La Epístola del Apóstol San Pablo a los ROMANOS
Capítulo 11
1 Dios no ha desechado a todo Israel. 7 Algunos fueron Elegidos, aunque el resto se endureció. 16 Hay esperanza de que se conviertan. 18 Los gentiles no deben jactarse contra ellos, 26 porque hay una promesa para su salvación. 33 Los designios de Dios son inescrutables.
1 DIGO, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.
2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:
3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?
4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.
6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
7 ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos;
8 como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy.
9 Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, En tropezadero y en retribución;
10 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, Y agóbiales la espalda para siempre.
11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.
12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,
14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.
15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión sino vida de entre los muertos?
16 Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido 599 hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,
18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.
20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
23 Y aun ellos, si no permanecieron en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.
27 Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.
28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.
29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,
31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.
32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?
35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?
36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
Comentario bíblico adventista
La Epístola del Apóstol San Pablo a los ROMANOS
Capítulo 11
1.
Digo, pues.
Estas palabras señalan el comienzo de una nueva etapa en el tema de Pablo acerca de la condición de los judíos. "Pues", o "por lo tanto" (oun), podría referirse a la descripción de Isaías acerca de la desobediencia de Israel (cap. 10: 21), o quizá a toda la exposición previa referente al rechazo de Israel. En los cap. 9 y 10, Pablo ha explicado que Dios, como Creador soberano, está en libertad de rechazar a Israel quitándole su posición como pueblo escogido, y que como los judíos se han negado a seguir el camino de justicia de Dios, merecen ser rechazados. Pero la rechazada es la nación de Israel, que así pierde su posición de privilegio (ver t. IV, pp. 32-38), y no el remanente fiel.
Desechado.
Gr. apÇthéÇ, "repeler", "rechazar" (cf. Hech. 7: 27). La estructura de la pregunta en el griego pide una respuesta negativa. "Dios no ha repudiado a su pueblo, ¿verdad?" Esta pregunta podría haber surgido naturalmente de lo que ya ha sido dicho acerca de la deslealtad de Israel y de su desobediencia. Pero Pablo hace la pregunta para responder con una negación enfática.
Su pueblo.
Pablo pudo haber tenido en cuenta el pasaje del AT: "Porque no abandonará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad" (Sal. 94: 14; cf. 1 Sam. 12: 22), y de esa manera anticipa la negación enfática que está por presentar.
En ninguna manera.
Ver com. cap. 3: 4.
Porque también yo.
Pablo demuestra que no todos los judíos han sido rechazados. El mismo es israelita y ha sido aceptado por Dios. Sabe por experiencia que le pertenecen las bendiciones prometidas y que, por lo tanto, aunque es judío, no ha sido rechazado. Muchos otros judíos cristianos podían hablar de esta misma experiencia de Pablo.
Descendencia de Abraham.
Ver com. Mat. 3: 9. 600
Tribu de Benjamín.
Pablo afirma que descendía del mismo corazón de la nación judía. Las tribus de Benjamín y de Judá estaban íntimamente relacionadas en el tiempo cuando se rebelaron las diez tribus del norte (1 Rey 12: 21), y mantuvieron la continuidad teocrática de la raza judía después del exilio en Babilonia (Esd. 4: 1; 10: 9). De modo que un descendiente de la tribu de Benjamín ciertamente era "hebreo de hebreos" (Fil. 3: 5; cf. 2 Cor. 11: 22).
2.
No ha desechado.
Pablo responde con una negación enfática la pregunta que ha hecho en el vers. 1.
Su pueblo.
Aun cuando Israel como nación rechazó sistemáticamente a los profetas y finalmente selló su rechazo del Evangelio al crucificar al Hijo de Dios, sin embargo Dios no rechazó a los israelitas en forma individual (HAp 301). Es cierto que Dios había abandonado a Israel "como nación" (PE 213; CS 673), pues "por la incredulidad Y el rechazamiento del propósito del cielo para con él, Israel como nación había perdido su relación con Dios" (HAp 303). Sin embargo, esto no significaba que Dios hubiera retirado la posibilidad de salvación de los judíos que desearan aceptar a Cristo. El mensaje del cap. 11 es de esperanza para los judíos. Dios aún sigue llamando tanto a los judíos como a los gentiles. Ver t. IV, pp. 32-38; com. cap. 9: 6.
Antes conoció.
Ver com. cap. 8: 29.
De Elías.
Literalmente "en Elías", lo que quizá signifique "en el pasaje de las Escrituras que contiene el relato de Elías"; o la frase podría traducirse "por Elías". Según la tradición judía, el profeta Elías fue autor de por lo menos un libro, y probablemente más (ver Talmud Kethuboth 106 a; Ginzberg, Legends of The Jews, 6: 330-331.
Invoca a Dios.
Gr. entugjánÇ, "encontrarse con", "conversar con", y por lo tanto, "rogar a", "recurrir a" (ver com. cap. 8: 26); "cómo ante Dios acusa" (NC); "cómo interpela a Dios" (BC). La súplica puede ser, como en este caso, a favor (cap. 8: 27, 34) o en contra de alguien.
3.
Señor, a tus profetas han dado muerte.
La cita es de 1 Rey. 19: 10, 14. Las palabras fueron pronunciadas por Elías cuando huyó de Jezabel y se refugió en la cueva del monte Horeb (ver com. 1 Rey. 19). En ese tiempo el profeta creía que toda la nación de Israel había apostatado y que sólo él permanecía fiel. Pero Dios contestó que aunque era cierto que la nación en conjunto lo había abandonado, sin embargo, todavía había un remanente de fieles adoradores.
4.
La divina respuesta.
Gr. jr'matísmós, literalmente, "oráculo", "revelación". Es la única vez que aparece esta palabra en el NT Deriva del verbo jr'matízÇ, que en el NT se usa para describir una comunicación o una advertencia de Dios (Mat. 2: 12, 22; Luc. 2: 26; Hech. 10: 22; Heb. 8: 5; 11: 7).
Me he reservado.
O "me dejé". La cita es de 1 Rey 19: 18.
Delante de Baal.
En el griego Baal lleva artículo femenino. Algunas veces en la LXX (ver com. Ose. 2: 8; Sof. 1: 4) el nombre "Baal" está precedido por el artículo femenino definido, aunque el sustantivo "Baal" es masculino. Una explicación es que aunque Baal era un Dios masculino, el principal del panteón cananeo, el mayor número de estatuillas encontradas en Palestina es de diosas menores, relacionadas con el culto de Baal. Otra posible explicación del uso que hace Pablo del artículo femenino es que los judíos -que llegaron a sentir un intenso odio por el nombre de Baal- al leer acostumbraban reemplazar el nombre Baal con la palabra "vergüenza", que es del género femenino, Heb. bósheth, Gr. aisjún' (ver 1 Rey 18: 19, 25, LXX). Pablo puede haber tenido en cuenta esta sustitución cuando utilizó el artículo femenino.
5.
Así también.
En los días de Elías la apostasía de Israel no fue tan generalizada como parecía ser, pero el profeta, abatido, se imaginaba que sí lo era. En los días de Pablo el rechazo de Cristo de parte de los judíos tampoco había alcanzado la magnitud que podría imaginarse. Había quedado un remanente fiel como en el tiempo de Elías. Dios continuaba tratando a su pueblo en base a los mismos principios.
Remanente.
Gr. léimma, del verbo léipÇ, "dejar". "Resto" (BJ, NC), "residuo" (BC). Léimma no aparece de nuevo en el NT y sólo una vez en 2 Rey. 19: 4, LXX. En otros pasajes del NT "remanente" deriva de katáleimma (Rom. 9: 27) y de loipós (Apoc. 11: 13; 12: 17; 19: 21); sin embargo, su significado no es substancialmente diferente.
Por gracia.
Dios elige a los que constituyen su remanente, a los que aceptan las estipulaciones de la gracia. No pertenecen al remanente por las obras que han hecho, sino porque han aceptado gratuitamente la gracia 601 que les es ofrecida (vers. 6). La razón por la cual había quedado sólo un remanente de fieles en Israel, es que la mayoría de los judíos obstinadamente confiaban en sus propias obras en vez de depender de la gracia de Dios. Por eso Dios retiró su espíritu de gracia que habían rechazado, y dejó a los impenitentes en la dureza de sus corazones (vers. 7-10). El remanente fiel en los días de Pablo estaba constituido por los que aceptaron a Jesús como el Mesías y se hicieron miembros de la iglesia cristiana (ver HAp 301-302).
6.
Si por la gracia.
Es decir, si la elección del remanente es por gracia. En este versículo Pablo procura aclarar más allá de toda posible incomprensión, la doctrina de la justificación por la fe mediante la gracia de Dios. Si la salvación es por gracia, entonces ya no depende más de lo que el hombre haga, pues de lo contrario la gracia dejaría de ser gracia. Si el remanente hubiera merecido ser elegido, no habría habido necesidad de gracia de parte de Dios. La idea de la gracia inmerecida y gratuita es absolutamente contraria a la del salario que se gana o a la recompensa que se merece. Si la dádiva de la gracia de Dios pudiera ser ganada o merecida, entonces la gracia perdería su significado y su carácter específico. Sin embargo prácticamente nadie, excepto el remanente de Israel, lo han entendido así.
Ya no es gracia.
Es decir, la gracia deja de ser lo que una vez fue.
Si por obras.
La evidencia textual tiende a confirmar (cf. p. 10) la omisión de las restantes palabras de este versículo; sin embargo, su significado ya esta implícito en la primera parte del mismo.
7.
¿Que pues?
¿A que conclusión se debe llegar en cuanto a las verdades que acaban de presentarse? Dios no ha desechado a su pueblo Israel, ¿Entonces cual es la posición exacta de éste? Pablo ahora muestra que la declaración del cap. 9: 31 debe entenderse con este significado: es cierto que Israel como nación no ha alcanzado el propósito de Dios, sin embargo, el fracaso no es total; los elegidos, o sea una parte de Israel, han triunfado.
Lo que buscaba.
En el texto griego el verbo esta en presente, lo cual indica que la búsqueda aún continuaba. Israel, como pueblo, aún buscaba la justicia, la que todavía no había logrado obtener. El propósito de la búsqueda de Israel, más el hecho de que la buscaban en forma equivocada, ya se ha explicado (cap. 9: 31-32; 10: 2-3). También se ha repetido enfáticamente el principio básico afirmado en el cap. 11: 6.
Alcanzado.
Gr. epitugjánÇ,"acertar en el blanco", por lo tanto, "alcanzar", "obtener".
Los escogidos.
Pablo destaca que los que son salvados deben su salvación enteramente a la gracia de Dios y a la elección divina.
Fueron endurecidos.
Gr. pÇróÇ,"endurecer", "encallecerse", "volverse insensible" (cf. 2 Cor. 3: 14). La cita del AT que se halla en Rom. 11: 8, habla de Dios como de aquel de quien depende el endurecimiento. En el lenguaje no literal de la Biblia, con frecuencia se dice que Dios hace lo que no impide (ver com. 2 Crón. 18: 18).
Se ha explicado que los judíos creyentes y los gentiles creyentes son salvados solo por la gracia (Rom. 11: 6; cf. Efe. 2: , y que el resto de Israel ha sido endurecido no por que Dios lo hubiera desechado, pues no lo ha hecho (Rom. 11: 1-2), sino porque ellos procuraban establecer su justicia mediante sus propias obras y sin someterse a la justicia de Dios (cap. 10: 3).
8.
Como está escrito.
La cita consiste de una combinación de frases de Deut. 29: 4; Isa. 6: 9-10; 29: 10. El letargo espiritual de Israel no era nada nuevo en la historia de la nación.
Espíritu.
Un estado mental o de ánimo. Compárese con "espíritu angustiado" (Isa. 61: 3), "espíritu de mansedumbre" (1 Cor. 4: 21), "espíritu de esclavitud" (Rom. 8: 15).
Estupor.
Gr. katánuxis, que deriva de un verbo que significa literalmente "punzar violentamente" (ver Hech. 2: 37) y por lo tanto "aturdir", como el atolondramiento que causa un golpe o una emisión abrumadora (ver Gén. 34: 7 y Dan. 10: 5, LXX). Sin embargo, la palabra hebrea en Isa. 29: 10 significa "un sueño profundo", como el que cayó sobre Adán (Gén. 2: 21), Abrahán (cap. 15: 21) y los ayudantes de Saúl (1 Sam. 26: 12).
Que Dios es el que da ese espíritu de "embotamiento" debe entenderse en el mismo sentido en quien Dios es quien endurece el corazón de los hombres (ver. com. Rom. 9: 18; cf. com. cap. 11: 7). Desde que Adán cayó, la condición natural del hombre ha sido de insensibilidad espiritual (1 Cor. 2: 14); pero Dios procura por medio de su gracia cambiar esa condición y reanimar las facultades de percepción espiritual, y al mismo tiempo le presenta al hombre las verdades referentes a 602 su salvación. Pero si el hombre persistentemente se opone a esta gracia, Dios, que no fuerza la voluntad de nadie, retira su gracia y abandona al hombre a las consecuencias naturales de su obstinada resistencia.
Que no vean.
Cuando se rechaza la gracia divina el resultado es la falta de capacidad espiritual para discernir las cosas espirituales (1 Cor. 2: 14).
Hasta el día de hoy.
Compárese con el detallado relato que presentó Esteban de la historia de Israel para probar este rechazamiento (Hech. 7: 2-53).
9.
David dice.
La cita es de Sal. 69: 22-23, y no concuerda exactamente ni con el hebreo ni con la LXX. En el contexto original, el salmista invocaba la ira de Dios contra sus enemigos, a quienes también consideraba como enemigos de Dios (ver el comentario de los Salmos Imprecatorios, t. III, p. 630). Varios pasajes de este salmo son empleados por los escritores del NT como referencias proféticas concernientes al Mesías, el Doliente exento de pecado (ver com. Sal. 69); y estas palabras citadas por Pablo se aplican con toda razón a los que rechazaron a Cristo.
Convite.
Gr. trápeza, que puede traducirse "mesa" o también el alimento que se ofrece sobre ella; "mesa" (BJ, BC, NC). Los tárgumes interpretan que esta "mesa" está puesta delante del Señor, como en el caso de las comidas ceremoniales. Las bendiciones que disfrutaban los judíos se les convirtieron en una maldición. Lo mismo sucedió con las Escrituras que les fueron dadas divinamente y las leyes e instituciones religiosas en las que confiaban para obtener la vida y la salvación (Juan 5: 39-40; Rom. 2: 17; HAp 81-82; DTG 182): se convirtieron en una trampa y una red. Las dádivas que Dios les dio las tergiversaron y usaron mal, y fueron el motivo de su fracaso y de su persistencia en la incredulidad. Aun las mejores dádivas del cielo cuando se usan indebidamente, se tornan dañinas para el que las recibe.
10.
Sean oscurecidos sus ojos.
En cuanto al oscurecimiento de los ojos como símbolo de la ceguera espiritual que sobrevendría a Israel, ver com. Isa. 6: 9-10. Aunque los judíos poseían claras revelaciones de la voluntad de Dios, no comprendían el verdadero significado y el propósito de esas revelaciones, mientras que los gentiles, menos favorecidos, pero más dóciles, pudieron comprender.
Agóbiales.
Gr. sugkámptÇ, "doblar en dos", "plegar", como en el caso de los cautivos cuyas espaldas habían sido dobladas bajo las cargas. Este pasaje dice en el AT: "Haz temblar continuamente sus lomos" (Sal. 69: 23). La declaración de Pablo concuerda con la LXX. El cuadro que se sugiere es de temor servil y de desaliento. Este versículo describe adecuadamente la condición de los judíos desobedientes. Habían dedicado tanto tiempo su atención a las formas externas y a detalles mínimos de ritual y de las ceremonias, que quedaron destituidos de todo discernimiento espiritual y de la capacidad para apreciar la esencia de la moralidad y las verdades espirituales (cf. Mat. 23: 23-25; Mar. 7: 2-9). En sus continuos esfuerzos para establecer su propia justicia, aumentaban continuamente la carga de los deberes legales (ver Mat. 23: 4).
Pablo usa estas citas del AT para demostrar que el triste cuadro que ha presentado de la condición de sus compatriotas judíos, se apoya claramente en las Escrituras, en las cuales ellos creían. Además, la condición de pecado de Israel no era nueva, ya que había sido notoria desde los días de Moisés y los profetas.
11.
¿Han tropezado?
La construcción griega de la pregunta pide una respuesta negativa (cf. vers. 1), como si hubiera dicho: "No han tropezado como para que cayeran, ¿verdad?" Ciertamente los judíos habían tropezado, pues "tropezaron en la piedra de tropiezo" (cap. 9: 32-33). Muchos se escandalizaron en Cristo; pero debido a su tropiezo, el Evangelio fue llevado a los gentiles, y esto, a su vez, iba a resultar en un incentivo para los judíos.
Para que cayesen.
"Para quedar caídos" (BJ). La construcción griega puede interpretarse como que expresa un propósito o también un resultado. Este último es el significado apropiado en el contexto.
En ninguna manera.
Ver com. cap. 3: 4.
Transgresión.
Gr. paráptÇma, "resbalón [o caída] hacia el lado", "paso en falso". En la RVR paráptÇma se ha traducido como "ofensa" (Mat. 6: 14-15; Mar. 11: 25), como "pecado" (Rom. 5: 20; 2 Cor 5: 19; Efe. 1: 7; 2: 5; Col. 2: 13), como "falta" (Gál. 6: 1) y como "delito" (Efe. 2: 1).
A los gentiles.
Como los judíos rechazaron el Evangelio y aumentaron la violencia de su oposición, causaron en gran medida la predicación del Evangelio a los gentiles y, como resultado, 603 éstos lo aceptaron (cf. Hech. 8: 4; 11: 19-21). Esto fue lo que le sucedió a Pablo en Antioquía de Pisidia (Hech. 13: 45-49).
Para provocarles.
Es decir, a los judíos. Sus privilegios los habían hecho negligentes y apáticos; pero cuando vieran que otros hacían suyos los privilegios de Israel, despertarían de su apatía y sentirían el deseo de compartir las bendiciones de que ahora disfrutaban los gentiles.
12.
Transgresión.
Ver com. vers. 11.
Riqueza del mundo.
Los judíos habían sido llamados a ser misioneros de Dios para el mundo (ver t. IV, pp. 28-29); pero fracasaron en su tarea. El mundo había sido dejado en la ignorancia espiritual. El rechazo de la nación de Israel como los embajadores escogidos para el mundo y el llamamiento de la iglesia cristiana al evangelismo mundial (Mat. 28: 18-20), dio como resultado un poderoso movimiento misionero. El mundo gentil había oído de "las inescrutables riquezas" (Efe. 3: , y muchos aceptaron a Cristo.
Defección.
Gr. h'tt'ma, "pérdida", "derrota", "fracaso". Esta palabra sólo aparece una vez más en el NT, en 1 Cor. 6: 7, donde se ha traducido como "falta" (RVR) y "culpa grave" (VM). También aparece una sola vez en Isa. 31: 8, LXX, donde claramente significa "derrota". Este es el significado que Pablo le da aquí. La incredulidad de los judíos no sólo fue un paso en falso y una transgresión, sino también su derrota, y debido a esto fueron rechazados como la nación escogida y no hallaron lo que buscaban. Sin embargo, hay varios comentadores que entienden que h'tt'ma se refiere a la "disminución" (KJV) de Israel, argumentando que esa interpretación es una antítesis más exacta frente a la "plena restauración" del fin del versículo.
Riqueza de los gentiles.
Evidentemente debe entenderse como sinónimo de "riqueza del mundo".
Plena.
"Plenitud" (BJ, BC, NC). Gr. pl'rÇma. Esta palabra puede entenderse en sentido pasivo: "lo que ha sido llenado", "la totalidad"; o en sentido activo: "lo que llena hasta el borde", "colmo" (cf. Juan 1: 16; Rom. 13:10; 1 Cor. 10: 26; Efe. 1: 23; 3: 19; Col. 1: 19). Los comentadores no están de acuerdo en cuanto al significado exacto de este versículo, pero el sentido que le da Pablo parece ser claro. Si la pérdida y la derrota de los judíos fueron encauzadas por Dios para producir la riqueza de los gentiles, cuánto más la restauración de esa pérdida significaría riqueza para todos.
13.
Porque.
El griego tiene la conjunción de, que se traduce mejor "y", o "pero", o "mas". Pablo ha llegado a un punto donde su tema acerca de la condición de los judíos también tiene que ver con la posición de los gentiles (vers. 11-12); por lo tanto, se detiene para explicar, haciendo un paréntesis, que su amor por sus compatriotas y su celo por cumplir con su misión para con los gentiles persiguen el mismo fin. Su deseo de salvar a sus compatriotas judíos lo hace ser más celoso en su trabajo para la salvación de los gentiles, pues esto hará bien a sus compatriotas, y a su vez causará un bien mayor a los gentiles.
Vosotros. . . gentiles.
Pablo se ha estado refiriendo a los judíos en tercera persona: "han tropezado" (vers. 11; etc.), pero se dirige a los gentiles en segunda persona: "vosotros" (vers. 13-31). Este versículo es una indicación más de que la Iglesia de Roma estaba compuesta mayormente de gentiles (ver com. cap. 1: 13).
Por cuanto.
La frase griega es difícil de traducir exactamente. Un buen intento es el de la BJ: "Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio".
Honro.
Gr. doxázÇ, "glorificar", "ensalzar".
Ministerio.
Pablo magnificaba su ministerio para con los gentiles, haciendo todo lo posible por llevarles el Evangelio. Está expresando la esperanza de que el éxito de su ministerio entre los gentiles resultara en una influencia favorable sobre los judíos (ver com. cap. 11: 11). Honraba su ministerio para despertar celos entre sus compatriotas judíos y así salvar a algunos de ellos (vers. 14).
14.
Provocar a celos.
Gr. paraz'lóÇ. Este verbo también ha sido traducido como "provocar a celos" en el vers. 11 y en el cap. 10: 19, lo cual armoniza con la profecía original de Deut. 32: 16, 21, citada en Rom. 10: 19.
Mi sangre.
"Mi raza" (BJ), es decir, "mis compatriotas" (cf. cap. 9: 3). La meta de Pablo era despertar en sus compatriotas el deseo de compartir las bendiciones que les fueron ofrecidas primero y que eran disfrutadas tan abundantemente por los gentiles.
Hacer salvos a algunos.
Cf. 1 Cor. 9: 22.
15.
Su exclusión.
Gr. apobol'. La palabra aparece en el NT sólo aquí y en Hech. 27: 22, donde se ha traducido como "pérdida" (RVR). Pablo había negado antes que Dios 604 hubiera desechado a su pueblo (Rom. 11: 1-2), pero aquí lo afirma; sin embargo, ambas declaraciones son verdaderas. La nación de Israel, como el instrumento escogido para la evangelización del mundo, ciertamente fue excluida; pero un remanente fiel había aceptado al Mesías, y los esfuerzos misioneros de la iglesia naciente hacían que su número aumentara continuamente (ver t. IV, pp. 37-38).
El tema del vers. 12 se repite en este versículo con un lenguaje diferente. Aunque Dios tenía que desechar a la mayor parte de su antiguo pueblo debido a su infidelidad, lo encauzó para que se reconciliaran con él aquellos que no lo habían "buscado" (cf. cap. 10: 20).
Reconciliación del mundo.
Pablo considera su ministerio como una obra de reconciliación (2 Cor. 5: 18-19; cf. Col. 1: 20). Después del rechazo de la nación de Israel (ver com. Rom. 11: 2, 12), el Evangelio de Cristo se ha propagado por las naciones del mundo, y los creyentes se han reconciliado en todas partes con Dios.
Admisión.
Gr. prósl'mpis, "aceptación", "recepción". Esta palabra no aparece en ningún otro pasaje del NT, pero se conoce su significado por el uso del verbo del cual deriva (cf. cap. 14: 3; 15: 7). Sin duda Pablo se está refiriendo a la recepción en la iglesia cristiana de los judíos que aceptaran a Cristo.
Vida de entre los muertos.
Algunos comentadores han entendido que esta frase significa literalmente que tan pronto como se haya cumplido el propósito de Dios de la "admisión" de Israel (ver com. "admisión"), también se habrá completado el propósito divino para la salvación del mundo y comenzará el reino de Cristo con la resurrección.
Sin embargo, la posición de este Comentario es que el lenguaje de Pablo es figurado (cf. Luc. 15: 24, 32). La frase "vida de entre los muertos" no equivale en ningún otro pasaje del NT a "la resurrección". Sin duda el apóstol se refiere al formidable despertar espiritual que se produciría en el mundo como resultado de la predicación del Evangelio. Muchos judíos que antes habían estado espiritualmente muertos aceptarían a Jesús y se unirían en la predicación del Evangelio. Compárese con HAp 305.
"Su admisión" no debe entenderse en el sentido que la nación de Israel recibirá nuevamente los privilegios y bendiciones de que había disfrutado antes, y que la nación literal de los judíos será de nuevo el pueblo escogido de Dios. Su rechazo como nación fue definitivo. Jesús presentó esto con toda claridad en su parábola de los labradores malvados (ver com. Mat. 21: 33-43). El "reino de Dios" les fue quitado y "dado a gente que" produjera "los frutos de él" (Mat. 21: 43); sin embargo, como individuos pueden ser salvados uniéndose a la iglesia cristiana (ver com. Rom. 11: 23-24).
16.
Primicias.
Pablo se está refiriendo a la ceremonia descrita en Núm. 15: 19-21, cuando se dedicaba una parte de la "masa" a Dios. La ofrenda de las primicias santificaba toda la "masa". Las primicias representaban la primera cosecha evangélica entre los judío (ver HAp 302).
Son santas, también.
Es decir, toda la masa: los que posteriormente se convirtieran en miembros de la iglesia cristiana.
Masa.
Gr. fúrama, literalmente "lo que está mezclado".
Raíz.
Pablo usa una segunda metáfora para expresar la misma idea. Si la raíz es santa, también lo será todo el árbol (ver com. "son santas, también"). Se describe a Israel como si fuera un árbol.
17.
Algunas de las ramas.
Jeremías había simbolizado a Israel con un olivo (Jer. 11: 16; cf. Ose. 14: 6). Compárese también con el símbolo de la viña en el AT (Sal. 80: 8; Isa. 5: 7). Jesús se comparó a sí mismo con una vid y a sus discípulos con los pámpanos (Juan 15: 1-6).
Fueron desgajadas.
La referencia es a los judíos incrédulos que, al rechazar a Jesús, no sólo sellaron su propia suerte sino también la de la nación. El reino de Dios les fue quitado y "dado a gente que" produjera "los frutos de él" (Mat. 21: 43).
Olivo silvestre.
O "acebuche" (BC, NC, VM). Este símbolo representa adecuadamente la condición de los gentiles, que no habían sido favorecidos con los privilegios religiosos de los judíos.
Has sido injertado.
Pablo no está hablando de una posibilidad futura, sino de algo que ya ha sucedido en el caso de muchos gentiles. Normalmente nunca se hace un injerto de la rama de un árbol silvestre en el tronco de un árbol cultivado. Lo natural es injertar un brote tierno y escogido en un tronco silvestre. Pablo expresamente declara que el injerto de los gentiles en el tronco de Israel fue 605 "contra naturaleza" (vers. 24). El llamamiento y la conversión de los gentiles fue en contra de lo que esperaban los judíos.
En lugar de ellos.
Es decir, en lugar de las ramas que fueron desgajadas. La traducción "entre ellas" (BC, VM) significa "entre las buenas ramas".
Has sido hecho participante.
Cf. Efe. 3: 6. Los cristianos gentiles llegaron a ser participantes del eterno plan de Dios para la salvación.
18.
No te jactes.
Está completamente fuera de lugar que los cristianos gentiles, que deben todo a las bendiciones de la salvación de las cuales Israel había sido llamado a ser el portavoz, se jacte ante los judíos que han caído.
19.
Las ramas.
En griego se omite el artículo definido, permitiendo así la traducción "algunas ramas". No todas las ramas fueron desgajadas.
Dirás.
Pablo ya había explicado que el rechazo de los judíos había resultado en el enriquecimiento de los gentiles (ver com. vers. 11-15); pero que sería egoísmo y arrogancia suponer, como en esta réplica imaginaria, que Dios había desechado a algunos de su pueblo con el único y directo propósito de proporcionar las bendiciones de la salvación a los gentiles, como si éstos fueran de más valor que los judíos. El egoísmo está implícito en el texto griego por el pronombre personal enfático ego, "yo": "para que yo fuese injertado".
20.
Bien.
Gr. kalÇs, que significa "bien", pero se usa con el sentido de "es verdad", "aceptado" (cf. Mar. 12: 32). Pablo admite la verdad de la declaración de que las ramas fueron desgajadas, pero con el resultado de que otras fueron injertadas.
Incredulidad.
Gr. apistía, "falta de fe". Compárese con la palabra pístis, que se traduce "fe" en la siguiente frase. La estrecha relación entre estas dos palabras se ve claramente en el griego.
Por la fe estás en pie.
Pablo se apresura a corregir la falsa deducción expresada en el versículo anterior, recordando a los cristianos gentiles cómo habían llegado a ser miembros del Israel espiritual. Los judíos habían sido desechados por causa de su incredulidad, y los gentiles aceptados debido a su fe. Cuando se reconoce la verdadera causa del rechazo de Israel, no queda ningún motivo para que el cristiano gentil se jacte. Debe ser más bien una advertencia para que se aferre a su fe como la única condición que le permite permanecer seguro como una rama del árbol. Por lo tanto, se le dice "no te ensoberbezcas" debido a tus nuevos privilegios y tu nueva condición, sino ten cuidado, no sea que caigas como cayeron los otros. Ver com. cap. 3: 3; 10: 17.
No te ensoberbezcas.
O "deja de pensar grandezas"; es decir, "no te engrías" (BJ, NC). Los cristianos gentiles no tenían más méritos propios que los que tenían los judíos que fueron desechados. Por eso no debían engreírse. Además, la fe no puede existir en el hombre cuya "alma. . . se enorgullece" (Hab. 2: 4).
Sino teme.
La confianza excesiva y el falso sentimiento de seguridad conducirían a los mismos desastrosos resultados que habían sufrido los judíos. Compárese con Heb. 4: 1.
21.
No perdonó.
Este versículo explica la razón por la cual los conversos gentiles debían sentir temor. A pesar de sus privilegios mayores, Dios no perdonó a las ramas naturales cuando pecaron; y mucho mayor es el motivo para que el injerto silvestre tema que Dios no lo perdone si comete el mismo pecado.
22.
Bondad.
Gr. jr'stót's, "benevolencia", "mansedumbre" (ver com. cap. 3: 12).
Severidad.
Gr. apotomía, "lo que corta o amputa". Por lo tanto, "lo que es inflexible en su rigor". Esta palabra que no aparece en ninguna otra parte del NT, deriva del verbo apotémnÇ, "cortar", "separar". De la misma raíz deriva el adverbio apotómÇs, "severamente", que se ha traducido como "usar de severidad" (2 Cor. 13: 10) y "duramente" (Tito 1: 13). El trato de Dios con los gentiles de esta que está lleno de bondad y tolerancia para con los hombres (cf. Rom. 2: 4). Su bondad siempre se manifestará en aquellos que confían en él y no en sus propios méritos en la posición del privilegio de que disfrutan. Pero el trato de Dios con los judíos revela por otro lado, la severidad que debe ejercer con los que confían en sí mismos.
Con los que cayeron.
Es decir, los judíos desobedientes.
Para contigo.
Es decir, los gentiles.
Si permaneces.
La única forma de continuar el amparo de la bondad de Dios o de su gracia (Hech. 13: 43) es permanecer firme "en la fe" (Col. 1: 23), sin que la incredulidad separe de la misericordia concedida. Este 606 versículo claramente enseña la posibilidad de caer de la gracia. El hombre puede despreciar y rechazar la bondad de Dios, y ser desechado.
23.
Y aun ellos.
Dios no sólo tiene la voluntad sino también el poder para restaurar a aquellos a quienes ha desechado. El hecho de que Dios tiene tal poder para restaurar, queda ilustrado por el poder que ha desplegado en la conversión de los gentiles, como se describe en el versículo siguiente.
24.
¿Cuánto más?
La conversión experimentada por los gentiles, quienes procedían del paganismo entenebrecido, da motivo para creer que Dios bien puede restaurar individualmente a los israelitas que ha desechado.
25.
Ignoréis.
Cf. Rom. 1: 13; 1 Cor. 10: 1; 12: 1; 2 Cor. 1: 8; 1 Tes. 4: 13.
Misterio.
Gr. must'rion, en el griego clásico significa "cosa oculta", "secreto". Se relaciona con múst's, "iniciado en los misterios". La flexión verbal muéÇ significa "iniciar", y se relaciona con múÇ, "cerrar, especialmente ojos y boca".
Must'rion, generalmente usado en plural, must'ria, entre los paganos significaba secretos o doctrinas secretas que sólo debían ser dadas a conocer a los que habían sido especialmente iniciados. Era el término técnico para las celebraciones y los ritos secretos, y también para los elementos simbólicos y los ornamentos que usaban en esas ceremonias religiosas. En cuanto al uso del término "misterio" en la literatura de Qumrán, ver t. V, p. 93-94.
En el NT must'ríon se refiere a algo que Dios desea hacer conocer a aquellos que están dispuestos a recibir su revelación, y no algo que desea mantener en secreto. En los escritos de Pablo tiene el significado de algo que, aunque no se puede entender plenamente sólo mediante la razón, ahora ha sido dado a conocer por medio de la revelación divina (cf. cap. 16: 25-26; etc.). En Apoc. 1: 20; 17: 5, 7 se refiere a un símbolo que debe ser interpretado para que pueda ser bien comprendido.
Pablo consideraba que tenía la misión de hacer conocer el misterio "que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos" (Rom. 16: 25; cf. 1 Cor. 2: 7, Efe. 3: 3-4). El propósito eterno de Dios de redimir al hombre en Cristo ahora ha sido declarado en el cristianismo. De ese modo Pablo describe toda la revelación cristiana como un misterio (Rom. 16: 25; 1 Cor. 2: 7-10; Efe. 1: 9; 6: 19; Col. 1: 26; 2: 2; 1 Tim. 3: 9). Aplica el término a la encarnación de Cristo (1 Tim. 3: 16), a la unión de Cristo con su iglesia simbolizada mediante el casamiento (Efe. 5: 32), a la transformación de los santos cuando Cristo venga por segunda vez (1 Cor. 15: 51), a la oposición del anticristo (2 Tes. 2: 7) y, especialmente, a la admisión de los gentiles en el reino de Cristo (Rom. 16: 25-26; Efe. 3: 1-6; Col. 1: 26-27).
El misterio que Pablo está declarando ahora es el propósito de Dios de salvar en su reino tanto a los judíos como a los gentiles. El endurecimiento de Israel será usado de alguna manera y en una forma que está más allá de la comprensión humana (Rom. 11: 33), para dar lugar a la culminación de ese plan divino.
Arrogantes en cuanto a vosotros mismos.
Literalmente "sabios en vosotros mismos". Pablo está preocupado de que los gentiles no se infatúen suponiendo que su aceptación en lo que los judíos habían rechazado se debía en alguna forma a sus propios méritos. No había motivo para que los gentiles creyentes despreciaran a los judíos desobedientes. Esta frase indica que los "hermanos" a los cuales Pablo se está dirigiendo en particular, son cristianos gentiles, a los cuales se ha estado dirigiendo desde el vers. 13.
Endurecimiento.
Aquí indica "embotamiento mental", "insensibilidad espiritual".
En parte.
El endurecimiento no ha sobrevenido a todo Israel sino sólo a una "parte". El "remanente escogido por gracia" no ha sido afectado (vers. 5). "Algunas de las ramas", no todas, "fueron desgajadas" (vers. 17).
Hasta.
El endurecimiento "en parte" será el estado espiritual de los judíos hasta el mismo fin del tiempo. Las dos expresiones clave en este pasaje son: "la plenitud de los gentiles" y "todo Israel" (vers. 26). Si en estas expresiones, como algunos sostienen, Pablo abarca literalmente a toda la población gentil y a "todo Israel", es decir, a toda la raza judía según la carne, entonces es evidente que enseña la salvación universal. Pero cualquiera que sea la enseñanza de Pablo en este difícil pasaje, es seguro que no enseña la salvación universal, pues en sus escritos hay numerosas afirmaciones inequívocas que se oponen a esta doctrina (Rom. 1: 18, 32; 2: 1-11; 2 Tes. 1: 7-10; etc.). 607 Dios no impone la salvación a nadie. Si los hombres prefieren insensibilizar su corazón frente al Evangelio, él no interfiere con esa elección. El endurecimiento es obra de su propia elección, y no debe atribuirse a Dios ninguna responsabilidad de ellos (ver com. Rom. 9: 18). Dios sólo puede salvar de una nación a los que procedan de acuerdo con las estipulaciones de la gracia.
Haya entrado.
Es decir, hasta que entre en el reino de Cristo la comunidad del pueblo de Dios simbolizado por el buen olivo, y en el cual ya han sido injertados algunos de los gentiles.
Plenitud.
Ver com. vers. 12, donde Pablo menciona la "plena restauración" de los judíos. "La plenitud de los gentiles" debe entenderse que se refiere, naturalmente, a aquellos gentiles que, mediante el Evangelio, aceptan las condiciones de la salvación.
26.
Y luego.
Gr. kai hóutÇs, "y así", "y de este modo". El adverbio expresa manera y no conclusión o tiempo.
Todo Israel.
Ya se ha mostrado (ver com. vers. 25) que Pablo no está enseñando la salvación universal ni de los gentiles ni de los judíos. Además, ¿por qué sólo la generación de judíos que vivirá en el tiempo del fin habría de recibir la salvación por una especie de decreto divino? Pablo ha expresado su esperanza de que "algunos de ellos" (vers. 14) pudieran ser salvos. Resulta evidente que él creía que muchos rechazarían todos los esfuerzos por salvarlos, y que por lo tanto nunca creyó que se salvaría toda la nación.
Algunos comentadores sostienen que el remanente fiel (ver com. vers. 5), al cual se añaden los judíos que aceptan a Cristo durante la era cristiana, constituyen "todo Israel" que será salvo. Este punto de vista se basa en la idea de que la preocupación de Pablo en el cap. 11 es la salvación de sus compatriotas israelitas. Aquí contrasta la salvación de los judíos con la de los gentiles. En todo el capítulo se establece una distinción entre los dos grupos al hacer referencia a los judíos en tercera persona, y a los gentiles, en segunda persona. La salvación de los primeros se describe mediante la expresión "todo Israel será salvo"; la de los segundos, con las palabras "hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles".
Otros comentadores sostienen que "todo Israel" representa al Israel espiritual. Esta opinión se basa en la creencia de que Pablo está completando su ilustración del olivo. Ya ha mostrado cómo las ramas representan a los judíos incrédulos que fueron desgajados, y las ramas del olivo silvestre representan a los gentiles injertados. También ha explicado cómo las ramas cortadas podrían volver a juntarse con el tronco original. Por medio del injerto de esas ramas se completaría otra vez el árbol que representa al Israel espiritual. En esta forma "todo Israel" simbolizaría a la totalidad de los salvados, judíos y gentiles, los cuales juntos constituyen "todo" el verdadero Israel (Rom. 2: 28-29; Gál. 6: 15-16).
Como está escrito.
La cita es de Isa. 59: 20-21; 27: 9, y concuerda más con la LXX que con el hebreo. En lugar de lo que dice la LXX, "por causa de Sión", la cita de Pablo dice "saldrá de Sión". La modificación puede deberse a pasajes como Sal. 14: 7; 50: 2; 53: 6; Isa. 2: 3; Miq. 4: 2.
Sion.
Es decir, Jerusalén (ver com. Sal. 48: 2).
Libertador.
El texto hebreo de Isa. 59: 20 dice go'el, "redentor" (ver com. Job 19: 25; cf. Deut. 25: 5-10; Rut 3: 12-13; 4: 7-10).
Jacob.
Es decir, Israel (ver Núm. 23: 21; Sal. 78: 5, Miq. 3: .
Impiedad.
Gr. asebéia, "impiedad en pensamientos y hechos", "irreligiosidad". La predicción de Isaías expresaba la esperanza de que un reavivamiento se propagaría por las filas del apóstata Israel y que, a la larga, la nación cumpliría su destino divino. Pablo muestra cómo la profecía hallará su cumplimiento no con la nación judía, sino con los judíos que individualmente acepten a Jesús como el Mesías y sean injertados en el tronco del verdadero Israel (cf. vers. 23).
27.
Mi pacto.
Literalmente "el pacto de parte de mí". La base del nuevo pacto de Dios con Israel era el perdón divino de los pecados de esa nación (ver Jer. 31: 31-34). Cuando el Redentor conduzca al remanente (Rom. 9: 27) de los apóstatas descendientes de Abrahán a apartarse de su transgresión, entonces será renovado con ellos el pacto que fue quebrantado, y Dios no se acordará más de sus pecados. Compárese con Heb. 8: 6-13.
28.
Enemigos.
Quizá sea una referencia a hostilidad de los judíos contra el Evangelio, o al hecho de que al rechazar a Cristo se convirtieron en verdaderos enemigos de Dios.
Por causa de vosotros.
El resultado de la 608 exclusión de ellos ha sido el llamamiento de los gentiles, como Pablo ya lo ha explicado (vers. 11-12, 15, 19).
En cuanto a la elección.
Gr. "según la elección", que aquí se refiere probablemente al principio de elección, es decir, al hecho de que Dios eligió a Israel para que fuera su pueblo, y de entre ellos salvará al remanente que cree.
Amados.
Cf. cap. 9: 25. Aunque los judíos han sido rechazados, Dios todavía los ama.
Por causa de los padres.
Cf. Hech. 3: 25; Rom. 9: 4-5.
29.
Irrevocables.
Gr. ametamél'tos, "sin remordimiento". "Sin arrepentimiento" (BC, NC, RVA). Esta palabra aparece por segunda y última vez en el NT en 2 Cor. 7: 10. Dios no ha cambiado su pensamiento en cuanto a Israel. La nación fracasó y fue rechazada (ver com. Mat. 21: 33-46), pero será salvado un remanente. Dios no se ha arrepentido de haber llamado y dado dones a la descendencia de Abrahán (Núm. 23: 19; 1 Sam. 15: 29; Sal. 89: 34-36; Eze. 24: 14; Tito 1: 2; Heb. 6: 18; Sant. 1: 17). Los hombres pueden fracasar, y quizá Dios tenga que cambiar su método, pero nunca abandona su propósito. Pablo expresa esta verdad como una razón para creer que Dios todavía ofrece perdón y salvación al pueblo a quien llamó y eligió y sobre el cual ha prodigado tantas bendiciones (Rom. 9: 4-5).
Dones.
Gr. jarísmata, "dones de gracia gratuita" (ver com. cap. 5: 15; 6: 23).
Llamamiento.
En cuanto a la naturaleza del llamamiento de Dios, ver com. cap. 8: 30.
30.
En otro tiempo.
Es decir, antes de la predicación del Evangelio entre los gentiles. Dios había elegido a los judíos para que fueran sus embajadores en el mundo, pero habían fracasado miserablemente en su misión de evangelizar el mundo. Si bien en el AT hay vislumbres de la salvación de los gentiles (Isa. 56: 2-7; 60; 66: 19), en tiempos de Pablo la invitación se extiende generosamente a todos los gentiles.
Desobedientes.
Su desobediencia anterior debía reprimir cualquier sentimiento no caritativo que los gentiles pudieran estar inclinados a albergar en cuanto a la desobediencia de los judíos de entonces (vers. 18-20).
Desobediencia.
La desobediencia de los judíos dio como resultado que el Evangelio fuera llevado a los gentiles (Hech. 13: 46).
31.
Así también éstos.
Pablo habla ahora de los judíos. Por causa de su desobediencia se habían colocado al nivel de los gentiles.
Por la misericordia concedida a vosotros.
Los judíos perdieron el derecho a los privilegios de la relación como pueblo del pacto, pero pueden ser recibidos de nuevo dentro de los alcances de esa relación en la misma forma como fueron recibidos los gentiles. Algunos comentadores consideran esto como una referencia adicional a que Israel fue impulsado a experimentar un bendito celo cuando vio que los gentiles disfrutaban de la misericordia y de las bendiciones de Dios (vers. 11). Dios usa así la desobediencia de los judíos como una ocasión para extender su misericordia a los gentiles (Hech. 13: 46). Luego, a su vez, usa la revelación de su misericordia hacia los gentiles para impartir nuevamente misericordia sobre los judíos.
32.
Sujetó a todos.
Gr. sugkléiÇ, "encerrar juntos", "encerró a todos" (BJ). Así como una red encierra una multitud de peces (Luc. 5: 6). Este verbo griego también se usa en Gál. 3: 22-23. El significado de la frase "Dios sujetó [literalmente 'encerró'] a todos en desobediencia" se aclara con la traducción de Sal. 78: 62, LXX: "Entregó también a su pueblo a la espada"; literalmente "los encerró para la espada". Pablo ya ha descrito cómo Dios ha entregado a los hombres a sus pecados (ver com. Rom. 1: 24; cf. com. cap. 1: 18).
En este versículo Pablo declara que la manera como Dios trata a la humanidad, aunque a veces es difícil de entender, está de acuerdo con su gran esfuerzo por salvarla. Hasta la forma en que el hombre se opone a Dios es convertida por el Señor en un recurso para llevar a cabo su plan. No se trata de que Dios desee que el hombre cometa el pecado de incredulidad y desobediencia; pero cuando ya existe el pecado, Dios sabe cómo disponer el esquema del gobierno del mundo de tal manera que el mal se encauce para bien.
Por lo tanto, cuando permite que el hombre quede sujeto a las consecuencias naturales de su propia rebelión, Dios procura enseñarle la atrocidad del pecado y revelarle su absoluta debilidad cuando está separado del poder divino. Al dejar que los que tratan de establecer su justicia mediante sus propias obras cosechen los resultados inevitables de su necedad, Dios se esfuerza para que sea claro para todos que la salvación se puede alcanzar únicamente por la fe en él y sometiéndose 609 al amor, la misericordia y el poder transformador que se revelan en Cristo.
A todos.
Literalmente "los todos", o sea "todos los hombres", judíos y gentiles.
Misericordia de todos.
No todos quieren aceptar la misericordia de Dios y someterse a ella. Los hombres tienen aún la libertad de oponerse y rechazarla; pero Dios está listo y dispuesto a tener misericordia de todos (2 Ped. 3: 9). Todo su trato sabio y paciente con el hombre caído ha sido encauzado hacia el cumplimiento de este único propósito: la revelación del amor divino en la salvación de los pecadores.
33.
Profundidad.
Es decir, inmensurable e inextinguible plenitud. Compárese con "tus juicios, abismo grande" (Sal. 36: 6). Pablo ha llegado al punto culminante de su tema. Comenzó con la condenación de todos (Rom. 1; 2), pero ha concluido hablando de misericordia para todos. La ira manifestada "contra toda impiedad e injusticia de los hombres" (cap. 1: 18), ha cedido su lugar a la misericordia que abarca a toda la gente de la tierra. Esta gran verdad, que Pablo ha resumido en cap. 11: 32, lo lleva a una exclamación en la que reconoce la infinita sabiduría y bondad de Dios.
Riquezas.
Compárese con Rom. 2: 4; 9: 23; 10: 12; Efe. 1: 7, 18; 2: 7; 3: 16; Fil. 4: 19. Por medio de estos recursos insondables de gloria y gracia, Dios ha podido extraer bien aun del mal.
De la sabiduría.
La primera parte de este versículo también podría traducirse: "¡Oh profundidad de riquezas y de sabiduría y de conocimiento de Dios!" La sabiduría de Dios que todo lo abarca, se ha manifestado en el maravilloso encauzamiento de los sucesos para la realización de los propósitos divinos de salvación (cf. 1 Cor. 1: 21-24; Efe. 3: 9-11).
Juicios.
O "decisiones" como aquellas por las cuales Israel fue rechazado y fueron admitidos los gentiles. Para la razón humana que carece de una ayuda superior, esos juicios son tan insondables como el "abismo grande" (Sal. 36: 6).
Inescrutables.
Gr. anexijnístos, "que no puede rastrearse" o "entenderse". Esta palabra aparece una vez más en el NT en Efe. 3: 8. El libro de Job es un comentario del inescrutable misterio de los caminos de Dios (Job 5: 9; 9: 10). Se puede conocer algo de la sabiduría de Dios (Rom. 1: 20), pero no todo (cf. Ecl. 8: 17). Aun Pablo, con su gran intelecto y su aguda perspicacia que penetra en las cosas de Dios, se siente impulsado a reconocer que las decisiones de Dios y sus caminos están más allá de la limitada comprensión del hombre. Dios nos revela de su sabiduría y propósitos sólo lo que es para nuestro bien; pero, más allá de esto debemos depender de las amplias evidencias de su amor, misericordia y poder.
34.
¿Quién entendió?
La cita proviene de Isa. 40: 13, y concuerda con el texto de la LXX (cf. 1 Cor. 2: 16). En hebreo dice: "¿Quién ha dirigido el Espíritu del Señor, o siendo su consejero le ha enseñado?" Pablo ahora justifica las exclamaciones de Rom. 11: 33 con pasajes del AT que hablan del conocimiento, la sabiduría y las riquezas de Dios. Las dos partes de este versículo hablan del conocimiento de Dios y de su sabiduría; el vers. 35, de sus riquezas.
35.
¿Quién le dio a él primero?
La cita es de Job 41: 11. Ninguno de los dones del cielo puede ser considerado como retribución de un favor o dádiva que previamente se haya dado a Dios. Todas sus bendiciones emanan de su propia gracia generosa. Pablo se ocupa una vez más del error fundamental de los judíos que se justificaban a sí mismos: la falsa idea de que los hombres pueden ganar el favor de Dios mediante sus obras meritorias.
36.
Porque de él.
Este versículo da la razón por la cual nadie puede hacer que Dios sea su deudor, pues todas las cosas fueron creadas por él (Hech. 17: 24-25; 1 Cor. 8: 6). Todo lo creado debe su continua existencia y actividad a Aquel que todavía "hace todas las cosas en todos" (1 Cor. 12: 6; cf. Hech. 17: 28; Heb. 2: 10), y todas las cosas son dirigidas hacia la realización de los propósitos divinos y la gloria de su nombre.
A él sea la gloria.
Compárese con Rom. 16: 27; Gál. 1: 5; Fil. 4: 20; 2 Tim. 4: 18; Heb. 13: 21. Con esta breve, aunque sublime doxología, Pablo llega al fin de la sección más doctrinal y argumentativa de su epístola.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-5, 11-15 HAp 301
16 7T 249 610
16-22 HAp 302; 4TS 329
17-21 PVGM 248
23-36 HAp 303
33 CC 107; CM 326; CS 581; DTG 32; Ed 168; FE 179; 2JT 98, 303; 3JT 260; MC 331, 345; MeM 22, 26, 187, 299; 5T 301; 8T 285, 287; TM 382; 4TS 328
34-36 MC 341; 8T 282