Lección 5: Para el 3 de noviembre de 2012
CRECER EN CRISTO
Sábado 27 de octubre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 35:10; Marcos 10:45; Romanos 6:12- 23; Efesios 6:12; Colosenses 1:16; 2:15; Gálatas 4:1-11.
Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido (Isaías 35:10). Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45). ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obecederle, sois esclavo de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque al fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:12 al 23). Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios. 6:12). Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él (Colosenses 1:16). Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15). Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; más ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.
Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros (Gálatas 4:1-11).
PARA MEMORIZAR:
“Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col. 2:15).
PENSAMIENTO CLAVE: La victoria de Cristo en la cruz define cómo puede crecer el cristiano.
LA MODIFICACIÓN de las creencias fundamentales de la iglesia, votada en el 58º Congreso de la Asociación General (en 2005), se tituló “Crecer en Cristo”. Al analizar la declaración, es evidente lo siguiente: Jesús derrotó a los poderes satánicos y las fuerzas del mal; por medio de Cristo, tenemos la victoria sobre esos poderes; y hay condiciones para que estas victorias se logren en la experiencia de una persona.
Estos puntos ocuparán nuestra atención las tres próximas semanas. Esta semana consideraremos la victoria de Cristo en la cruz. Por su victoria –sobre el pecado, y sobre toda otra fuerza que opere en contra de la humanidad y de la creación de Dios–, Cristo ha logrado la salvación para nosotros.
Al captar lo que Cristo hizo en nuestro favor, comprenderemos mejor lo que podemos tener en nuestras vidas ahora. Su victoria puede ser la nuestra solo si la reclamamos porque, no importa lo que Jesús haya hecho por nosotros, debemos elegir aceptarlo. Por eso, la victoria no se da automáticamente a cualquiera.
Domingo 28 de octubre
LA REDENCIÓN
El cristianismo es una “religión de redención”, en la que la gente se salva de la devastación del pecado por medio de lo que otro hizo por ella, en este caso, Jesús. La religión cristiana puede distinguirse de una “religión de la ley”, donde uno puede rectificar su destino por sus propios esfuerzos al “hacer buenas obras”. Necesitamos esta redención porque, según la Biblia, la gente sin Cristo está esclavizada por el pecado (Juan 8:34) y bajo una sentencia de muerte (Rom. 6:23). No puede liberarse por sí misma de estas dos situaciones. La condición difícil del pecador requiere intervención externa, y esto viene con un precio. Como lo dice el Nuevo Testamento, ese precio era la muerte de Jesús en la cruz.
¿Qué revelan los siguientes pasajes acerca del concepto de redención? Isa. 35:10; Mar. 10:45; Gál. 4:4, 5; Tito 2:14; Heb. 9:12; 1 Ped. 1:18, 19.
Isa. 35:10
10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.
Mar. 10:45
45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Gál. 4:4, 5
4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Tito 2:14
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Heb. 9:12
12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
1 Ped. 1:18, 19.
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
Desde el punto de vista del Nuevo Testamento, la muerte redentora de Cristo fue un sacrificio y una sustitución. Él tomó nuestro lugar, se sacrificó en nuestro favor, sufriendo nuestra suerte a fin de que no tuviéramos que sufrirla nosotros. Algunos rechazan esto porque no les gusta la idea de que alguien sufra en lugar de otro, pero ese es el centro del mensaje del evangelio.
“Cuando el Nuevo Testamento habla de la redención, entonces, a menos que nuestra lingüística falle, significa que Cristo pagó el precio de nuestra redención. Siendo que el precio pagado debe ser adecuado para la compra en cuestión, esto indica una equivalencia, una sustitución”.–León Morris, The Apostolic Preaching of the Cross, p. 61.
Piensa en algunos aspectos de tu propia vida que encuentras que son imposibles de cambiar, acerca de las cuales no puedes hacer absolutamente nada. Del mismo modo, somos absolutamente impotentes para salvarnos. ¿De qué forma esto nos ayuda a entender mejor lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz? ¿Cómo debería la sorprendente verdad de la redención impactar nuestras vidas?
Lunes 29 de octubre
ESCLAVOS LIBERTADOS
La redención es como la liberación de una forma de esclavitud que necesitó ayuda “exterior” y, por ello, podemos llegar a la conclusión de que la humanidad está atada a un poder más fuerte que ella misma. ¿Qué poder o agencia tiene así atada a la humanidad pecadora?
Estudia Romanos 6:12 al 23. Nota que, en los versículos 18, 20 y 22, Pablo habla de libertad. ¿Cuál es el contexto de esta libertad? ¿De qué habla Pablo aquí?
Estudia Romanos 6:12 al 23. Nota que, en los versículos 18, 20 y 22
16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obecederle, sois esclavo de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque al fin de ellas es muerte.
22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Piensa en lo que Pablo dice aquí, junto con lo que dice en Romanos 6:1 al 11.
Romanos 6:1 al 11
1 Que, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6 sabiendo esto, que nuevo viejo hombre fue sacrificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Pablo habla de lo que sucede en el bautismo cristiano; plantea algunas cosas que deben morir con Cristo en el bautismo. Con eso, Pablo desafía al cristiano, que se ha unido con Cristo, a manifestar el señorío de Cristo, quien lo ha “librado” del poder del pecado.
La conclusión es que, no importa cuán corrompida haya sido nuestra naturaleza por el pecado, por medio de Cristo podemos ser libres de su poder “esclavizador”. ¿Quién no ha visto cuán devastadora puede ser esta esclavitud? ¿Quién no ha visto vidas arruinadas por el pecado? Este es el mayor enemigo que debemos enfrentar como humanos.
Esa esclavitud no es impuesta solamente desde afuera; más bien, es una que proviene desde dentro de nosotros. ¿Cómo somos libertados de una esclavitud, un yugo, que se origina en nosotros, en nuestra propia naturaleza?
La respuesta es que la liberación viene solo por el poder de Jesús, quien ganó la victoria por nosotros y nos ofrece el poder para vencer. Por medio de Cristo, somos perdonados por nuestros pecados, muertos a ellos y liberados de ellos. Ya no tienen que dominarnos. Estas son promesas sorprendentes, promesas que todos los que profesan el nombre de Cristo deben reclamar para sí mismos.
¿Cuál ha sido tu propia experiencia con el poder esclavizador del pecado? ¿Cómo puedes aprender a aferrarte mejor de las maravillosas promesas de libertad que Jesús nos ofrece?
Martes 30 de octubre
PRINCIPADOS Y POTESTADES: Parte 1
La Biblia retrata nuestro mundo como bajo el dominio de las fuerzas del mal que procuran controlarnos y destruirnos. La gran controversia resulta de la obra de Dios contra estos poderes. Las buenas noticias son que, después de la cruz, la victoria está asegurada, aun cuando las batallas continúan. El conflicto es dramático, cósmico y feroz, pero la victoria pertenece a Dios, y la podemos compartir por la fe.
Estudia los siguientes textos: 1 Juan 3:8; 5:19; Juan 12:31; 16:11; Efe. 6:12; Col. 1:16; 2:15; Rom. 8:38, 39. ¿Qué nos revelan acerca de estas batallas? ¿Qué grandes esperanzas y promesas hay aquí para nosotros?
1 Juan 3:8
8 El que practica el pecado es del diablo; porque el peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1 Juan 5:19
19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Juan 12:31
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Juan 16:11
11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Efe. 6:12
12 porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Col. 1:16
16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Col. 2:15
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Rom. 8:38, 39
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Muchas personas del siglo XXI actúan basadas en una cosmovisión solo científica. Es decir, examinan las cosas desde una perspectiva naturalista, la única que creen que es válida. Un mundo poblado con fuerzas malignas y dominado por poderes demoníacos es considerado por ellos como el rezago de una época de ignorancia. En cambio, la Biblia presenta un conjunto de fuerzas hostiles que abarcan principados y potestades. Aunque la cosmovisión bíblica incorpora conceptos naturalistas y científicos, ciertamente no basa en estos toda la comprensión de la realidad. El concepto bíblico del mundo abarca tanto la cosmovisión natural como la sobrenatural.
En Romanos 8:38, la palabra traducida como “principado” es, en griego, arjái, que puede referirse tanto a gobernantes civiles como a poderes sobrenaturales que ejercen un dominio maligno sobre el hombre. En Efesios 6:12, la frase “los gobernadores de las tinieblas de este siglo” podría traducirse también como “gobernantes mundiales de estas tinieblas”.
“Es evidente que Pablo se refiere a espíritus con individualidad propia, los cuales ejercen cierto grado de autoridad sobre el mundo. Compárese esta declaración con la frase ‘príncipe de este mundo’ (Juan 12:31; 14:30; 16:11), que describe a Satanás” (CBA 6:1.043).
¿Cómo se revela la gran controversia en tu vida? ¿Cómo sientes la lucha? ¿Cuál es la única forma de ser derrotado cuando tienes la promesa de la victoria de Cristo en tu favor?
Miércoles 31 de octubre
PRINCIPADOS Y POTESTADES: Parte 2
Como vimos, “principados” puede referirse a los gobernantes del mundo o a poderes sobrenaturales. Otra palabra griega que se usa para “principados” es stoijéia, que literalmente significa “sustancias elementales o principios”. El contexto en que aparece stoijéia revela otros aspectos de este mundo caído, del cual hemos sido redimidos.
Dado este contexto, ¿de qué otras cosas hemos sido librados por medio de Jesús, fuera de los poderes malignos literales? Ver Col. 2:8, 14, 20; Gál. 4:1-11, especialmente los vers. 3, 9.
Col. 2:8
8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Gál. 4:1-11, especialmente los vers. 3, 9.
1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;
2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.
4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
8 Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;
9 más ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?
10 Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.
11 Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.
El concepto de Pablo de los “poderes” parece conectar seres espirituales con las fuerzas que gobiernan la vida humana fuera de Cristo. Estas pueden ser políticas, sociales, tradicionales o religiosas. La palabra stoijéia, en Gálatas 4:3 y 9, habla del sistema del paganismo del cual fueron librados los cristianos de Galacia. En Colosenses 2:8 y 20, es una metáfora de los principios filosóficos mundanos.
“En Isaías 24:21, el contraste entre ‘los reyes de la tierra sobre la tierra’ y el ‘ejército de los cielos en lo alto’ parece indicar que los primeros son humanos; los segundos se refieren a Satanás y a sus ángeles caídos. Pablo llama a Satanás ‘príncipe de la potestad del aire’ (Efe. 2:2); y a los dirigentes invisibles de la impiedad, ‘gobernadores de las tinieblas de este siglo’, que viven en las ‘regiones celestes’ (Efe. 6:12). En 1 Corintios 15:24 y 25, Pablo habla de la subyugación de estas potestades por Cristo” (CBA 4:238).
La Biblia señala que la vida está gobernada por poderes personales e impersonales. Sin Cristo, el hombre está a merced de estos poderes. Las presiones presentes, el temor al futuro, así como las demandas de la vida, la sociedad, la tradición y la ideología, ejercen influencias que pueden separarnos de Dios. Pero, por Cristo hemos sido librados de nuestros pecados y de ser esclavos de estos ‘poderes’. Necesitamos comprender esa victoria y reclamarla como nuestra.
Además de las realidades sobrenaturales que existen en el mundo, ¿con qué otras influencias luchas tú, que obran en contra de ti y de tu fe? Necesitas identificar quiénes son, y luego reclamar las promesas de Jesús para ganar la victoria sobre ellas.
Jueves 1º de noviembre
SE REVELA UN ASESINO
Cristo vino al mundo para destruir las obras del diablo (Heb. 2:14), y lo hizo en la cruz. Pero, si Cristo venció al diablo, ¿por qué todavía luchamos contra sus poderes?
Lee Colosenses 2:15. Considera los tres verbos que usa Pablo para describir lo que sucedió en la cruz. ¿Qué significan ellos?
Colosenses 2:15
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Primero, Cristo “despojó” o “desarmó” (NVI) los “poderes”. La palabra griega apekdúomai significa “quitarse la ropa”. Aquí puede significar quitarles las armas.
¿Qué armas? “La vida victoriosa de Cristo [...] significó la condenación del diablo. Le fue quitado el disfraz a Satanás. Sus artimañas fueron descubiertas ante los ángeles y todo el universo celestial. Su verdadera naturaleza quedó expuesta. [...] Cristo despojó mediante su cruz a los principados y potestades de las tinieblas de su posición y de su autoridad como príncipe de este mundo” (CBA 7:210, 211).
Cristo “exhibió públicamente” (RVR), “humilló en público” (NVI) a los “poderes”. ¿Cómo fueron expuestos en la cruz? Ver Juan 8:44.
Juan 8:44.
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira
Cristo “triunfó sobre ellos”. La palabra griega es thriambéuo: celebración. Aquí vemos un misterio: Jesús colgaba de la cruz en lo que parecía una derrota y, no obstante, la Biblia lo llama un triunfo. Este triunfo reveló que Satanás es un homicida.
El dominio de los poderes llegará a su fin (1 Cor. 15:24) y el último enemigo, la muerte, será destruido (15:26). Hasta entonces, tenemos que luchar con la fortaleza que Dios nos ofrece a todos.
Después de la muerte de Cristo, “Satanás vio que su disfraz le había sido arrancado. [...] Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, había perdido la simpatía de los seres celestiales. [...]
“Sin embargo, Satanás no fue destruido entonces. Los ángeles no comprendieron ni aun entonces todo lo que entrañaba la gran controversia. [...] Tanto el hombre como los ángeles debían ver el contraste entre el Príncipe de la luz y el príncipe de las tinieblas. El hombre debía elegir a quién quería servir” (DTG 709).
Viernes 2 de noviembre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El Libro de los libros”, La educación cristiana, p. 143 (229 en la edición de la Biblioteca del hogar cristiano); “El espiritismo”, Historia de la redención, pp. 413-416; “¿Quiénes son los ángeles?”, El conflicto de los siglos, pp. 565-571.
“Se está riñendo una batalla que los ojos humanos no ven. El ejército del Señor está en el terreno procurando salvar almas. Satanás y su hueste están también obrando, procurando de toda manera posible engañar y destruir. [...] Día tras día sigue la batalla. Si pudiesen abrirse nuestros ojos para ver obrar a los agentes buenos y malos, no habría trivialidades ni vanidad ni bromas. Si cada uno quisiera revestirse de toda la armadura de Dios y pelear virilmente las batallas del Señor, se ganarían victorias que harían temblar el reino de las tinieblas” (JT 2:380).
“Siempre que el hombre procure ponerse en armonía con Dios, sabrá que la afrenta de la cruz no ha cesado. Principados, potestades y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, todos se alistan contra los que consienten en obedecer la ley del cielo. Por eso, en vez de producirles pesar, la persecución debe llenar de alegría a los discípulos de Cristo, porque es prueba de que siguen los pasos de su Maestro” (DMJ 28).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Considera Hebreos 2:14 y 15 más de cerca. La muerte como agente de esclavitud se describe allí claramente. Nota, también, el énfasis en nuestro temor a la muerte. ¿Por qué tememos tanto la muerte? ¿De qué manera el temor nos retiene, como dice el texto, en una clase de esclavitud? ¿Cómo deberían considerar la muerte los cristianos, libres en Cristo?
2. Para algunas personas, la idea misma de fuerzas demoníacas es tonta superstición; para otros, este temor domina su vida entera. Los cristianos ¿cómo podemos tener un equilibrio correcto en nuestra comprensión de la realidad de estos poderes y, no obstante, comprender lo que Cristo ha hecho por nosotros en su lucha contra ellos?
3. ¿Cuáles son algunos ejemplos de cómo las fuerzas malignas controlan o influyen sobre diversos poderes mundanos?
4. ¿De qué forma la cosmovisión de la gran controversia nos ayuda a entender la existencia continuada del mal, aun después de la victoria de Cristo en la cruz?
Compilador: Delfino J.
Textos incluidos: Delfino J.