Libro Complementario de las lecciones de escuela sabática_ Tercer Trimestre de 2010
La redención en Romanos
Capítulo doce
El amor y la Ley
Autor: John Brunt
Una de las palabras o frases más importantes en el libro de Romanos aparece en el comienzo de Romanos 12. Es la frase “Así que”. Es importante porque vincula lo que Pablo está por decir en los capítulos finales de Romanos con lo que ya ha dicho en los primeros once capítulos.
¿Por qué es esto importante? Algunos pretenden que el mensaje de Pablo de la justificación por la fe es realmente inconsistente con lo que él dice acerca de la conducta cristiana. Alegan que Pablo agrega consejos éticos al final de sus cartas por tradición, pero que esos consejos prácticos no tienen nada que ver con su mensaje básico. La expresión así que refuta esto. La última parte de la carta de Pablo surge lógicamente del mensaje teológico que ha presentado. De hecho, este consejo práctico es lo que todo el mensaje ha estado apuntando. A la luz de todo lo que Pablo ha dicho teológicamente, “así que…” sigue diciéndonos cómo deberíamos vivir. Esta transición de lo teológico a lo práctico con la expresión así que es típica de las cartas de Pablo.
· Romanos 12:1 Así que, presenten su cuerpo como sacrificio vivo.
· Gálatas 5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres”.
· Efesios 4:1 “Yo pues… os ruego que andéis como es digno de la vocación”
· 1 Tesalonicenses 4:1 Por lo demás, aprendan más y más como agradar a Dios
· 2 Tesalonicenses 2:15 “Así que, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido”.
Pablo pasa de lo teórico a lo práctico diciendo “así que” o su equivalente porque quiere mostrar la conexión entre ambas partes. Está diciendo: “Dios ha hecho mucho por nosotros, por tanto, así hemos de vivir”.
Un sacrificio vivo (Romanos 12:1, 2).
Al comenzar a centrarse en los problemas prácticos de la vida diaria, hace un pedido a los romanos usando una fórmula llamada “afirmación de apelación”. Los escritores con frecuencia usaron tales afirmaciones cuando estaba intentando obtener una respuesta específica de los lectores. La fórmula era como sigue:
“Los animo, (a), por (b), a (c)…”
(a) = Se dirige a la persona a la que apelará
(b) = la base de la apelación
(c) = la reacción esperada.
En nuestro caso, (a) son los creyentes romanos; (b) es la misericordia de Dios; y (c) es que cada romano presente su cuerpo como sacrificio a Dios. Los primeros once capítulos enfatizaron la misericordia de Dios. Ahora, sobre la base de la asombrosa misericordia que Dios ha derramado sobre nosotros, nuestra reacción o respuesta apropiada sería dar nuestro cuerpo como sacrificio vivo a Dios.
El trasfondo de este pedido es el sistema sacrificial de adoración que predominó tanto en el judaísmo como en las religiones paganas de los días de Pablo. Por supuesto, Dios había pedido a Israel que sacrificara en el templo. El libro de Levítico contiene toda clase de reglas con respecto a los sacrificios que sirvieron a diversos propósitos. Los primeros cinco libros de la Biblia describen a Dios como satisfecho con tales sacrificios. Note lo que Génesis 8:20 y 21 dice acerca del sacrificio que ofreció Noé: “Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”.
Pero los profetas enfatizaron el otro lado de la moneda: el peligro de ofrecer sacrificios como un mero ritual sin el correspondiente cambio en el corazón y la vida. Así, en Miqueas 6:6, el profeta pregunta:
“¿Con qué me presentaré a Jehová,
y adoraré al Dios Altísimo?
¿Me presentaré ante Él con holocaustos,
con becerros de un año?
¿Se agradará Jehová de millares de carneros,
o de diez mil arroyos de aceite?
¿Daré mi primogénito por mi rebelión,
el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?
Oh, hombre, Él te ha declarado lo que es bueno,
y qué pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia, y amar misericordia,
y humillarte ante Dios”.
Pablo sigue la misma línea de los profetas, y pide que la adoración sea un asunto del corazón. Para él, la verdadera adoración espiritual que Dios desea es nuestra vida entera, la persona total (esto es lo que significa “cuerpo”) dada a Dios. Esto es lo que significa un sacrificio vivo. Nos entregamos a Dios, no para ser moldeados a imagen de esta edad presente y mala, sino para ser transformados de acuerdo con los valores y principios del reino de Dios. Eso sucede cuando nuestra mente es renovada por nuestro compañerismo con Dios y por el Espíritu que mora en nosotros. Pablo seguirá en el resto de su carta mostrándonos la forma de esta mente renovada que vive como un sacrificio a Dios.
Sólo tres veces en esta carta Pablo usa una afirmación de apelación para hacer un pedido específico a los romanos: aquí, en Romanos 12:1, en Romanos 15:30 (donde les pide a los romanos que oren en su favor), y en Romanos 16:17 (donde les pide que estén en guardia contra los que causarían divisiones en la iglesia).
El cuerpo de Cristo (Romanos 12:3-8)
La primera forma en que presentamos nuestros “cuerpos” como un sacrificio vivo a Dios es siendo parte del “cuerpo” de Cristo en la Tierra. Y para servir en el cuerpo de Cristo necesitamos tener una evaluación realista de nuestras capacidades.
Pablo comienza esta sección con un juego de palabras. Usa tres palabras de la misma raíz: fronéo (pensar); hyperfronéo, “pensar en exceso, “pensar demasiado elevadamente de uno mismo”, “ser altanero”; y sofronéo, “pensar sensata o sabiamente”. Pablo anima a los romanos a pensar sensatamente, no con altanería. En otras palabras, han de tener una evaluación precisa de sí mismos.
A menudo llamamos percepción propia a esta evaluación de nuestras capacidades. ES decir, muchas veces cuando hablamos de “percepción propia”, es en el contexto de un esfuerzo individualista, hasta centrado en sí mismo, con el fin de entendernos a nosotros mismos. Pero para Pablo la meta de la percepción propia es el servicio. Necesitamos comprendernos a nosotros mismos y nuestros dones con el propósito de saber cómo servir.
Estos dones no son dotaciones meramente naturales sino una parte de la medida de fe que Dios da. Él da diversos dones de modo que el cuerpo tenga diferentes clases de miembros para diferentes clases de servicios. No obstante, mientras cada miembro realiza una clase diferente de servicio, somos “todos miembros los unos de los otros” (versículo 5). Aún cuando los miembros tengan diferentes funciones, son parte de un cuerpo. Cada uno actúa en armonía con el todo.
La lista de dones que Pablo ofrece aquí difícilmente sea exhaustiva. Los dones son de profecía (con lo cual Pablo no quiere decir predecir el futuro, sino predicar el evangelio bajo la inspiración del Espíritu), de servicio (la raíz griega de esta palabra nos da el término diácono), de enseñanza, de exhortación, de repartir (contribuir a las necesidades de otros), de presidir o liderazgo, y de hacer misericordia. Pablo amonesta a los que han recibido estos dones a usarlos con diligencia de acuerdo con la fe que Dios ha dado.
Note cuánto se centran estos dones en edificar la vida espiritual y también el sentido de comunidad entre los creyentes. Note, también, que estos dones que son para edificar la iglesia, no están limitados a los clérigos o a súper cristianos. Incluyen acciones sencillas tales como animarse unos a otros (tal vez con una sonrisa o una nota), contribuir para los carenciados, servir y mostrar misericordia. Probablemente hemos puesto demasiado énfasis en los dones que pertenecen a unos pocos líderes y no lo suficiente sobre los dones prácticos para la vida diaria que hacen más para la edificación del cuerpo de Cristo. Estoy seguro de que muchas personas vuelven de la iglesia a sus casas bendecidos más por una sonrisa que por un sermón.
Este énfasis sobre el cuerpo de Cristo resulta a veces difícil de aceptar en ciertas culturas que son altamente individualistas. Todos manejamos nuestros propios vehículos, somos demasiado independientes para compartir nuestro automóvil con otros, o para usar los transportes públicos. Y llevamos esa actitud a la religión. Se ve el cristianismo como sólo Jesús y yo, sin necesidad de una iglesia. Pero Pablo no podía imaginar una relación con Cristo que no incluyese la participación en el cuerpo de Cristo , porque es en ese cuerpo donde la justicia de Dios llega a ser una realidad.
La forma del amor (Romanos 12:9-21)
Los versículos 9 al 13 parecen enfocar en cómo se ve el amor en la comunidad de los creyentes. La palabra que usa Pablo para amor es agápe: la preocupación abnegada y que se entrega a sí misma a favor de otros. Los trocitos de consejos que Pablo da en los versículos 10 al 13 parecen brotar de su boca uno tras otros con poco contexto. En el lenguaje original esos trocitos tienen una especie de paralelismo que no se pueden captar en las traducciones. Aquí está mi intento de captar la estructura, pero notará que hacer esto significa sacrificar algo del significado en castellano. Literalmente, los versículos 10 al 13 podrían ser traducidos del siguiente modo:
En amor fraterna los unos por los otros, dedicándose;
En honrarse los unos a los otros, siendo los primeros;
En lo urgente, no siendo perezosos:
En el espíritu, en ebullición:
En el Señor, sirviendo:
En la esperanza, gozándose;
En la aflicción, soportando;
En la oración, persistiendo;
En las necesidades de los santos, compartiendo.
Los versículos 14 al 21 parecen enfocar la forma en que se ve el amor al salir de nuestra comunidad y al acercarnos a otros que no son cristianos. Este consejo nos recuerda el Sermón del Monte en Mateo 5 al 7, y también tiene varios paralelos que encontramos en 1 Pedro. Puede ser que estos fueran consejos típicos dados a los cristianos en ocasión de su bautismo.
Los consejos se centran en vivir en paz unos con otros y en no buscar venganza cuando uno es perseguido. Pablo se da cuenta de que no siempre es fácil controlar a otros, de modo que dice que deberíamos estar en paz con los otros tanto como sea posible, “en cuanto depende de vosotros” (Romanos 12:18). Pablo termina esta sección citando de Proverbios 25:21 y 22. Ninguno puede decir con seguridad qué significa amontonar brasas de fuego sobre la cabeza de otro, pero probablemente quiere decir tratar de llevarlos al arrepentimiento por nuestra bondad, ya que poner ascuas de fuego sobre la cabeza de uno a menudo era señal de arrepentimiento.
Estos consejos que da Pablo van en contra de las ideas de las filosofías populares de sus días. Los estoicos enseñaban que uno debía mantener una actitud de distancia para evitar ser herido. Uno de ellos dijo que aún cuando abrazas a tus hijos deberías recordar que son mortales y que pueden irse mañana, y que cuando lloras con alguien, deberías llorar sólo exteriormente, no en el centro de tu ser. Pero Pablo dice que deberíamos regocijarnos con los que se regocijan, y llorar con los que lloran. Los cristianos abren sus corazones a otros aún con el riesgo de sufrir dolor.
Los cristianos y el emperador (Romanos 13:1-7)
Hay por lo menos dos razones por las que el consejo que Pablo da acerca de someternos a las autoridades civiles parece confuso. Primero, Pablo enfatiza que las autoridades son una amenaza sólo para los de mala conducta. Si tú haces sólo cosas buenas, no necesitas preocuparte por ellas. Esto parece un poco extraño, procediendo de la boca de alguien que fue azotado y encarcelado por las autoridades vez tras vez. Note lo que Pablo dice que experimentó: “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces, en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos” (2 Corintios 11:24-26). Y varias de las cartas de Pablo mencionan que estaba escribiendo desde la prisión (Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón y 2 Timoteo). ¿Cómo puede alguien que estuvo tantas veces con diferencias con la ley y las autoridades hablar tan positivamente de ellas?
Segundo, de muchas maneras el mensaje entero de Pablo a los romanos parece ser subversivo de esas mismas autoridades. Recuerde que los emperadores romanos a menudo reclamaban privilegios divinos y exigían que sus súbditos se inclinaran ante ellos como su señor. El lenguaje de Romanos está en marcado contraste con las pretensiones de los romanos. Los siguientes son algunos ejemplos:
· Cuando los emperadores romanos anunciaban las celebraciones de sus cumpleaños y otras ocasiones especiales se referían a esos anuncios como “evangelios”. Eran anuncios de buenas noticias. Pero nueve veces en esta carta Pablo habla del evangelio como la buena noticia de la salvación por la gracia de Dios.
· Los emperadores gustaban de llamarse a sí mismos “señor”. Pablo llama a Jesucristo “Señor” 43 veces sólo en Romanos.
· Los emperadores enfatizaban que ellos eran los que traían la justicia y la paz. Para Pablo, es Dios, por medio de Jesús, quien trae tanto la justicia como la paz.
Ciertamente, los cristianos que sabían lo que decían los emperadores podrían captar el contraste y reconocer que Pablo los estaba llamando emperadores. Seguramente, deben haber captado el hecho de que Pablo los estaba llamando a dar su lealtad sólo a Cristo, la que generalmente se le daba a los emperadores.
No obstante, Pablo también llama a los cristianos a someterse a las autoridades de gobierno. Aquí está la esencia de lo que dice: los cristianos han de someterse a las autoridades por dos razones. Primera, esas autoridades han sido puestas en sus cargos por Dios. Esto no significa que cada líder individual fue elegido por Dios, sino que Dios ordenó que ellos gobiernen para evitar el caos. Segunda, las autoridades son una amenaza sólo para los que hacen el mal. La primera razón es teológica, y la segunda es pragmática. Entonces Pablo repite las dos razones en orden inverso. Los cristianos deben someterse a las autoridades para evitar ser castigados (pragmatismo) y por causa de la conciencia (teología; ver Romanos 13:5).
¿Por qué aquí Pablo no habla de las excepciones? ¿Por qué no dice que a veces las autoridades persiguen a los cristianos y actúan de modos que son de todo menos justos? No podemos saberlo a ciencia cierta, pero tal vez Pablo sólo estaba dando consejos generales, como Pedro lo hizo en 1 Pedro 2:13 al 17. Posiblemente este es un consejo normal dado a nuevos conversos cristianos en ocasión de su bautismo (ver lo que sigue), y Pablo no sentía que debía hablar acerca de todas las excepciones posibles en este momento.
Es cierto que tanto los cristianos primitivos como nosotros, la mayor parte del tiempo no estamos confrontando grandes decisiones acerca de mantenernos en nuestra fe contra la oposición del gobierno. Es mucho más probable que seamos tentados a ignorar los reclamos legítimos del gobierno al hacer trampas con nuestros impuestos o quebrar los límites de velocidad. Por esto tal vez Pablo enfatiza el principio básico sin repasar todas las excepciones. Le debemos al gobierno los impuestos por los servicios que provee, y le debemos obediencia general para evitar la anarquía. Hay muchos lugares del mundo donde la anarquía existe, y no es un panorama agradable
La prioridad del amor (Romanos 13:8-10)
Cuando le preguntaron a Jesús cuál era el mandamiento grande, Él dio una respuesta doble: “Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye Israel; El Señor nuestro Dios, El Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:28-31).
A diferencia de Jesús, Pablo resume la ley en un solo mandamiento (Romanos 13:9): el segundo de Jesús (“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”). Él hace esto no sólo aquí, sino también en Gálatas 5:14 y 15. ¿Por qué Jesús dio dos mandamientos cuando Pablo necesitó sólo uno?
En parte, esto puede ser sencillamente un asunto de preferencia de lenguaje de Pablo. Mientras él usa la palabra amor para la actitud de Dios hacia nosotros y nuestra actitud hacia otros, parece preferir el término fe para nuestra actitud hacia Dios. Romanos 8:28 es el único lugar en Romanos donde Pablo habla de que nosotros amamos a Dios.
Pablo dice que la única deuda que tenemos es el amor, y el amor cumple la ley entera. En Romanos 7:6, escribió acerca de servir “no bajo el régimen viejo de la letra”, sino en Espíritu. Él quiere ver a los cristianos vivir en obediencia a la ley no justamente porque se sienten obligados a hacerlo, sino porque el Espíritu ha puesto amor en sus corazones y es natural expresarlo. En otras palabras, Pablo esperaría que usted no le robe el automóvil a su vecino porque lo ama tanto que no quiere tomar lo que es de él. Esto es mucho mejor que continuar desear robarlo, pero refrenándose de hacerlo sólo porque la ley lo prohíbe. Si estamos realmente motivados por el amor, no desearemos perjudicar a otros.
Así que si tenemos amor, ¿aún necesitamos la ley? Aún cuando el amor nos motive a hacer lo que es bueno por nuestros prójimos, todavía necesitamos la instrucción llena de gracia que Dios nos da para asegurarnos que conocemos el molde del amor. La instrucción de Dios en la ley nos muestra lo que realmente significa el verdadero amor por otros, y nos impide justificar nuestro egoísmo en nombre del amor.
Noche y día (Romanos 13:11-14)
Pablo concluye este capítulo con una analogía acerca de la noche y el día, y de dormir y estar despiertos. Él compara nuestra vida presente en este mundo con la noche, y la venida de Cristo, cuando se revele la plenitud de la salvación, con el día. También compara las obras del mal con la noche, y las obras del bien con el día. La metáfora gana parte de su fuerza por el hecho de que las obras malas a menudo se hacen en vergüenza, y por tanto, en secreto, veladas por la oscuridad. Estas obras de la noche son “glotonerías y borracheras… lujurias y lascivias… contiendas y envidia” (Romanos 13:13) y son sinónimos de los deseos de la carne. En contraste, el mundo nuevo por venir es un mundo de luz donde prevalecen las buenas obras y la sinceridad. Pr tanto, es apropiadamente simbolizado por la luz del día. Pablo nos llama a comenzar a vivir ahora como de día. La salvación está muy cerca, y el cristiano, que ya ve los primeros rayos del amanecer, comienza a vivir de día; en otras palabras, a vivir ahora de acuerdo con los valores del eterno reino de Dios
A Pablo le gusta la metáfora de la luz y la oscuridad. La usa también en 1 Tesalonicenses 5:1 al 11. Y también allí está vinculada tanto con la escatología como con la vida cristiana apropiada. Algunas personas alegan que la creencia en el pronto regreso de Cristo debilita la motivación para comportarse éticamente. Si Cristo viene pronto, ¿por qué molestarse en tratar de ayudar a otros haciendo que el mundo sea mejor? ¿Por qué molestarse en trabajar para el bien de otros? Pablo toma la actitud exactamente opuesta. Dice que la creencia cristiana de que Cristo viene pronto debería motivarlos para vivir ahora de acuerdo con los valores de la justicia, la compasión y el amor que caracterizan al venidero reino de Dios.
Pablo cierra el capítulo 13 llamando a los cristianos a vestirse de Cristo (ver el versículo 14). Esta clase de lenguaje parece estar asociado con el bautismo cristiano. Lo vemos en Gálatas 3:27, donde Pablo dice: “Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”. Luego sigue expresando la unidad de todos en Cristo. En Colosenses 3:10 al 12 encontramos la misma expresión de ser uno ligada con el lenguaje de la vestimenta. Aparentemente, cuando los cristianos eran bautizados, pensaban de sí mismos como vestidos con una vida nueva: la de Cristo mismo. Vestirse de Cristo es otra metáfora para aceptar los valores de Cristo y vivir de acuerdo con su amor y compasión. Pablo contraste esto con gratificar los deseos de la carne (Romanos 13:14), que nos recuerda lo que él dijo en Romanos 7:5 y 8:5 al 8. Todo esto fortalece la probabilidad de que las instrucciones en Romanos 12 y 13 sean típicas de las instrucciones dadas a los nuevos cristianos.
El consejo de Pablo en los capítulos 12 y 13 da forma a la vida de amor. Nos muestra lo que significa vivir una vida que es un sacrificio vivo a Dios, y a ser ahora transformados a la vida de la futura era de la salvación. Y el “por tanto” o “así que” al comienzo del capítulo 12 muestra que este consejo está integralmente relacionado con todo lo que ha sucedido antes en Romanos. La justicia que Dios está revelando en el mundo por medio de Jesús resulta en una nueva comunidad de creyentes. Estos creyentes son diversos, compuestos por judíos y gentiles y toda clase de gente con dones diferentes. Pero son uno en Cristo. Viven en este mundo, pero ya viven la vida de acuerdo con los valores y la vida del mundo por venir, que está a punto de…
Compilador: Delfino J