiere para nosotros, lo pequeño cobra mayor magnitud. Israel había perdido su perspectiva como nación, y dejó que predominara el tribalismo. En el libro de Jueces, vemos a las tribus dispuestas a pelearse entre sí. Las prácticas religiosas seguían la conveniencia personal, y las componendas con las culturas vecinas eran frecuentes. El casamiento de israelitas con cananeos (Juec. 3:3-7) favorecía esta situación. Como resultado de esta declinación espiritual, Israel cayó en un ciclo de dominación extranjera, liberación, idolatría, y otra vez dominación.
El peligro de las componendas es que vienen en forma apenas perceptible. ¿En qué es diferente tu vida ahora que en años anteriores? ¿Podrían algunos de estos cambios ser el resultado de alguna componenda?
Miércoles 29 de septiembre
DE REYES Y PRÍNCIPES
Aunque Dios le dio mucho a Israel y prometió aun más si ellos obedecían, la cultura que los rodeaba influyó negativamente sobre ellos. Por ejemplo, en los reinos vecinos vieron una estructura política diferente. Todas esas naciones tenían un rey. Esto, combinado con el hecho de que los hijos de Samuel no imitaron la conducta y el liderazgo de su padre, sino que estuvieron “aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia” (1 Sam. 8:3, NVI), hizo que las tribus de Israel sintieran que era tiempo de nombrar un rey sobre Israel (1 Sam. 8:4, 5). Samuel no estaba feliz con esta decisión, pero Dios le dijo que la aceptara (1 Sam. 8:7).
Samuel ungió como rey a Saúl, de la tribu de Benjamín (1 Sam. 10:1), y este comenzó su reinado en Gabaa. Tal como Dios lo había previsto, las cosas no fueron fáciles para el nuevo rey. Las tensiones tribales continuaron y la misma existencia de Israel peligraba a causa de las presiones de los poderes circundantes. El nuevo rey no siguió los requerimientos de Dios (1 Sam. 15:3, 8, 9), quien finalmente rechazó a Saúl.
1 Samuel 15:3, 8, 9
3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada.
9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
Luego, David fue ungido futuro rey de Israel. Como era de esperar, Saúl no deseaba traspasar el poder al nuevo campeón militar, y la siguiente década estuvo marcada por luchas internas, en las que David siempre estuvo huyendo.
El siguiente giro en la historia de Israel ocurrió cuando Saúl y sus hijos murieron en una batalla contra los filisteos (1 Sam. 31:1-6).
1 Samuel 31:1-6
1 LOS fílisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa.
2 Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.
3 Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos.
4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella.
5 Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él.
6 Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.
David fue declarado rey de Judá y, siete años después, rey de todo Israel. David estableció su nueva capital en Jerusalén, sus campañas militares tuvieron éxito y extendió sus fronteras. David reinó cuarenta años y murió en Jerusalén (2 Sam. 5:4; 1 Rey. 2:10, 11). Al igual que en nuestras vidas, el reinado de David tuvo grandes victorias, algunas malas elecciones y mucha gracia de Dios. Lo sucedió su hijo Salomón, que también reinó por cuarenta años (1 Rey. 11:42).
Salomón no fue guerrero ni conquistador, pero recibió sabiduría divina (1 Rey. 3:3-13), construyó el Templo de Dios en Jerusalén, diseñó estructuras administrativas, y controló y organizó a Israel.
1 Reyes 3:3-13
3 Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4 E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.
5 Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.
6 Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día.
7 Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir.
8 Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.
11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio,
12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.
Sin embrago, hacia el fin de su vida, se apartó de Dios y siguió las prácticas religiosas de sus muchas mujeres (1 Rey. 11:1-8).
1 Reyes 11:1-8
1 PERO el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;
2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.
3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón.
4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.
5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.
6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.
7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón.
8 Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
Lee 1 Samuel 8:7 al 20. ¿Cómo se muestra que los caminos de Dios son mejores que los del hombre? ¿Cuán a menudo nos encontramos deseando hacer las cosas a nuestro modo, en lugar de hacerlas de la manera en que lo haría Dios?
1 Samuel 8:7 al 20
7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
8 Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo.
9 Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
10 Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.
11 Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, Y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro;
12 y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros.
13 Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras.
14 Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos.
15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos.
16 Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras.
17 Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos.
18 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.
19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros;
20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras.
LA LOCURA DE ROBOAM
La muerte de Salomón marcó otro punto de inflexión en la historia de Israel. El enfoque administrativo de mano dura, las leyes de conscripción laboral, los experimentos del pluralismo religioso, todo contribuyó a una gran tensión al comienzo del reinado de Roboam, el hijo de Salomón
Lee 1 Reyes 12:1 al 16, y trata de captar lo dramático de la situación. Considerando el liderazgo de Roboam, ¿qué podemos aprender acerca de nuestras propias actitudes hacia cualquier tipo de autoridad que ostentemos en las diversas situaciones de la vida? ¿Qué podemos aprender de su error?
1 Reyes 12:1-16
1 ROBOAM fue a Siquem, porque todo Israel había venido a Siquem para hacerle rey.
2 Y aconteció que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, que aún estaba en Egipto, adonde había huido de delante del rey Salomón, y habitaba en Egipto,
3 enviaron a llamarle. Vino, pues, Jeroboam, y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam, diciendo:
4 Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora disminuye tú algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos.
5 Y él les dijo: Idos, y de aquí a tres días volved a mí. Y el pueblo se fue.
6 Entonces el rey Roboam pidió consejo de los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo. ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?
7 Y ellos le hablaron diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieras, y respondiéndoles buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre.
8 Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él.
9 Y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: Disminuye algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?
10 Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.
11 Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, según el rey lo había mandado, diciendo: Volved a mí al tercer día.
13 Y el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los ancianos le habían dado;
14 y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
15 Y no oyó el rey al pueblo; porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat.
16 Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas.
Con la división de Judá e Israel, el que una vez fuera el pueblo unido de Dios comenzó a recorrer caminos diferentes. Viendo que el centro de adoración y de sacrificios estaba ubicado en Judá, el rey Jeroboam I de Israel hizo construir dos becerros de oro (1 Rey. 12:26-29) y erigió altares en dos lugares de adoración: uno en Bet-el y el otro en Dan
1 Rey. 12:26-29
26 Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David,
27 si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a mí, y se volverán a Roboam rey de Judá.
28 Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.
29 Y puso uno en Bet-el, y el otro en Dan.
A Israel no le fue bien y, durante los siguientes doscientos años, los israelitas sufrieron marcados altibajos. Algunos reyes siguieron (en forma parcial) el llamado de Dios al arrepentimiento; otros rehusaron obstinadamente escuchar a los profetas. Cambiaron las dinastías y abundaron los asesinatos políticos.
Veinte reyes gobernaron desde Jeroboam I hasta Oseas, el último rey de Israel en Samaria, y lo hicieron en condiciones inestables. Finalmente, en el año 722 a.C., Samaria fue capturada por los asirios e Israel fue llevado en cautiverio. En Judá, la situación no era mucho mejor. La dinastía de David se mantuvo, pero no todos los descendientes de David imitaron la fe de su antepasado. Algunos reyes, como Josafat, Ezequías y Josías, trataron de volver al Señor y llevar a todo Judá al arrepentimiento. Sus esfuerzos fueron apoyados por una veintena de profetas que hablaron, en situaciones específicas, de las necesidades espirituales y sociales particulares en Judá.
La destrucción y cautividad babilónica fue el fin del pueblo judío. ¿Qué nos dice su restauración, después de esta calamidad, acerca de la paciencia y la gracia de Dios? ¿De qué maneras has visto la misma paciencia y gracia en tu propia vida? ¿Cuál debería ser tu reacción frente a esta gracia?
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “El Señor llama a todos a estudiar la divina filosofía de la historia sagrada, escrita por Moisés bajo la inspiración del Espíritu Santo. La primera familia colocada sobre la tierra es una muestra de todas las familias que existirán hasta el fin del tiempo. Encontramos mucho que estudiar en esta historia a fin de entender el plan divino para la raza humana. Este plan está definido claramente, y el alma consagrada en oración llegará a ser un estudioso del pensamiento y el propósito de Dios desde el comienzo de la historia de este mundo hasta el final. Se dará cuenta de que Jesucristo, uno con el Padre, fue el gran impulsor en todo progreso, aquel que es la fuente de toda la purificación y elevación de la raza humana” (MR 3:184).
“Al recapacitar en nuestra historia pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso hasta nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que el Señor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro líder. No tenemos nada que temer por el futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido.
“Somos ahora un pueblo fuerte, si queremos poner nuestra confianza en el Señor; porque estamos manejando las grandiosas verdades de la Palabra de Dios” (MS 3:183).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. La participación activa de Dios en la historia es un concepto muy importante en las Escrituras. Lee Daniel 2:21. “Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos” (Daniel 2:21). ¿Qué se dice acerca de la relación de Dios con la historia humana? ¿Por qué es importante que quienes vivimos en el “fin de la historia” recordemos esta realidad?
2. ¿Por qué nos gustan los relatos? ¿Qué constituye un buen relato? ¿De qué modo las historias pueden ser efectivas para enseñar la verdad? ¿Quiénes son algunos de tus narradores favoritos y por qué?
3. Los israelitas fueron llamados a ser testigos, para todo el mundo, del verdadero Dios y de su mensaje de salvación por la gracia, pero las peleas internas los debilitaron. ¿Qué lecciones podemos obtener de esta triste historia para nosotros hoy?
4. El ambiente es muy importante para comprender cualquier situación, pero muchas veces hay información de fondo que no conocemos. Por eso, ¿por qué es tan importante que no juzguemos a otros? ¿Cuán a menudo has juzgado a alguien antes de saber hechos importantes de esa persona y de sus circunstancias? ¿Cuán a menudo has sido juzgado por los que no conocían todos los hechos relevantes acerca de ti?
Compilador: Delfino J.