Lección 7: El enigma de su conducta
Para el 17 de mayo de 2008
Lee: Mateo 4:12, 13; 8:28-32; 11:18, 19; 21:12, 13; Lucas 2:41-51; 5:32; 1 Corintios 1:26-28.
Descubre: ¿Sabía Jesús quién era? ¿A qué edad comprendió su misión al venir en este mundo? ¿Por qué Jesús se enojó? ¿Qué clase de ira mostró Jesús? ¿Qué es la justa indignación? ¿Por qué Dios permite que sus hijos sufran? ¿Cuál es el contexto de esta lección?
Memoriza y considera: “Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores” (Mat. 11:19).
Pensamiento clave: Jesús sabía que era el Hijo de Dios y comprendió, desde su juventud, cuál era el propósito por el que había venido a la tierra. Aunque algunas veces su actitud nos parezca un tanto compleja y hasta difícil de entender, siempre lo hizo con la finalidad de dar salvación a los perdidos.
“En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria. Se elevará un canto de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, testimonios de que su misión de sufrimiento y sacrificio no fue en vano.
Hay mansiones para los peregrinos de la tierra. Hay vestiduras, coronas de gloria y palmas de victoria para los justos. Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Las cosas difíciles de entender hallarán entonces su explicación. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestras mentes finitas discernían solamente confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado de Aquel que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria.
Os ruego que os preparéis para la venida de Cristo en las nubes de los cielos... Preparaos para el juicio, para que cuando Cristo venga para ser admirado por todos los que creen, podáis estar entre aquellos que lo recibirán en paz” (Dios nos cuida, p. 252)
PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
· Saber cómo la fidelidad de Jesús en hacer la voluntad del Padre, en el cielo, estuvo sobre todo lo demás. Y él sabía que la voluntad de Dios para él era que salvara a la humanidad.
· Sentir el deseo de demostrar personalmente que cada creyente es aceptado en la familia de Dios, sin tomar en cuenta su condición socioeconómica.
· Hacer el esfuerzo de alcanzar a todos, sin tomar en cuenta su condición
I. EL HIJO BUENO: IMITANDO A JESUS
1. ¿Sabían José y María la misión de Jesús? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? ¿Sabía Jesús quién era?
“Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Luc. 2:40).
Lucas habla que José es el padre de Jesús, desde el punto de vista legal y popular, pero de ningún modo en el sentido literal o biológico (Mat. 1: 21, 24). Como esposo de María, José fue, para los efectos prácticos, el padre de Jesús desde el momento en que éste nació; y de allí en adelante, o por lo menos desde la presentación en el templo, José fue considerado como padre de Jesús según el lenguaje de esa época (Luc. 3: 23; 4: 22; Juan 6: 42).
· El primero de los deberes legales de José como padre de Jesús fue el de ponerle nombre (Mat. 1: 21). Más tarde, y por instrucción divina, José hizo las veces de padre del niño (Mat. 2: 13, 19-22).
· Siendo que María misma emplea el término "padre" para referirse a la relación de José con Jesús (Luc. 2: 48), es evidente que es apropiado llamarlo "padre" de Jesús.
· En Lucas 2:27, se menciona también a José, al referirse a los "padres" de Jesús; pero es evidente que no lo hace en el sentido literal, sino de acuerdo con una forma popular de expresarse enteramente apropiada (DTG 61-62).
· No sorprendidos, porque el ángel se le había aparecido ya a José (Mat. 1: 20) y a María (Luc. 1: 26-27) para darles un mensaje similar. Además, Elisabet se había dirigido a María usando frases evidentemente inspiradas (Luc. 1: 41-45).
· José y María también habían escuchado el relato de los pastores (Luc. 2: 20). Su admiración aumentaba con cada nueva evidencia de que el niño Jesús era el Mesías, a medida que el Espíritu les hacía comprender cada vez más claramente cuál era la tarea que su Padre celestial les había asignado.
· Es también posible que se hubieran sorprendido de que un extraño reconociera el gran secreto. Lucas no menciona la visita de los magos ni la huida a Egipto, acontecimientos que sucedieron antes del regreso a Galilea (Mat. 2: 1-23). Una omisión similar de una parte de la narración aparece en Hech. 9: 26, donde Lucas insinúa que Saulo fue inmediatamente de Damasco a Jerusalén; sin embargo, es evidente por Gál. 1: 17-18 que hubo un intervalo de tres años antes de que Pablo regresara a Jerusalén; y es también evidente que la visita de los magos siguió a la dedicación en el templo, porque hubiera sido increíble que José llevara a María y a Jesús a Jerusalén después de haberle advertido un ángel que debía huir a Egipto para escapar de Herodes (Mat. 2: 13).
· Cuando la familia regresó a Nazaret, Herodes ya había muerto y su hijo Arquelao reinaba en su lugar (Mat. 2: 19-23). Arquelao reinó desde el año 4 a. C. hasta el año 6 d. C. Por lo tanto, el regreso a Nazaret tuvo que haber ocurrido en este período, quizá poco después de haberse iniciado el reinado de Arquelao.
2. ¿Cómo era la vida de Jesús en su niñez?
“Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta” (Luc. 2:41-42).
Lucas describe la niñez de Jesús, hasta que tuvo 12 años (Luc2: 42), así como lo hace describiendo su adolescencia y juventud (Luc. 2:51-52).
· El desarrollo de la naturaleza humana y de la personalidad de Jesucristo siguió en forma normal, salvo que nunca cedió al pecado.
· Vivió dentro á el círculo familiar como lo haría cualquier niño y como cualquier joven normal.
· Pasó a través de los años que atañen al desarrollo físico, mental, espiritual y social como lo hace todo ser humano. Con la salvedad de que ninguna falla estropeó el proceso de su crecimiento integral.
· Este desarrollo es un testimonio de la verdadera humanidad de Jesús, así como su perfección atestigua de su divinidad.
· Los años de la niñez, adolescencia y juventud de Cristo fueron años de un desarrollo armonioso de sus facultades físicas, mentales y espirituales (Ed 11).
· La meta a la cual aspiraba era la de reflejar perfectamente el carácter de su Padre celestial.
· En él estaba ahora la humanidad perfecta, restaurada a la imagen de Dios.
· El breve ministerio de tres años y medio fue precedido por treinta años de constante preparación.
· La declaración en Luc. 2: 40 se refiere en primer lugar a la niñez de Jesús, mientras que en Luc. 2:52 se refiere particularmente a su adolescencia y juventud.
· Se hacen afirmaciones similares acerca de la juventud de Samuel (1 Sam. 2: 26) y de Juan el Bautista (Luc. 1: 80).
Las leyendas acerca de la niñez y de la juventud de Jesús que aparecen en los evangelios apócrifos, escritos en los primeros siglos de la era cristiana, son diametralmente opuestos a la sencilla dignidad, la hermosura y la fuerza del relato bíblico. Parece que Jesús no hizo ningún milagro antes de comenzar su ministerio público (DTG 53, 55, 71). Cristo hizo frente a los problemas de la vida, es importante reconocer que no nació con conocimiento, entendimiento y sabiduría, ni fue dotado de esas cualidades en forma sobrenatural, sino que aumentó o creció en sabiduría. "Todo niño puede aprender como Jesús" (DTG 51).
· Jesús participó del mejor tipo de ejercicio, el ejercicio útil, que tiene la virtud de impartir verdadera fuerza física y desarrollar plenamente las facultades. Estas actividades en la carpintería lo prepararon para llevar su porción de las cargas de la vida; así se benefició Y fue una bendición para otros (DTG 52-53).
· Desde que comenzó a razonar, Jesús creció constantemente en gracia espiritual y en conocimiento de la verdad.
· Crecía en fuerza moral y entendimiento por las horas que pasó solo en medio de la naturaleza -especialmente durante las primeras horas del día- meditando, escudriñando las Escrituras y buscando a su Padre en oración (DTG 69).
· En Nazaret, conocida por su maldad aun en esa generación perversa, Jesús estuvo siempre expuesto a la tentación y estaba constantemente en guardia para conservar la pureza de su carácter (DTG 52, 90).
· Al terminar sus años de preparación para el servicio, el Padre dio testimonio de él: "Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia" (Luc. 3: 22). Era un ejemplo viviente de lo que significa ser perfecto, como nuestro "Padre que está en los cielos es perfecto" (Mat. 5:48; DTG 52-53).
3. ¿Cómo era la personalidad de Jesús? ¿Por qué muchas veces hemos escuchado y dicho que Jesús es nuestro modelo? ¿Qué ejemplos nos dejo el Señor Jesús de su conducta digno de imitar?
En lo concerniente a su personalidad, Jesús se distinguía por su carácter especialmente:
· Amable (DTG 49, 219).
· Una paciencia imperturbable (DTG 49-50).
· La gracia de la cortesía desinteresada (DTG 49).
· La alegría y el tacto (DTG 54, 66).
· La simpatía y la ternura (DTG 54-55).
· La gracia y modestia juveniles (DTG 59).
Desde la niñez el único propósito de su vida fue bendecir a otros (DTG 51, 69, 71), y sus manos voluntarias siempre estuvieron dispuestas a servirlos (DTG 65). Cumplía fielmente los deberes de hijo, hermano, amigo y ciudadano (DTG 52, 61).
4. ¿Qué ejemplos nos ha dejado el Señor Jesús, desde su niñez, adolescencia y juventud?
El perfecto desarrollo del carácter sin pecado de Jesús, desde la niñez hasta la juventud, es quizá el hecho más admirable de toda su vida. Asombra a la imaginación. Y como se afirma que Jesús no tuvo oportunidades que Dios no esté dispuesto a proporcionar a nuestros hijos (DTG 50), bien podríamos preguntarnos: "¿Cómo puede hacerse esto?" (Juan 3: 9).
· En primer lugar, "Jesús aceptó la humanidad cuando la especie humana se hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. Como cualquier hijo de Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia" (DTG 32). Se le permitió "arrostrar los peligros de la vida en común con toda alma humana, pelear la batalla como la debe pelear cada hijo de la familia humana, aun a riesgo de sufrir la derrota v la pérdida eterna" (DTG 33).
· En segundo lugar, el niño Jesús no fue dotado en forma sobrenatural con sabiduría superior a la de otros niños normales. Pensaba, hablaba y actuaba con la sabiduría de un niño (DTG 50-52; PVGM 61). "Pero en cada etapa de su desarrollo era perfecto, con la sencilla y natural gracia de una vida exenta de pecado" (PVGM 61).
· En tercer lugar, el ambiente en el cual se crió Jesús -la proverbial maldad de Nazaret- lo sometió a "todos los conflictos que nosotros tenemos que arrostrar" (DTG 52; 91), y sin embargo, en su niñez y en su juventud su vida no fue mancillada ni aun por un solo mal pensamiento ni una mala acción (DTG 67).
5. ¿Por qué el carácter de los padres influye en la educación de sus hijos? ¿Qué significa actuar por precepto y ejemplo?
· El carácter de los hijos es determinado en gran medida por el precepto y el ejemplo de los padres.
· Cuando los niños tienen el privilegio de ver en la vida de sus padres el reflejo de la ternura, la justicia y la paciencia de Dios, llegan a conocerle como él es (PP 316).
· El cultivo del amor a los padres terrenales, la confianza en ellos y el obedecerles, prepara los hijos para amar a su Padre celestial, confiar en él y obedecerle (PR 184-185; 4T 337; Mat. 1: 16).
· Si los padres se acercan humildemente al Salvador, dispuestos a dejarse guiar por él en la educación de sus hijos, se les promete que recibirán suficiente gracia para modelar el carácter de sus hijos, así como lo hizo María con el del niño Jesús (DTG 49; 473).
· Los padres que quieren ver el carácter de Jesús reflejado en sus hijos, deberán valerse del caudal de consejos inspirados que existen sobre este importante tema y aplicarlos con diligencia y paciencia dentro del círculo familiar (PVGM 58-67, 261-300; DTG 49-55, 64-71; MC 269-306).
· A semejanza de Abrahán, mandarán "a sus hijos y a su casa después de sí" (Gén. 18: 19) con bondad, paciencia y comprensión (Efe. 6: 4: Col. 3: 21), pero siempre con firmeza (Prov. 13: 24; 19: 18).
6. ¿Cuál era el propósito de asistir a las fiestas religiosas que se celebraban en Jerusalén? ¿Cuántas fiestas asistía José en el transcurso del año?
José y María acostumbraban ir a Jerusalén para asistir a las fiestas religiosas anuales que allí se celebraban (Lev. 23: 2).
· En el caso de José, su asistencia a las tres grandes fiestas era requerida por la ley ( Exo. 23: 14-17; Deut. 16: 16), y el hecho de que María acostumbrara acompañarle da testimonio de su dedicación a las cosas espirituales, porque la participación de las mujeres en las fiestas, a pesar de ser recomendada, no era obligatoria.
· Esta es la primera de las tres grandes fiestas anuales, las otras eran Pentecostés y la fiesta de los tabernáculos (Exo, 23: 14-17; Lev. 23: 2).
· La pascua conmemoraba la liberación de los hebreos de la opresión de Egipto, y por lo tanto era un impresionante recordativo de la serie de dramáticos episodios mediante los cuales Dios había convertido a Israel en una nación independiente.
· La importancia que tenía la pascua para los judíos era tan grande, que siempre asistían a ella aunque les resultara imposible ir a Jerusalén para las otras fiestas.
· Era el punto culminante del año religioso, porque sin los acontecimientos que en esta fiesta se conmemoraban habrían permanecido como esclavos de los egipcios.
· Y no sólo esto, sino que, además, la pascua simbolizaba al Mesías (1 Cor. 5: 7), la esperanza de cuya venida mantenía unida a la nación y la sostenía de una a otra generación.
7. ¿Sabes algo…? ¿Por qué razones Jesús al cumplir los doce años de edad fue a observar personalmente las diversas ceremonias que se realizaban en el templo de Jerusalén?
· Jesús como niño judío al cumplir los doce años de vida, debía ser confirmado como "hijo de la ley" y quedaba obligado a observar personalmente las diversas ceremonias religiosas.
· El 12.º año señalaba la transición de la niñez a la juventud.
· A los tres años de edad, se daba a los niños judíos la vestimenta con flecos prescrita por la ley de Moisés (Núm. 15: 38-41; Deut. 22: 12), y a la edad de cinco años debían aprender de memoria partes de la ley.
· Cuando cumplían el 12.º año debían llevar las filacterias o tefillin (Exo. 13: 9) en las horas de la oración, como lo exigía la tradición rabínica pero no la ley de Moisés (Mat. 23: 5).
· Jesús nunca aceptó como de origen divino las exigencias de estas tradiciones humanas (DTG 64).
· Otra fuente de información menciona que, los varones hebreos eran responsables de la observancia de los mandamientos al comenzar su 13er año, es decir, al cumplir su 12.º año.
· Si Jesús nació en el otoño (septiembre-noviembre) del año 5 a. C., lo que parece probable, entonces cumplió 12 años en el otoño del año 8 d. C., y la primera pascua de la que pudo haber participado habría sido la del año 9 d. C., en la primavera.
Los judíos que viajaban de Galilea a Judá en los días de Jesús, evitaban, si les era posible, tomar la ruta más corta que pasaba por Samaria, debido a la hostilidad entre judíos y samaritanos (DTG 451); por lo tanto, es probable que Jesús y sus padres hubieran hecho el viaje por otra ruta, quizá por el camino del valle del Jordán. Jesús ya había cumplido 12 años, y asistió a la fiesta de la pascua por primera vez; y es probable que esta fuera su primera visita a Jerusalén desde su dedicación, y que, por lo tanto, viera ahora por primera vez el templo (DTG 57-58).
El cumplimiento fiel de todos los requerimientos de la ley era algo característico en José y María (Mat. 1: 19; Luc. 2: 21-24).
II. EL HIJO BUENO EXTRAVIADO: JESÚS EN JERUSALEN
“Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Más ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.”. (Luc. 2:43-51).
1. ¿Jesús abandonó a sus padres después de la fiesta? ¿Quienes cometieron el error? ¿Jesús o sus padres? ¿Por qué Jesús se quedó en Jerusalén? ¿Por qué los padres de Jesús se fueron a Nazaret sin él?
Era costumbre degollar el cordero pascual a última hora en la tarde del día 14 de Nisán, y se lo comían esa misma noche después de la puesta del sol, en el día 15 (Mat. 26). El día 15 de Nisán era también el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, la cual continuaba hasta el 21. Estas fechas, del 15 al 21, se celebraban como reposo, sin importar el día de la semana en que cayeran (Exo. 12: 16; Lev. 23: 67). El día 16 se presentaba la ofrenda mecida delante del Señor. Se consideraba que las ceremonias de los días 14 al 16 eran las más importantes; y el día 17, quienes habían visitado a Jerusalén para asistir a la Fiesta, podían regresar a su casa si así preferían. Una circunstancia señalada por Lucas (Luc. 2:46) ha inducido a muchos comentadores a pensar que María y José partieron en este momento; sin embargo, la devoción con que observaban los requisitos de la ley ritual (Lucas 2: 41-42) bien podría haberlos inducido a permanecer en Jerusalén durante toda la fiesta y no únicamente durante el menor tiempo permitido por los rabinos.
· El espíritu obediente de Jesús, siendo aún niño, les daba a José y a María toda la razón para confiar en él.
· Su mentalidad "viva y aguda" caracterizada por "una reflexión y una sabiduría que superaban a sus años" (DIG 49), hacía que su obediencia no fuera ciega sino inteligente.
· Jesús, aun cuando era un niño, siempre estaba atento a los deseos (de sus padres y se anticipaba a satisfacerlos) (DTG 60).
· Siempre parecía saber lo que tenía que hacer, y era fiel en hacerlo.
· En esta ocasión María y José dieron por sentado que se comportaría como lo había hecho en el pasado.
· En esta visita a Jerusalén, Jesús comprendió por primera vez, en un sentido especial, que era el Hijo de Dios (DTG 57-58), y comenzó a percibir lo que significaba su misión terrenal.
· Anhelaba sinceramente comprender en forma más clara la naturaleza de la misión que le había sido encomendada y se quedó en el templo, la casa terreno de su Padre celestial (Juan 2: 16), para disfrutar de una mayor comunión con él.
Los primeros años de la vida han sido ordenados por Dios como el tiempo cuando los niños deben aprender a pensar y a actuar por sí mismos y aceptar la responsabilidad de sus elecciones. Cuando son pequeños es necesario que dependan en buena medida de sus padres en estos asuntos, pero cuando concluye la adolescencia, se espera que hayan asumido el papel de personas maduras. Desde el mismo comienzo, los padres deberían procurar que sus hijos desarrollen la capacidad de elegir con inteligencia y de percibir su responsabilidad personal; pero cuando la niñez se transforma en adolescencia, el propósito de los padres debería ser fomentar el progreso en este sentido tan rápidamente como el niño pueda aceptar las responsabilidades de la madurez. Debe permitirse a los niños que hagan sus propias elecciones y actúen con independencia de sus padres tan pronto como demuestren la capacidad de hacerlo en forma inteligente. Hay pocos espectáculos que sean más tristes que ver a un joven que ya entra en la madurez y que, sin embargo, aún está atado a sus padres por sus limitaciones, propias de la niñez, de elegir y actuar. Nadie está menos preparado que tal joven para asumir las responsabilidades propias de la madurez. A los, jóvenes se les debe enseñar al mismo tiempo a apreciar y a considerar seriamente el consejo y la amonestación de sus padres y, a través de la vida, a procurar beneficiarse con la sabiduría y la experiencia de otros.
· Los que asistían a las diferentes fiestas anuales en Jerusalén, solían viajar era grandes grupos para acompañarse y protegerse mutuamente. Todos los que iban de una aldea o pueblo, con frecuencia hacían planes para viajar, juntos en caravana. El bullicio de la partida de un grupo grande le habría dificultado a José y a María comprobar con todos los parientes y amigos dónde estaba Jesús. Si, como algunos suponen, las mujeres iban juntas delante de los hombres, no sería difícil que José y María se separaran poco después de emprender la marcha y que cada uno de ellos pensaba que, Jesús estaba con el otro.
· El viaje de regreso a Nazaret llevaría varios días, si todo marchaba bien. Si regresaron por la ruta del Jordán, en el primer día de viaje probablemente habrían llegado sólo hasta Jericó, a unos 27 km de Jerusalén.
· Buscaron persistente y minuciosamente. Ya podemos imaginarnos cuál no sería la creciente preocupación de José y de María mientras buscaban, ya tarde ese día, después del "camino de un día", y siguieron buscando de pariente en pariente y de amigo en amigo por todo el lugar donde había acampado su caravana. Esta búsqueda debieron haberla hecho hasta bien entrada la noche; pero sus esfuerzos fueron en vano. Jesús no se encontraba en ninguna parte.
“Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas” (Luc. 2:46,47).
Se refiere a los tres días después del momento cuando por primera vez se dieron cuenta de que Jesús no estaba en el grupo.
· Sin duda José y María se levantaron temprano a la mañana siguiente para regresar a Jerusalén.
· Su corazón estaba lleno de terribles presentimientos, pues recordaban bien los desesperados intentos de Herodes para matar al niño.
· Si habían llegado hasta Jericó, ahora tenían que ascender más de 900 m por el escarpado camino hacia Jerusalén.
· Llegaron a la ciudad, y pasaron las pocas horas que les quedaban en este segundo día buscando a su hijo; pero todo fue en vano.
· La búsqueda de este día fue tan inútil como la de las últimas horas del día anterior.
· Al tercer día continuaron buscando. Su tristeza y angustia se convirtieron en gozo y alegría cuando en este día escucharon la voz de Jesús entre los que adoraban en el templo.
· Este tercer día fue, según el cómputo judío, el día cuando hallaron a Jesús en el templo (DTG 60).
· Según este sistema de cómputo inclusivo, el primer día y también el último día de un determinado período se incluyen aunque no hayan transcurrido completos al computar el número de días transcurridos.
2. ¿Quiénes eran los doctores de la ley?
Los doctores, literalmente "maestros", es decir los rabinos o escribas versados en las Sagradas Escrituras y en la tradición oral. Uno de los que más se había destacado en la anterior generación de maestros había sido Hillel el mayor, fundador de una influyente escuela del pensamiento judío. Shammai, maestro de la ley judía y más conservador, se distinguió un poco menos.
Los "doctores" destacados en tiempos de Cristo eran:
· Gamaliel, maestro de Saulo (Hech. 22: 3).
· Simeón, hijo y sucesor de Hillel.
· Nicodemo (Juan 3: 1,10).
· Posiblemente José de Arimatea (Mat. 27:57).
Quizá uno o más de éstos estuvieron presentes en esta ocasión, pues se sabe que eran maestros activos en esa época. Era común encontrar a estos rabinos sentados entre sus alumnos en alguno de los salones o patios del templo, especialmente en día sábado o de fiesta. Algunos comentadores han sugerido que la mención de los "doctores" indica aquí que la fiesta de los panes sin levadura no había concluido, Y que José y María se habían retirado antes, como lo permitía la costumbre (Luc. 2: 43). Otros estudiosos suponen que era habitual que los maestros de la ley enseñaran a los que llegaban al templo en cualquier momento u ocasión.
3. ¿Cuál fue la actitud de Jesús delante de la exposición de los doctores de la ley?
· Jesús, escuchaba la exposición que hacían de las Escrituras y de la tradición, sus preguntas y sus respuestas a las preguntas que les hacían.
· El método habitual de instrucción rabínica era el de preguntas, respuestas y debate.
· Jesús como estudiante sincero y respetuoso preguntaba.
· María y José habían esperado que Jesús se relacionara en esta visita a Jerusalén con los rabinos, respetados y sabios, y que los llegaría a respetar prestando mayor atención a sus enseñanzas (DTG 58).
· Sin embargo, pronto se hizo evidente que la comprensión que tenía, Jesús de las profecías era más clara que la de los rabinos.
· Sus penetrantes preguntas les abrían los ojos a verdades que ellos habían pasado por alto acerca de la misión del Mesías y del cumplimiento en ese tiempo de profecías que indicaban que el Mesías estaba por aparecer (DTG 58-59; 22, 37, 182-183, 201, 222).
· Los dirigentes religiosos no podían explicarse cómo un niño que, bien lo sabían, no había aprendido en las escuelas de los rabinos (DTG 59; Juan 7: 15), tuviera la profunda comprensión de las profecías que Jesús evidentemente tenía.
· Dios había sido su maestro por medio de los preceptos de María, mediante el estudio que Jesús mismo había hecho de los rollos de los profetas y, ahora, por las impresiones directas de verdad, mientras meditaba en los atrios del templo (DTG 51, 58).
· La enseñanza de los rabinos tendía, como contraste, a oscurecer antes que a aclarar la verdad; fomentaba la ignorancia en vez de impartir conocimiento (DTG 49).
4. ¿Cómo reaccionaron los rabinos frente a las exposiciones de Jesús?
· Los rabinos se maravillaban de su comprensión de las Escrituras, especialmente de las profecías que señalaban la venida del Mesías, la misión de Israel entre las naciones y el establecimiento del reino mesiánico. Su comprensión de la Palabra de Dios no estaba opacada por las explicaciones torcidas y engañosas que solían dar los rabinos y los ancianos. Jesús no sólo conocía la letra de las Escrituras sino también el espíritu de ellas. No hacía caso de la interpretación rabínica. Su pensamiento no estaba confundido por los errores.
· Estos venerables maestros hicieron un sinnúmero de preguntas a Jesús tratando de sondear la profundidad de su conocimiento de las Escrituras, y quedaron maravillados por sus respuestas claras y lógicas, todas basadas en las Escrituras.
· Esos maestros de Israel pensaban: Si Jesús, un niño sin instrucción, posee una comprensión tan profunda de la ley y de los profetas, cuál no sería su capacidad si ellos pudieran proveerle de una educación completa. Así como un profesor de canto se da cuenta del potencial latente en una voz naturalmente hermosa, pero que no ha sido educada, ellos, sin duda, vislumbraban en Jesús el mayor maestro que Israel jamás hubiera tenido.
“Cuando le vieron, se maravillaron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Más ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.”. (Luc. 2:48-51).
5. ¿Por qué sus padres les había resultado tan difícil hallar a su Hijo? ¿Por qué lo buscaron en otro lugar? ¿En qué otra parte de Jerusalén lo podían encontrarlo sino en el templo? Ellos conocían su interés y dedicación a las cosas religiosas. ¿Por qué lo habían "buscado con angustia? ¿Acaso alguna vez les había dado motivo de preocupación?
María y José estaban maravillados de lo que habían podido oír de la conversación de Jesús con los doctores de la ley. Pero más que eso, quedaron atónitos por la apariencia de Jesús: "En su rostro había una luz que los admiraba. La divinidad fulguraba a través de la humanidad" (DTG 60) por primera vez, como testimonio de la verdad de que el Hijo del hombre no era otro que el Hijo de Dios.
José aparece por última vez en todo el relato evangélico como "padre" de Jesús. Como Jesús había comprendido su relación con su Padre celestial, era apropiado que su "padre" terrenal desapareciera del cuadro evangélico (Luca 2:51). El silencio de las Escrituras acerca de, José desde este momento indica que no vivió para el comienzo del ministerio público de Cristo (DTG 119).
Las palabras de Jesús no reflejan resentimiento porque sus padres estuvieran afligidos por él, sino una inocente sorpresa de que hubieran experimentado dificultades y preocupación hasta encontrarlo.
· Sencillamente, Jesús se había quedado en el templo cuando ellos partieron.
· Allí lo habían dejado (DTG 58) y allí podían esperar encontrarlo de nuevo.
· Además, no se les había escapado; se habían ido dejándolo atrás.
· La culpa era de sus padres y no debían haberlo censurado.
· Sin embargo, el hecho de que, Jesús comprendiera cuál era la relación con su Padre celestial no disminuía el sentido de su deber para con sus padres terrenales.
6. A qué se estaba refiriendo Jesús, cuando dijo a sus padres: “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar”?
“En los negocios de mi padre”, literalmente "en lo de mi Padre". María acababa de referirse a José como "padre" de Jesús (Luc. 2:48). Jesús no negó directamente esa relación, pero afirmó claramente que el Dios del cielo era su Padre. Jesús comprendió y proclamó por primera vez en su vida que era el divino Hijo de Dios. Es digno de notar que Jesús afirmó su deidad con estas palabras suyas, que son las primeras que se registran de él en el Evangelio. La comprensión del misterio de la obra que debía cumplir en la tierra nació en su propio corazón (DTG 61); pero sus padres "no entendieron las palabras que les habló" (Luc. 2:50).
El plan de la vida de Cristo "estuvo delante de él, perfecto en todos sus detalles" (DTG 121), antes de que viniera a esta tierra. Así como hubo un momento preestablecido para la encarnación (Gál. 4: 4; DTG 23), "cada acontecimiento de su obra tenía su hora señalada" (DTG 415). Sin embargo, cuando Jesús vino a la tierra y mientras andaba entre los hombres, fue guiado paso a paso por la voluntad de su Padre, que le era manifestada día tras día (DTG 120-121). Con referencia a la vida de oración de Jesús, el medio por el cual la conducción divina se, hacía realidad en su vida (Mar. 1: 35; 3: 13).
Jesús expresó vez tras vez la idea de que su "tiempo aún" no había "llegado" (Juan 7: 6, , pero durante la última pascua dijo: "mi tiempo está cerca" (Mat. 26: 18). Tenemos el privilegio de vivir una vida consagrada diariamente al Padre así como lo hizo Cristo, y de ser guiados en el cumplimiento de la parte que nos ha asignado en su gran plan (DTG 179; Juan 15: 10).
El Señor Jesús había sido igual al Padre durante toda la eternidad (Juan 1: 1-3), pero en el momento de la encarnación aceptó un papel subordinado al Padre (Juan 1; Luc. 1: 31, 35; Juan 1: 14). Jesús comprendió su rol por primera vez en este momento a los 12 años de edad, que era el Hijo del Padre celestial, y se dio cuenta de su papel de hombre entre los hombres.
· Jesús había preguntado a sus padres: "¿No sabíais...?"; pero ellos "no entendieron" que les quería decir que su padre no era José, sino Dios.
· María sabía que Jesús "había negado que fuera hijo de José y se había declarado Hijo de Dios" (DTG 61), pero no captó el significado pleno de sus palabras, especialmente en su aplicación a la obra de la vida de Cristo.
· Desde este momento la conducta de, Jesús fue un ministerio para sus padres (DTG 69).
· El pronombre "ellos" sin duda se refiere a María y a José.
· Si aun "ellos" no pudieron entender, lo mismo tuvo seguramente que haberle ocurrido a los doctores de la ley y a las otras personas presentes.
Aunque Jesús claramente afirmaba que no era hijo de José, se sometió respetuosamente a él, como se espera que un hijo se someta a su padre mientras permanezca bajo el techo paterno. Durante 18 años antes de irse de su hogar, Jesús comprendió que era Hijo de Dios; sin embargo, durante esos 18 años obedeció siempre a quienes eran sus tutores terrenales. Como Hijo de Dios podría haber considerado que no estaba sujeto a la jurisdicción paterna, pero como ejemplo para todos los, jóvenes, fue obediente a sus padres humanos. Por eso es evidente que la respuesta de Jesús de ningún modo significa que repudiara la autoridad de José y de María. Durante aquellos 18 años Jesús fue conocido por los vecinos como "el carpintero" de Nazaret (Mar. 6: 3) y el "hijo del carpintero" (Mat. 13: 55). José murió en algún momento de los 18 años mencionados, pues al terminar ese tiempo se habla de la "carpintería que había sido de José" (DTG 84; 118-119). La última referencia bíblica indirecta a José en el relato de la vida de Cristo, se halla en Luc. 2: 51.
III. LA JUSTA INDIGNACION: JESÚS DEMOSTRANDO IRA
“Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?” (Mat. 17:14-19).
1. ¿Qué tenía Jesús en mente cuando le decía a la gente "generación perversa"? ¿Qué quiso decir cuando formuló la pregunta: "¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?"
Israel probó la paciencia de Dios hasta lo sumo con sus continuas quejas y sus actos de rebelión. La paciencia infinita con el antiguo Israel puede ser un motivo de esperanza para los que quizá se hayan descarriado en nuestro tiempo, aunque nunca debe ser una excusa para abusar de la misericordia y de la magnanimidad de Dios (Rom. 6:1, 15). "Por la misericordia de Dios no hemos sido consumidos" (Lam. 3: 22; Exo. 34: 6-7).
· Los repetidos casos de rebelión contra la autoridad y la dirección del Señor fueron el producto inevitable del "corazón malo" o de la "incredulidad" de Israel (Heb. 3: 12, 19).
· Por medio de las plagas de Egipto, del cruce del Mar Rojo, del maná, del agua que brotó de la roca, de la liberación de los ataques de las serpientes ardientes y en muchas otras formas, Dios demostró a su pueblo su grandiosa sabiduría y su poder.
· Dios permitió vez tras vez, que diversas circunstancias que enseñaran a su pueblo a confiar en él y a seguir sus instrucciones; pero Israel demostró que era un "pueblo de dura cerviz" (Exo. 32: 9), lento para aprender.
· Este espíritu perverso continuó casi hasta el fin de los 40 años de peregrinación por el desierto (Núm. 20: 5).
No nos corresponde condenar al pueblo hebreo por sus muchos errores. Más bien debiéramos aprender de las tristes vicisitudes por las que pasaron debido a la dureza de su corazón, para que no caigamos en las mismas faltas que ellos cometieron (1 Cor. 10: 5-12).
· La raíz de las dificultades en las relaciones del hombre con Dios, siempre han sido las mismas, un corazón perverso e incredulidad.
· Así le sucedió a Israel en el desierto y más tarde en la tierra de Canaán.
· Esta misma dificultad impide que los cristianos nominales de hoy día disfruten del "reposo" que es posible por medio de la fe genuina en Cristo Jesús.
· La falta de fe de Israel contrasta agudamente con la fidelidad de Moisés y de Cristo (Heb. 3:1-2).
La generación de israelitas cuya rebelión llegó a su clímax en Cades-barnea, fue excluida de entrar en la tierra prometida a causa de un defecto fatal, y no por un acto arbitrario de Dios ni porque Moisés hubiera fallado en proporcionarles un liderazgo completo y hábil. Moisés había sido "fiel en toda la casa de Dios" (vers. 2, 5), y por lo tanto no podía atribuírsele la responsabilidad por el fracaso de ellos. La falta de fe de los israelitas, demostrada por su desobediencia, les imposibilitó su entrada.
· La "incredulidad" del pueblo se presenta en agudo y triste contraste con la fidelidad de Moisés.
· Si el pueblo hubiese sido más semejante a él, podría haber entrado en Canaán.
· Cristo, a semejanza de Moisés, también es "fiel" y no puede ser responsabilizado por el fracaso de algunos cristianos que no entran en el "reposo" prometido del alma (Heb. 3:11).
¿Qué lecciones podemos tomar que deriva de las vicisitudes del antiguo Israel (Heb. 4: 1). Jesús dijo: ¿Hasta cuando he de estar con vosotros? Estas palabras podrían insinuar que Jesús aquí habla como un ser divino, que temporalmente ha asumido la forma humana. Repetidas veces Moisés pasó por la misma experiencia con Israel en el desierto (Núm. 20: 10).
· Los doce habían expulsado demonios durante el curso de su tercer viaje por Galilea (Mar. 6: 13).
· No podían entender por qué se había apartado de ellos el poder que Jesús les había impartido.
· Los escribas habían atribuido la impotencia de los nueve discípulos ante el supuesto poder superior del demonio, y afirmaban que el dominio de Jesús estaba limitado a los demonios menos poderosos (DTG 394).
· Sin embargo, la verdadera dificultad no dependía del poder del demonio, sino de la impotencia espiritual de los discípulos.
· Mientras Pedro, Jacobo y, Juan estaban con Cristo, los otros nueve discípulos habían estado rumiando sus chascos y resentimientos personales, movidos por un espíritu de celos, debido al favor mostrado a sus compañeros ausentes (DTG 397).
· El estado de sus pensamientos y de su corazón hacía imposible que Dios actuara mediante ellos.
“Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”(Mat. 21:12,13)
2. ¿Cuáles eran las circunstancias, por las que Jesús demostró enojo? ¿Por qué se enojó Jesús?
Con sus actos, la multitud que seguía a Jesús lo había proclamado rey, y Jesús, aunque nunca fomentó las erróneas ideas que los judíos tenían acerca de su reino, ahora había asumido el papel de Rey-Mesías. La triste situación reinante en los atrios del templo le proporcionó la oportunidad de actuar como soberano, y al regir en forma absoluta e indiscutida la casa de su Padre, dio una clara evidencia a todos los presentes de la autoridad que legítimamente le pertenecía. Mediante las acciones que luego siguieron (Mat. 21:14), Jesús presentó una demostración de la verdadera naturaleza de su misión.
· El ruido, el movimiento y las transacciones comerciales que allí había, deben de haber ofendido la conciencia religiosa de los que adoraban a Dios "en espíritu y en verdad" (Juan 4: 24).
· Este comercio era autorizado por los encargados del templo, quienes sacaban de él un gran provecho monetario.
· Pero los que llevaban a cabo ese comercio revelaban que tenían un concepto sumamente erróneo del carácter de Dios y de lo que él requería de quienes le amaban y le servían (Miq. 6: 8; Mat. 9: 13; Eze. 44: 23).
Al convertir los sagrados símbolos del Cordero de Dios en una fuente de ganancia personal, los gobernantes estaban transformando lo sagrado en profano y robaban el honor y la gloria que le correspondía a Dios. También estaban robando pues impedían que la totalidad de los adoradores lograran el conocimiento debido del carácter y de los requerimientos de Dios. Especialmente, estaban robando a los adoradores gentiles, quitándoles la oportunidad de conocer a Dios tal como él es. En su espíritu codicioso, los dignatarios del templo no eran mejores que ladrones.
· Cuando Jesús se dedicó a sanar a los que se agolpaban en torno de él dentro del atrio del templo, dio una demostración práctica de la verdad de que el templo había sido ordenado por Dios para servir a las necesidades del hombre, y no a su avaricia.
· Al parecer, por un breve tiempo, Jesús tuvo completo dominio del templo (Mar. 11: 16), y durante ese período demostró, en parte, cuál era el uso que debía dársele a ese predio sagrado.
· Había venido a la tierra para que los hombres tuvieran vida, y para que la tuvieran "en abundancia" (Juan 10: 10); no para que pudieran sacrificar en abundancia ni para que pudieran lograr ganancias abundantes.
3. ¿Sabes algo? ¿Podemos enojarnos por cualquier cosa? ¿Existe el enojo santo? ¿Qué es la justa indignación?
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efe. 4:26)
La explicación más sencilla de la expresión, “airaos, pero no pequéis”, la ira de la cual se habla en este pasaje es una justa indignación.
· El cristiano que no se indigna frente a las injusticias y los extravíos voluntarios, puede ser también insensible frente a algunas otras situaciones que debieran incumbirle.
· El papel más importante de una justa indignación es estimular a los hombres en su batalla contra el pecado.
· Jesús nunca se airó debido a alguna ofensa personal, pero sí ante sutiles desafíos lanzados contra Dios e injusticias cometidas contra seres humanos, el registro bíblico expresa, “ Y les dijo: ¿Es lícito en los días de sábado hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana” (Mar. 3:4,5).
· Frecuentemente, se dice que el único enojo que no implica pecado es el enojo contra el pecado. Dios odia el pecado, pero ama al pecador. Los falibles mortales, con demasiada frecuencia cometen el error de aborrecer al pecador y amar el pecado. El enojo contra el mal por ser mal, sin malos deseos ni malos propósitos contra otros, ciertamente se puede considerar como un loable rasgo de carácter.
· La ira es justificable cuando se dirige contra la conducta equivocada, pero sin ninguna animosidad contra el culpable. Ser capaz de separar estos dos elementos es un triunfo magnífico en la vida del cristiano.
IV. GUARDANDO SILENCIO: JESUS NO DIJO NI HIZO NADA
“Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neptalí”(Mat. 4:12,13).
1. ¿Quién era Juan el Bautista? ¿Por qué los encarcelaron y finalmente lo degollaron? ¿Por qué Jesús guardó silencio? ¿Por qué no dijo nada ni hizo nada a favor Juan el Bautista, aunque era su primo?
“Juan el Bautista había sido el primero en proclamar el reino de Cristo, y fue también el primero en sufrir. . . Pasó a quedar encerrado entre las murallas de una mazmorra. . . Mientras pasaba semana tras semana sin traer cambio alguno, el abatimiento y la duda fueron apoderándose de él. Sus discípulos no le abandonaron. . . Pero preguntaban por qué, si ese nuevo maestro era el Mesías, no hacía algo para conseguir la liberación de Juan. . .
Como los discípulos del Salvador, Juan el Bautista no comprendía la naturaleza del reino de Cristo. Esperaba que Jesús ocupase el trono de David; y como pasaba el tiempo y el Salvador no asumía la autoridad real, Juan quedaba perplejo y perturbado. . . Había horas en que los susurros de los demonios atormentaban su espíritu y la sombra de un miedo terrible se apoderaba de él. ¿Podría ser que el tan esperado Libertador no hubiese aparecido todavía?. . .
Pero el Bautista no renunció a su fe en Cristo. . . Resolvió mandar un mensaje de averiguación a Jesús. Lo confió a dos de sus discípulos. . . Los discípulos acudieron a Jesús con la interrogación: "¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?". . . El Salvador no respondió inmediatamente a la pregunta de los discípulos. Mientras ellos estaban allí de pie, extrañados por su silencio, los enfermos y afligidos acudían a él para ser sanados. . . Mientras sanaba sus enfermedades, enseñaba a la gente. . .
Así iba transcurriendo el día, viéndolo y oyéndolo todo los discípulos de Juan. Por fin, Jesús los llamó a sí y los invitó a ir y contar a Juan lo que habían presenciado. . . La evidencia de su divinidad se veía en su adaptación a las necesidades de la humanidad doliente. . .
Los discípulos llevaron el mensaje, y bastó. . . Las palabras de Cristo no sólo le declaraban el Mesías, sino que demostraban de qué manera había de establecerse su reino. . . Comprendiendo más claramente ahora la naturaleza de la misión de Cristo, se entregó a Dios para la vida o la muerte, según sirviese mejor a los intereses de la causa que amaba (DTG185-189)
2. ¿Cómo explicarías la conducta de Jesús durante este período oscuro de la vida de Juan? ¿Cuáles fueron las circunstancias mas probables por la haya tomado esta decisión?
· Jesús no se interpuso para librar a su siervo.
· Sabía que Juan soportaría la prueba. gozosamente habría ido el Salvador a Juan, para alegrar la lobreguez de la mazmorra con su presencia. Pero no debía colocarse en las manos de sus enemigos, ni hacer peligrar su propia misión.
Es interesante notar que el encarcelamiento de Juan el Bautista había coincidido aproximadamente con el momento cuando Jesús fue rechazado por los dirigentes judíos y con el fin de su primer ministerio en Judea, y que la muerte de Juan ocurrió más o menos un año más tarde, poco antes de la crisis que dio fin a la obra de Cristo en Galilea. El encarcelamiento de Juan junto con el rechazo de Jesús por parte de los dirigentes judíos, indujo a Cristo a retirarse a Galilea para seguir allí con su obra.
V. AMIGO DE PECADORES Y PUBLICANOS: RELACION CON LOS INDESEABLES
“Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mat. 9:10-13).
1. ¿De qué manera la relación de Jesús con “los pecadores” es una guía para nosotros? ¿En qué condiciones podría nuestra asociación con pecadores llegar a ser un peligro para nuestras propias almas?
Aunque en los tiempos del Antiguo Testamento la costumbre judía era sentarse para comer, en el tiempo de Jesús, por lo menos en las casas de la gente más acomodada, los comensales, para comer, solían acostarse sobre una plataforma baja, o lecho, que llegaba hasta la mesa. Descansaban sobre cojines y se apoyaban sobre su brazo izquierdo. Por lo general, la mesa tenía tres lados hasta los que llegaban esas plataformas inclinadas. El cuarto lado quedaba abierto para que los servidores llevaran los alimentos. El hecho de que en la casa de Mateo hubiera una mesa tal, sugiere que era un hombre de recursos y de cultura.
· Sin duda, la fiesta en la casa de Mateo se realizó algunas semanas, quizá meses, después de que él fuera llamado (DTG 310; Mar. 5: 21). Quizá esto se registra aquí para completar, en un solo contexto, el relato de los hechos que narra Mateo.
· Comer y beber con los gentiles era una infracción de la ley ritual e implicaba una impureza ceremonial (Hech. 11:3). En la práctica, los cobradores de impuestos eran clasificados con los gentiles, y, por lo tanto, eran considerados entre los parias de la sociedad (Mar. 2:14; Luc. 3:12-13).
2. ¿Podríamos aplicar el ejemplo de Jesús para difundir el evangelio, aún de aquellas áreas más cuestionables de la sociedad, tales como en los burdeles, centros de prostitución, tabernas, entre otros?
· Al declarar la profunda verdad del propósito de su misión terrenal, Cristo reveló la hipocresía y la falacia de los fariseos y su actitud ante la relación del Maestro con los cobradores de impuestos.
· Si esos hombres eran tan pecadores como pretendían los fariseos, su necesidad debía ser mayor que la de los otros hombres. ¿No debían ser, pues, precisamente aquellos para los cuales Cristo debía prodigar sus mejores esfuerzos? Había venido para "salvar" a los hombres (Mat. l: 21), pero si sólo hubiera podido salvar a los que ya eran justos, no podría ser un verdadero Salvador. La prueba de su misión como Salvador de los hombres dependía de lo que podía hacer en favor de los pecadores.
VI. UN MILAGRO Y PERDIDAS ECONOMICAS: LOS DOS ENDEMONIADOS Y 2000 PUERCOS
· Reflexiona, ¿Crees que Jesús se dirigió premeditadamente hasta aquel lugar, “entre los sepulcros”, con el fin de sanar los endemoniados? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? Explica tus razones.
“Cuando Jesús llegó a la otra ribera, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salieron de entre los sepulcros. Eran tan furiosos, que nadie podía pasar por aquel camino.Y clamaron: "¿Qué tienes que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a torturarnos antes de tiempo?" Lejos de ellos estaba paciendo un hato muchos cerdos. Y los demonios le rogaron: "Si nos echas, permítenos ir a ese hato de cerdos". Jesús les dijo: "Id". Y ellos salieron y entraron en los cerdos. Entonces todos los cerdos se lanzaron por un despeñadero al mar, y murieron en el agua” (Mat. 8:28-32).
1. ¿Por qué Jesús permitió que los demonios entraran en la manada de cerdos? ¿Cuántos cerdos fueron destruidos? ¿Qué cantidad de dinero representaba? ¿De qué podrían ser compensados los ingresos de una o más familias de esa aldea?
“Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron” (Mar. 5:13).
“Que ciertos hombres hayan sido poseídos por demonios está claramente expresado en el Nuevo Testamento. Las personas afligidas de tal suerte no sufrían únicamente de enfermedades cuyas causas eran naturales. Cristo tenía conocimiento perfecto de aquello con que tenía que habérselas, y reconocía la presencia y acción directas de los espíritus malos. Ejemplo sorprendente de su número, poder y malignidad, como también del poder misericordioso de Cristo, lo encontramos en el relato de la curación de los endemoniados de Gádara. Aquellos pobres desaforados, que burlaban toda restricción y se retorcían, echando espumarajos por la boca, enfurecidos, llenaban el aire con sus gritos, se maltrataban y ponían en peligro a cuantos se acercaban a ellos. Sus cuerpos cubiertos de sangre y desfigurados, sus mentes extraviadas, presentaban un espectáculo de los más agradables para el príncipe de las tinieblas. Uno de los demonios que dominaba a los enfermos, declaró: "Legión me llamo; porque somos muchos." (S. Marcos 5: 9.) En el ejército romano una legión se componía de tres a cinco mil hombres. Las huestes de Satanás están también organizadas en compañías, y la compañía a la cual pertenecían estos demonios correspondía ella sola en número por lo menos a una legión.
Al mandato de Jesús, los espíritus malignos abandonaron sus víctimas, dejándolas sentadas en calma a los pies del Señor, sumisas, inteligentes y afables. Pero a los demonios se les permitió despeñar una manada de cerdos en el mar; y los habitantes de Gádara, estimando de más valor sus puercos que las bendiciones que Dios había concedido, rogaron al divino Médico que se alejara. Tal era el resultado que Satanás deseaba conseguir. Echando la culpa de la pérdida sobre Jesús, despertó los temores egoístas del pueblo, y les impidió escuchar sus palabras. Satanás acusa continuamente a los cristianos de ser causa de pérdidas, desgracias y padecimientos, en lugar de dejar recaer el oprobio sobre quienes lo merecen, es decir, sobre sí mismo y sus agentes.
Pero los propósitos de Cristo no quedaron frustrados. Permitió a los espíritus malignos que destruyesen la manada de cerdos, como censura contra aquellos judíos que, por amor al lucro, criaban esos animales inmundos. Si Cristo no hubiese contenido a los demonios, habrían precipitado al mar no sólo los cerdos sino también a los dueños y porqueros. La inmunidad de éstos fue tan sólo debida a la intervención misericordiosa de Jesús. Por otra parte, el suceso fue permitido para que los discípulos viesen el poder malévolo de Satanás sobre hombres y animales, pues quería que sus discípulos conociesen al enemigo al que iban a afrontar, para que no fuesen engañados y vencidos por sus artificios. Quería, además, que el pueblo de aquella región viese que él, Jesús, tenía el poder de romper las ligaduras de Satanás y libertar a sus cautivos. Y aunque Jesús se alejó, los hombres tan milagrosamente libertados quedaron para proclamar la misericordia de su Bienhechor” (CS 569).
2. ¿Qué otras lecciones podemos considerar de este incidente de la destrucción de los cerdos? ¿Por qué la Biblia prohíbe el consumo de carne de cerdo?
· En los tejidos del cerdo hormiguean los parásitos. Del cerdo dijo Dios: "Os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos" (Deut. 14:8). Este mandato fue dado porque la carne del cerdo es impropia para servir de alimento.
· Los cerdos se alimentan de desperdicios, y sólo sirven para este fin. Nunca, en circunstancia alguna, debería ser consumida su carne por los seres humanos.
· El cerdo, aunque constituye uno de los artículos más comunes del régimen alimenticio, es uno de los más perjudiciales. Dios no prohibió que los hebreos comiesen carne de cerdo únicamente para mostrar su autoridad, sino porque no era un alimento adecuado para el hombre.
· Pero el consumo de carne de cerdo no daña únicamente la salud física. La mente es afectada y la delicada sensibilidad queda embotada por el uso de este tosco alimento.(Consejos sobre régimen alimenticio, p. 469)
REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA
Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): ¿Existe el enojo redentor? ¿Por qué a los que amaba, les dijo: “¡Oh generación incrédula y perversa!”? ¿Fue Jesús indiferente lo que le pasó Juan el Bautista? ¿Por qué Dios permite que sus hijos sufran? ¿Cómo puedes lograr que el silencio, los hechos, y los que critican el cristianismo, hablen a favor de tu misión como cristiano?¿Es tu religión cristocéntrica, o es más bien una forma de vida?¿De qué manera pueden combinarse las dos?
Reflexiona conmigo el siguiente texto: “En el plan divino, Dios no hace nada sin la cooperación del hombre. No compele a la voluntad del hombre. Esta debe ser dada completamente al Señor, de lo contrario el Señor no puede realizar su obra divina que quiere cumplir en el ser humano…El alfarero no puede modelar y dar forma para honra a lo que nunca ha sido colocado en sus manos. La vida cristiana es una entrega diaria, sumisión y continuo triunfo que gana renovadas victorias cada día. Esto es el crecimiento en Cristo, que da forma a la vida de acuerdo con el modelo divino. La devoción, la piedad y la santificación de todo el hombre se efectuar mediante Jesucristo nuestra justicia”(A fin de conocerle, p. 58).
Ore conmigo, por favor… “Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”...Feliz sábado.
RESUMEN
El ministerio y el propósito del Salvador de traer la salvación a la humanidad eran de largo alcance e incluía a todos. Por lo tanto, se extendía hacia “todos” los que quisieran venir: desde las prostitutas hasta los predicadores, desde los leprosos hasta los abogados. En todo lo que hizo, siempre mantuvo su lealtad hacia el Padre y su propósito de salvar a la humanidad, por sobre todo lo demás.
Elaboró: Delfino Jarquín L, Si usted gusta toda la versión haga clic en:
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Bibliografía: Adams Roy, Jesús es maravilloso, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Abril-Junio de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, , Abril-Junio de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes,__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo IV, V&,VI- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007,__R. Thiele Edwin, ¡Mi Dios sin igual!, APIA,1998__H. Woolsey Raymond, El Amor más admirable, APIA, 1995,_ B. Cabusog Jr Hermenio, Emen Louie, et al, Jesús: un don maravilloso, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, El universitario, Abril-Junio de 2008.
Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com; delfinosabbathschoolcomment@gmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.